Entrevista Carlos Fernández de Pando 1936
En mayo de 1936 el Betis Balompié atraviesa una grave crisis de orígen económico, que lleva incluso a la directiva a plantearse en un momento dado la disolución de la sociedad.
Se convoca una asamblea general de socios y simpatizantes para el 15 de mayo que responde iniciando una masiva suscripción popular.
Se moviliza también la Tertulia Bética, que es donde se reunen los béticos más señalados y con mayor capacidad económica.
Otras medidas que se toman en esos días son el traspaso de Urquiaga al Barcelona, Unamuno al Athletic y las cartas de libertad para Gómez y Rancel. Se aligera así el presupuesto de fichas de jugadores, a la vez que se reciben ingresos por los traspasos (80.000 pesetas en el caso de Urquiaga y 10.000 en el caso de Unamuno)
El gran proyecto del club para la temporada venidera era trasladarse al Stadium de la Exposición, propiedad municipal sin uso desde la Exposición Iberoamericana de 1929, y que era el campo de fútbol con mayor capacidad de la ciudad. En base a ello se podrían abaratar las entradas y hacer accesible el fútbol a una mayor cantidad de aficionados, lo que no era posible en el Patronato. Aún así, esto se experimentó contra el Osasuna en el Patronato el 24 de mayo de 1936 en partido de ida de los cuartos de final de la Copa, en el que el campo registró un enorme lleno con entradas con precios populares. Pero como se cuenta en la entrevista la recaudación total se resentía mucho ante la capacidad limitada del Patronato.
Esta entrevista aparece en el semanario gráfico Crónica el 25 de julio de 1936, una semana después de la firma del arrendamiento del Stadium de la Exposición, el mismo día que se iniciaba la guerra civil en Sevilla. Ello haría que el Betis no tomase posesión del Stadium hasta 1939 y que todos estos proyectos se derrumbasen. Cuando se inicia la guerra civil la junta directiva del Betis estaba dirigida por el vicepresidente primero Manuel Alonso Cueli, que es quien firma el arrendamiento con el Ayuntamiento. Indudablemente el inicio de la contienda bélica no favoreció ninguno de estos proyectos que, sin lugar a dudas, hubieran deparado otra historia.
El entrevistado es Carlos Fernández de Pando, un ejemplo de esos grandes hombres de club, al que fue fiel durante más de 20 años en diversas directivas. Se inició en el club en la temporada 1931-32 como secretario de la directiva presidida por José Ignacio Mantecón Navasal, siendo directivo en los años 30, 40 y 50. Su última presencia fue en la temporada 1953-54 como vicepresidente tercero de la presidida por Manuel Ruiz Rodríguez, y que sacó al Betis de la Tercera División.
El Betis Balompié continúa viviendo y luchando
El Club que a sus espaldas tenga una afición fervorosa y densa, que no se ofusque ante las desdichas de su once, verá cómo éste naufraga en los escollos de las competiciones, pero sin irse a pique definitivamente. ¡Pobre, en cambio, de aquel que, aún victorioso, no sienta tras sí el ardor de unas almas¡
Aquello y no esto le sucedió al Betis. Su equipo, por obra y gracia de unas deleznables actuaciones, perdió la posición preeminente que alcanzó una temporada antes en el torneo de la Liga. Y surgió un desvío de la multitud que afanosa libra batallas de amor cuando pintan triunfos. En los campeones de la Primera División de 1934-35 se mezclaron los avatares mil que coinciden por uso de que una desgracia nunca va sola. Y llegó un momento en que los directivos de la gran Sociedad andaluza, con el agua de las amarguras al cuello de su fortaleza, no sabían, porque no podían, hacer frente a los múltiples sinsabores. Y en un momento de desaliento surgió la duda en quienes siempre habían obrado por reflejos de fe.
La prensa madrileña recogió la noticia: el Betis estaba atravesando tal crisis, que más que posible era que se llegara a la disolución del grupo futbolístico que había puesto tantos blasones en sus anales. ¿Por qué? Por lo de siempre: por lo que constituye el cáncer en las agrupaciones deportivas, por la falta de numerario para hacer frente a las cuantiosas obligaciones crematísticas.
De pronto, al revuelo de una asamblea de cotizantes y simpatizantes, llega hasta los directivos cuyas fuerzas flaqueaban, el caudal beneficioso de una manifestación de simpatía. Y el Betis, no sólo no va a morir, sino que se dispone a recobrar prontamente su rango, devolviendo al fútbol sevillano aquel plano de notoriedad que sólo en una temporada, la penúltima, llevó a la ciudad de la Gracia la firmeza de dos Campeonatos Nacionales.
