Carta abierta a Portu
En el verano de 1960 José Besteiro «Portu» abandonaba el Betis después de 8 temporadas en el primer equipo y algunas más en el club, ya que antes formó parte del filial bético, el Juventud Balompié.
Firmó en septiembre por el Cádiz, donde jugó un par de temporadas, antes de retirarse de la práctica futbolística.
Su marcha del Betis fue motivo para que en la revista Verde y Blanco de septiembre de 1960 se dedicara este artículo,. al último mosquetero de los tiempos heróicos de la Tercera División.
Curiosamente en el texto se alude a un partido de homenaje a celebrar con posterioridad, y prometido por el presidente Benito Villamarín, pero que nunca se llegó a celebrar.
Amigo Portu:
Con los ecos de tu marcha han brotado infinidad de peticiones a esta revista. Cartas y cartas nos han llegado solicitando que en VERDE Y BLANCO te dediquemos un espacio de honor en el que quede recogido el sentir de toda la afición del Betis. Has representado tanto, amigo Portu, en nuestro equipo que nos ha parecido frío, impropio de ti, el homenaje de unas líneas recogiendo cuatro datos de tu historial y otras tantas hazañas como jugador para finalizar con el consabido párrafo de agradecimiento.
Te quieren los sevillanos. Más de lo que puedas imaginarte. Y se ha sentido profundamente, demasiado, tu marcha, ese hueco imposible de llenar que dejas en la plantilla bética. Han sido muchos los años de permanencia en nuestro equipo. Ha sido muy extensa tu permanencia en el Club, muchas, también, las pruebas de cariño que continuamente diste. Según afirma el dicho popular “a rey muerto, rey puesto”. Pero ese no es tu caso. Tu marcha—esa marcha tan sentida que has merecido porque encontrarás la oportunidad de unos años bien remunerados—deja en el Betis la sensación de vacío, el amargor de la pérdida, aunque por encima del sentimiento de directiva, compañeros y afición, con tu paso no hayas dejado en el equipo otra cosa que el ejemplo continuo, el estímulo permanente. Ahora juegas en otro equipo, donde, en principio, te has de sentir extraño. Tu historial como jugador, tu pequeño mundo profesional no conoció más norte que el Betis, más afición que la nuestra. El Betis fue todo para ti. Y tú—símbolo de ejemplaridad—supiste demostrarlo. Esta carta abierta pudo llegarte por infinitos caminos, tener un anónimo firmante. Representa el sentir de todos, la gratitud de la afición bética que—a pesar de los pesares—te seguirá ligando al Betis porque tú has sido uno de los jugadores que han redactado los mejores capítulos de su historia.
Dicen que la ausencia significa el olvido. No es cierto en tu caso. Y te darás cuenta de ello el día en que se tea ofrecido tu bien ganado homenaje. Este homenaje—como nos ha dicho el propio presidente—lo tendrás en la fecha que desees. Puedes estar tranquilo. No se olvidarán tus gestos. Desde los duros campos de Tercera, en años de fracaso e incomprensión por parte de tantos profesionales como marcaron el difícil peregrinar del retorno a Primera, hasta las últimas temporadas de triunfo en los grandes estadios, tú—futbolista bueno, profesional honrado—representaste la entrega esforzada y supiste demostrar lo que es querer a un Club y defender unos colores.
Por ello sigues siendo jugador nuestro. La afición a la hora de apreciar a los que cumplieron no sabe de fichajes ni traspasos. Tú eres del Betis, de su afición, amigo, capitán, pequeño héroe de nuestra sufrida historia… Aquí no viene a cuento el adiós porque no caben despedidas. Que con esta carta te llegue hacia ese Cádiz marinero de cante, sal y espuma, nuestro abrazo de amigos.
Ahí triunfarás también. Y serás ejemplo… Es lo tuyo, lo que siempre has hecho…