El Deportivo Alavés ha muerto…¡Viva el Deportivo Alavés¡
El Deportivo Alavés, fundado en 1921, fue todo un clásico del fútbol español de los años 20 y 30. En la temporada 1929-30 se proclamó campeón de Segunda División y ascendió a la máxima categoría del fútbol, en la que se mantuvo por espacio de 3 temporadas.
Sin embargo esos mismos años de éxitos lo fueron también de angustias y penalidades, motivadas por la creciente profesionalización del fútbol, que le impedía competir de forma continuada con la gran plantilla de jugadores que llegó a tener, y que tuvo que ir vendiendo a otros clubs más poderosos económicamente para subsistir.
Todo ello condujo a una grave crisis del club que le llevó a desaparecer de la esfera del fútbol profesional en la temporada 1934-35, en la que ni siquiera compitió, mientras que en la campaña 1935-36 lo hizo en las categorías del fútbol amateur.
Reflejo de esta azarosa situación es el artículo publicado por el periodista Joaquín Soriano en El Heraldo de Madrid a finales de agosto de 1935, y en el que daba noticia de la grave crisis que atravesaba el equipo alavesista.
Cuando la temporada no ha dado comienzo aún, cuando no se ha dado comienzo a ese ritmo que, cada vez más acelerado, perdurará hasta el mes de junio próximo, nos llega la noticia de que dos clubs de primer plano han dejado de existir.
Sin perder un átomo del respeto que merece la muerte del Deportivo Logroño Club, que en su corta vida lució con un equipo de primerísima calidad entre los históricos de primera categoría, toda nuestra sensibilidad deportiva se estremece y se conmueve ante la desaparición del Deportivo Alavés.
De nada ha servido que unos cuantos aficionados gazteitarras hayan querido vivificar ese cuerpo casi inanimado; de nada servirá que un puñado de hombres de buena voluntad quieran retardar la muerte de este Club glorioso con el aceite alcanforado de unas cuantas miles de pesetas.
El Deportivo Alavés se muere, y casi es natural que así suceda, porque es que su época, sus tiempos, han muerto ya para el fútbol. Lo inverosímil, lo verdaderamente inconcebible, es que esa afición, que un día vio triunfar a su Club, hoy permanezca indiferente y alejada del campo de Mendizorroza.
Pero en esta desaparición del Deportivo Alavés late un problema más trascendental que este de la mudanza de los tiempos, inexorable en todos los órdenes de la vida. El problema que plantea el Deportivo Alavés es más grave; sobre todo para el fútbol vasco significa hasta qué punto quedan los clubs de aquellas latitudes depauperados por la “transfusión” de jugadores.
Si repasamos la lista de los jugadores que fueron del Deportivo Alavés, se comprenderá hasta qué punto es injusto que este club muera de forma tan trágica. Por consunción. Si recordamos a Beristain, Ciriaco, Quincoces, Deva, Euskalduna, Arana, Mardones, Roberto, Fede, Lecue, Olivares, Sañudo y otros varios; sin pensamos en lo trágico que ha sido para este Club prestigiar a estos nombres para que después vengan a dar lustre a otras alineaciones, comprenderemos que el problema migratorio es una terrible filoxera para los clubs vascos.
Pero el problema tiene un punto de origen imposible de solucionar. ¿Es qué el aficionado vasco ya no quiere ver fútbol?
Ese y no otro es el problema; todo lo demás es envenenar una cuestión con lirismos estériles.
Pero ya que ha muerto el Deportivo Alavés, digamos recordando su espíritu: ¡Viva el Deportivo Alavés¡