¿Cómo pudo pasarse de un extremo de pesimismo a un optimismo tan consolador? Pues porque en cuanto sonó un clarín se acercaron las huestes, y en cuanto se reclamó el auxilio surgieron las colaboraciones. Es decir, que el Betis vio a sus espaldas una afición fervorosa y densa.
En la directiva bética hay un hombre, Carlos Fernández y de Pando, que nunca desoye al comentarista. Y cuando éste, como nosotros, le pide el valor de una confidencia, no se hace el melindroso y “canta” claro y recio.
– No teníamos por qué ocultar más tiempo la insostenible situación del Betis en el aspecto económico. No podíamos, mejor dicho. Las causas de esta situación son de índole genérica. En realidad, la crisis del país se ha reflejado en el fútbol, como en tantos otros espectáculos; pero, además, el año lluvioso ha quebrantado continuamente nuestra taquilla hasta el punto de que a mediados de Mayo los ingresos habían sido, comparados con los registros en igual periodo de la anterior temporada, inferiores en unas 150.000 pesetas. Disminución tan extraordinaria en los ingresos ocasionó, como puede figurarse el que menos noción tenga de estas cosas, un enorme desequilibrio en nuestro presupuesto. La Directiva no podía hacer frente a tan elevado déficit, y entonces se decidió a lanzar una nota periodística de hace unas semanas, en la que lisa y llanamente se decía a la afición bética que si ella no acudía a remediar prestamente la penuria, estaba decidida a dar por terminada la temporada antes de que los equipos enemigos nos cortaran el paso. Y paralelamente convocamos una junta general extraordinaria, a la que no sólo acudieron socios, sino también simpatizantes; y en esta reunión, después de darse a los reunidos explicaciones muy amplias, se produjo una reacción magnífica, que se tradujo en la apertura de una suscripción voluntaria que fue secundada en muchas otras poblaciones, como Ecija, Carmona, Sanlúcar, Jerez… Sí, de momento parece que se ha conjurado el peligro. La Directiva está dispuesta a mantener la baratura de los precios, iniciada en el último partido que jugamos, pues ha visto que con ella el público responde. Pero esto no es una solución definitiva, porque con tan gran rebaja, dos pesetas la general, aunque el campo se llene, no podrán lograrse más de 30.000 pesetas, y esta suma, sobre la que pesa el gravamen de los impuestos, organización, etc, queda reducida a una cantidad muy insuficiente para mantener las imprescindibles necesidades del Club.
¡Vaya la sinceridad por delante¡ Una realidad es que los Clubs profesionales estamos montados en un plan disparatado, pues los sueldos y fichajes cuestan un dineral. Y basta un año lluvioso, ó la coincidencia de otras adversas circunstancias, para que los ingresos den un extraordinario bajón. Y entonces sí que sobreviene la catástrofe.
¿Preocupaciones en las alturas? La Federación Nacional no se ocupa de procurar la exención de contribución industrial, ni arregla definitivamente lo de los ferrocarriles, ni pone una tasa ó límite a los sueldos y traspasos de los jugadores. Al contrario, como es juez y parte, hace la vista gorda, y cuando entre los mismos Clubs surge la competencia, las cifras por estos conceptos llegan a tipos fabulosos.
¿Proyectos propios? En cuanto a jugadores aspiramos a seguir con casi todos, con lo más que podamos. Como cosa poco problemática, tenemos en cartera el arriendo del Stadium de la Exposición. Como tiene una cabida mayor que nuestro campo actual, en él sí que podemos seguir con la política iniciada de abaratamiento de las localidades. Y contaremos con suficientes ingresos para atender con holgura las imperiosas obligaciones que nos exige nuestra condición y las aspiraciones justas de volver a ser lo que recientemente fuimos.
¿Vanas ilusiones? No lo creo (Y la voz de Pando, que nos llega a través del hilo telefónico, se hincha de satisfacción, como si tuviera ante sí el jolgorio que planea) Acabamos de ver a una afición, al parecer despreocupada, como se animó al requerimiento. “¡Eh, amigos, que el Betis se nos desangra¡”, le dijimos. Y ante el Betis se agolpó la gente para ir dejando el socorro gentil que lo mejora y la promesa viva de una ayuda más constante, que significará la plena salvación.
Fuente: Crónica 25 de julio de 1936
Unos 4 años antes, también se le hizo una entrevista a través de la revista «Crónica» que podéis ver en «1932.-Campeonato Mancomunado Castilla-Sur 1 y 2» (subidas por el que escribe las presentes líneas), a los efectos oportunos e informativos.