El nombre del día. Luis Cid Carriega. 1981
En el comienzo de la pretemporada 1981-82 José Luis García Traid era el entrenador del Atlético de Madrid, que aún estaba marcado por la pérdida de la liga en la temporada anterior. Las tensiones con la directiva de Alfonso Cabeza provocan su destitución a mediados de agosto.
El elegido para sustituirle no es otro que Luis Cid Carriega, quien hasta junio de 1981 había sido entrenador del Real Betis Balompié. Fue él mismo quien no quiso seguir en el club, pues su intención era tener un año sabático y descansar. Pero el prestigio que Carriega tenía por entonces en el fútbol español, tras 20 años continuados en diversos banquillos, le hizo ser el elegido por el club atlético para recoger el testigo de García Traid. En las páginas del diario deportivo Marca Carriega fue el nombre del día del 21 de agosto de 1981.
En el Madrid sainetero y más relajado de hace un montón de años, no era raro escuchar el estribillo aquel de “pobre chica la que tiene que servir…”. Servir es, a veces, un problema. Por ejemplo, para Luis Cid Pérez, conocido futbolísticamente como “Carriega”. Porque este hombre ya ha demostrado de sobra que, como entrenador, sirve.
Empezó como futbolista goleador, pasando por el Arnoya, Orensana, Ferrol, Oviedo, Burgos y Cartagena. Cuando todavía era jugador cartagenero, en julio de 1961, los directivos del club le pidieron que colgase las botas para tomar las riendas técnicas del equipo. Y así lo hizo. Sin haber cumplido los treinta y dos años (puesto que nació en Allariz el 9 de diciembre de 1929), Carriega cambió su estado deportivo, de discípulo a maestro.
Y buen maestro, por cierto. Lo demostró en el Cartagena y, luego, en el Tarrasa, en el Europa, en el Langreo…, y así hasta que, en a968, lo fichó el Gijón, en pugna con el Oviedo. Al frente del equipo asturiano creció su fama en la misma medida que el Sporting iba cobrando pujanza y sentaba unas bases bien sólidas para años venideros. Bases que se llamaban Quini, José Manuel, Megido, Castro, Churruca…
En 1972, después de cuatro temporadas de éxitos, Carriega marchó al Zaragoza. Otras cuatro temporadas con muy buenos resultados, y nuevo desplazamiento, en 1976, hacia el sur. En el Sevilla sus tres temporadas no fueron tan brillantes, pero siguió demostrando el gallego la seriedad de su trabajo. Y la mejor prueba es que en 1979 pasó a la casa del vecino para seguir su carrera. El Betis de las dos últimas temporadas, de la mano de Carriega, ha conseguido muy buenas posiciones en la tabla liguera (quinto y sexto) y, sobre todo, ha dado tardes de magnífico fútbol. En el recuerdo está, por ejemplo, la paliza que propinó al Atlético de Madrid, en el Manzanares, el pasado 8 de febrero. Tan el recuerdo que el Atlético se ha ido derechito a fichar a Carriega. El, que había decidido dejar el Betis para tomarse un periodo largo de vacaciones, no ha podido cumplir su deseo. Le han buscado las cosquillas con el reto de dirigir un presunto aspirante al título y, al fin, Carriega ha tenido que ceder a la tentación y renunciar al descanso. Eso le pasa por haber demostrado que sirve.