Entrevista Attila Ladinszky 1978.

Attila Ladinszky jugó en el Betis 3 temporadas, entre 1975 y 1978. Este futbolista húngaro siempre dejó muestras de su excelente calidad técnica y su facilidad de remate, aunque su salida del club no fue buena, debido al deterioro de sus relaciones con el técnico Rafael Iriondo.
Todo esto se pone de manifiesto en esta entrevista publicada en la revista deportiva Don Balón en marzo de 1978, cuando el horizonte de su futuro en el Betis era más que sombrío, y como él mismo manifestaba en la entrevista ligado a la permanencia o no del técnico vasco en el club. El dramático descenso a Segunda División en el mes de mayo finiquitó la carrera de Iriondo en el club, pero también Ladinszky abandonó el club para volver al fútbol belga.
Otra parte muy interesante de la entrevista es el relato que el jugador hace de su huida de Hungría, disconforme con el régimen dictatorial del país, y su inicio en el fútbol occidental, pasando por Alemania, Países Bajos y Bélgica antes de llegar al Betis en 1975.
La suya es una historia apasionante, novelesca, dramática en el aspecto humano: “Sé que nunca más podré regresar a mi país”. Y polémica, extensa y agridulce en lo deportivo: “Sólo salgo como sustituto y cuando lo hago ni siquiera me lo dice Iriondo. Le pasa la orden al masajista y es éste quien me lo comunica”.
Attila Ladinszky era una joven figura del Vasas y de la selección húngara, en la que jugaba al lado de Albert, Bene, Dunai, Fazekas… Un día, en 1970, Hungría se desplazó a Lieja para jugar un amistoso contra Bélgica. Al terminar el partido, Ladinszky se esfumó. No dijo nada a nadie y desapareció.
- Quería libertad. Con veintiún años no me seducía la idea de continuar bajo un régimen rigurosamente dictatorial y con unas condiciones de vida que no me satisfacían en absoluto. Así que me decidí y…
Empezó su gran aventura. En Budapest quedaban sus padres, un hermano, los amigos…todo.
- ¿Qué hizo en Lieja?
- Cuando me escapé del grupo, cogí un taxi. Eso fue lo primero que hice. No llevaba equipaje alguno, no sabía hablar ni media palabra de otro idioma que no fuese el mío y tan sólo tenía veinticinco dólares en el bolsillo. Se los puse en la mano al taxista y le dije: “A Bruxelles”.
En Bruselas, Ladinszky conocía a un compatriota y amigo.
- A él recurrí, no sin antes recorrer a pie toda la ciudad buscando su casa. Me dijo que sería difícil colocarme en un club belga y me llevó a Essen, en Alemania Federal.
Denunciado por la Federación Húngara ante la UEFA, Ladinszky estuvo un año inhabilitado para poder jugar.
- Tuve la suerte de encontrarme con unos directivos, los del Essen, muy comprensivos y amables que me permitieron entrenar toda la temporada con el equipo. Me dieron diez mil marcos para que me comprase ropa y alquilase un apartamento, y luego cada mes me pasaban mil quinientos marcos para que pudiese ir tirando. Nunca lo olvidaré
- ¿Cómo fichó por el Feyenoord?
- Otra vez gracias a las buenas funciones de mi compatriota, que desde que llegué a Bruselas, se convirtió en mi “manager”. Él conocía al entrenador del Feyenoord y le pidió que me hiciese una prueba. Ésta fue de su agrado y me quedé. Estuve dos temporadas, en las que no pude brillar mucho porque entonces era la época dorada del Ajax. Pero aprendí mucho al lado de Van Hanegem y compañía
- ¿Cuándo volvió a Bélgica?
- En 1973. El Anderlecht se interesó por mí y fiché sin dudarlo. Las cosas me iban saliendo bien. Gané algún dinero, pude comprarme un coche y mirar el futuro con más optimismo en todos los sentidos. Había superado ya los momentos más difíciles después de la fuga.
En el Anderlecht coincidió con Van Himst y Rensenbrink:
- Hicimos una campaña sensacional. Campeones de Liga y Copa, y yo máximo goleador del campeonato, con 23 tantos. Rensenbrink hizo 20; nos entendíamos a la perfección
Dice Ladinszky, que tiene una gran cicatriz en la nariz, consecuencia de un accidente de automóvil, que desde muy joven soñaba con jugar en España.
- Este es un país que siempre me ha atraído
La oportunidad le llegó en 1975, cuando el entonces entrenador del Betis, Ferenc Szusza, húngaro como él, y el secretario técnico, De la Concha, se desplazaron a Bruselas para verlo jugar.
- Firmé por tres años y para mí era como empezar una nueva vida. Durante mi estancia en el Anderlecht me había casado, mi mujer es belga.
- Al principio todo bien, ¿no?
- Sí. Creo que las dos primeras temporadas fueron muy positivas. Marqué unos 18 goles en ambas y jugaba con regularidad
- Hasta que se fue Szusza…
- Bueno, no porque se fuera Szusza, sino porque el que llegó en su lugar (Iriondo) empezó a hacerme la vida imposible.
- ¿Por qué?
- Eso es lo que yo quisiera saber. No lo entiendo…
- Algún motivo le daría…
- No, ninguno en especial. Hombre, una vez, en un entrenamiento le contesté, pero luego le pedí perdón y creo que no fue nada importante. Son cosas que pasan, momentos de nervios en que uno no aguanta más
- ¿No se cuida, sale de noche, bebe…?
- Nada de eso. No soy un golfo. No bebo ni fumo
- Tal vez Iriondo considere más idóneos a otros jugadores para actuar en su puesto. ¿No cree?
- Tal vez, pero tengo mis dudas. Si estuviera convencido de que es así, lo aceptaría. Pero no lo estoy. Hay otros motivos, lo sé. Iriondo tiene manía a los extranjeros, al igual que muchos otros vascos
Es curioso que precisamente el hombre que le ha quitado la titularidad, el uruguayo Hugo Cabezas, diga de él algo como esto: “Ladinszky me parece un extraordinario jugador. Físicamente es el más fuerte que conozco. Tiene una capacidad pulmonar increíble.”
Ladinszky es gran amigo de Megido.
- Con él se ha hecho una gran injusticia. Es uno de los mejores jugadores que he visto en mi vida. Tiene un carácter fuerte, sí, pero no imposible. Lo que pasa es que Iriondo no tiene ni un átomo de psicología
Ladinszky termina contrato el próximo 30 de junio.
- He oído decir que Iriondo no continuará en el Betis. Estoy a la expectativa. Si sigue, tendré que marcharme. Aunque mi deseo es quedarme. Sevilla me encanta, quiero al Betis y hace poco compré un chalet en Dos Hermanas. Quisiera terminar aquí mi carrera, pero…
- ¿Piensa nacionalizarse español?
- Sí. Los papeles ya están en Madrid, y espero que no haya problemas