Entrevista Attila Ladinszky 1978
De abril de 1978 es esta entrevista con el delantero húngaro Atila Ladinszky. Una entrevista publicada en el diario deportivo Marca a cargo del periodista Domingo Trujillo, y en la que ponía de vuelta y media al entrenador Rafael Iriondo, por no haber contado con él más que en momentos muy puntuales de la temporada, relegándolo a la suplencia.
Para Ladinszky su tercera temporada en el Betis no ha sido muy boyante que digamos. Aunque figuró esporádicamente en las alineaciones del cuadro verdiblanco, se ha pasado, jornada tras jornada, mirándose su cicatriz en el espejo y preguntándose las razones de su inactividad. Sin estar lesionado, el motivo habría que buscarlo en otra parte, ya que su concurso por la deficiente marcha del equipo era inexcusable. Y es ahora que lleva jugando en tres ocasiones seguidas cuando recabamos del jugador para conocer de un futuro que hace unos meses nos apuntó casi vinculado totalmente a Sevilla.
– ¿Ha cambiado la cosa o no?
– La cosa deportiva ha cambiado porque estoy jugando ahora y antes sólo salía esporádicamente
– Estará con el ánimo subido
– Estoy contento por jugar, pero penar que he estado todo el año esperando como una lata de berberechos a que se abra, la verdad es que me pone de un humor siniestro
– Cálmese y dígame si tiene problemas con Iriondo
– No los tengo, porque con un hombre que no dice esta boca es mía no hay forma de tenerlos. En el encuentro ante el Madrid no me habló durante la semana diciéndome que me iba a poner. Ni siquiera el día antes. Poco tiempo antes de empezar el partido, y cuando ya me disponía a salir al banquillo y contemplar las carreras de hormigas hasta el inicio, va y me dice que me vista, que tengo que jugar, lo cual me dejó más que patidifuso
– ¿Pero es que no habla con ninguno de la plantilla?
– Es muy cerrado, pero conversa con aquellos que son de sus preferencias; con lo que permanecen al margen de su ámbito no habla
– Me dijo usted hace unos meses que su propósito era el de afincarse definitivamente en España, concretamente en Sevilla
– Y esa es mi intención, pero para que se cumpla es necesario que pasen ciertas cosas
– ¿Por ejemplo?
– Por ejemplo que no quiero tener otra temporada como la presente, dedicándome al cultivo de champiñones o a cualquier cosa menos jugar, que es lo que más me gusta. Y como Iriondo siga al frente del equipo, es lo que me estoy temiendo, pues de ahí que manifieste que, en el caso de que Iriondo no se marche, el que se pira soy yo. Si el entrenador sigue yo me marcho del Betis.
– ¿Pero dónde va a ir usted ya con ese acento andaluz que tiene?
– Donde sea. Tendría que estudiarlo, pero ofertas no me faltan
– ¿No será que ve el descenso cerca y se ha dicho que hay que tomar las de Villadiego?
– ¡Pero hombre…¡ No me coma el coco con eso. Me conoce y sabe que lo que he sido todo en el fútbol, tanto con la selección húngara como con el Vasas y el Anderlecht. ¿Qué me va a importar a mí jugar en Segunda? Si Iriondo no estuviera el año que viene, me quedaría encantado. Sevilla nos gusta tanto a mí como a mi mujer; tenemos una casa nueva y quería además meterme en negocios.
– Dijo que tenía ofertas. ¿Qué clase de ofertas?
– De América
– No me diga que el Cosmos anda tras sus pasos
– Las proposiciones las tengo del Filadelfia y del Kansas, que son los que más me pagan
– ¿Hay otros por ahí?
– También el Saint Etienne y el Servette, en Europa
– O sea, que ni la feria de Sevilla va a ver este año
– ¡Sí, hombre¡ Hay que luchar para que el Betis no corra el peligro de descender. El domingo nos espera el Elche con los dientes afilados y el espíritu de la desesperación. De este partido van a salir trizas.
Y de la afición verdiblanca también como el flamante campeón de Copa del año pasado se vea en el pozo de la Segunda.