Con Iberia ya habría ganado, de Luis Carlos Peris

En marzo de 1985 la situación del Betis en la Primera División era crítica. El equipo sorprendentemente al iniciarse la segunda vuelta en el mes de enero era cuarto en la tabla. En las siguientes 11 jornadas el Betis sumó 2 puntos sobre los 22 posibles, de forma que tras la jornada 29, sólo a cinco del final, estaba ya en posición de descenso y la tremenda crisis se había llevado por delante al técnico Pepe Alzate, suplido por Luis Carriega.
El siguiente compromiso bético ere en Elche, para enfrentarse al club ilicitano en un dramático partido contra el equipo local también en puesto de descenso.
La crisis económica que pasaba el club en ese momento hacía que varios desplazamientos de esa temporada se realizaran en autobús en lugar del avión, reservado para los viajes más largos. Elche era uno de esos viajes en autocar, pero los jugadores se ofrecieron a pagar la mitad de lo que costaba el vuelo a Alicante, con tal de evitar las 12 horas que entonces duraba el trayecto por las carreteras de los año 80.
En las páginas de Diario 16 Andalucía el periodista Luis Carlos Peris en su sección Desde mi córner, analizaba las circunstancias de esta solicitud de la plantilla bética.
Por cierto, el equipo viajó en avión y sirvió de poco, pues el Elche se impuso 2-1, agravando aún más la dramática situación a falta de ya sólo 4 jornadas.
La noticia del día giraba en torno a esa propuesta del plantel bético para cambiar la forma de viajar a Elche, para hacerlo en avión en vez de autocar. Y es noticia por lo insólito de que un grupo de profesionales se rasquen el bolsillo para viajar más cómodamente y llegar a una cita trascendente en mejores condiciones físicas. La directiva bética ha accedido y, con ello, se multiplica lo insólito de la medida.
Aquí, en esta España de nuestras entretelas, se pasa del calor al frío con una facilidad pasmosa y vemos cómo del derroche de agua mineral—hace años la utilizaba un jugador del Betis para lavarse la cabeza en las concentraciones—se ha pasado a la más apestosa de las miserias, a la indigencia de estos tiempos, venidos por culpa de la inutilidad del colectivo de dirigentes de nuestro fútbol.
Los jugadores del Betis dicen—y es muy respetable—que para ganar en Elche conviene viajar en avión, “porque doce horas en autocar predisponen mal lo psíquico”. Ya dogo que me parece muy respetable, porque ellos son los que van a jugar, pero también quiero que respeten mi tesis de que me parece que exageran; por lo menos un poquillo sí que exageran, porque tras doce horas de autocar les aguarda la habitación de un hotel de cuatro estrellas y una noche enterita para, horizontalmente, olvidarse de los graves problemas psíquicos que ocasiona atravesar España de oeste a este por carretera.
Han decidido pagar la mitad de la diferencia, y la directiva ha aceptado porque cualquiera es el guapo que dice que no. Si el grupo ejecutivo que encabeza Martínez Retamero les niega a los futbolistas esta opción viajera, si se mantienen en la postura inicial de, Con un “esto es lo que hay”, viajar en el autobús de Eugenio podría volvérseles peligrosamente. Porque pasa que si luego pierden en el Nuevo Altabix diría el aficionado de a pie que eso pasó por no acceder a la petición de los futbolistas de coger el avión.
De esta manera se meten todos en una carrera que comienza en aquel “solo el avión/futbolista recibe más atención que usted”, sigue en el “con Iberia ya habría llegado/ganado”, o este último que sirve al pie de la letra de “ponga alas a sus sueños”, porque si yendo en avión se consuma el sueño de ganar en Elche todo se dará por bien empleado. Claro, que si la cosa no vale tendrán que achar la culpa al empedrado.
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