Entrevista Celso Ayala 1999.

El defensa internacional paraguayo Celso Ayala llegó al Betis en septiembre de 1998, precedido de una gran fama tras su gran rendimiento con la selección paraguaya en el Mundial de Francia de ese mismo año. Lo hizo desde el River Plate argentino y tras un desembolso de mil millones de pesetas por parte del club verdiblanco, para cubrir la espantada de Andrei Frascarelli y la lesión de larga duración de Risto Vidakovic.
Su paso por la entidad estuvo marcada por las continuas polémicas y tiranteces que mantuvo con el club desde su llegada cada vez que marchaba a América, pues siempre se retrasaba su fecha de reincorporación al Betis.
En esta entrevista, a cargo del periodista Jesús Gómez en el semanario deportivo Don Balón, Celso Ayala justificaba su tercer retraso en la temporada 1998-99, esta vez en las vacaciones de Navidad. Pero en el club, que había pasado la mano en las dos anteriores, ya estaban hartos y se anunciaba una fuerte multa económica.
La estancia del paraguayo Celso Ayala en Sevilla está siendo más noticia por causas extradeportivas que por su rendimiento en los terrenos de juego. Y no es que el rendimiento del internacional guaraní, cuando ha jugado, haya sido malo, sino precisamente que por unas razones u otras el central no se ha vestido de corto todo lo que debiera un futbolista fichado a golpe de talonario. El ex defensa del River Plate, solución de emergencia buscada por el presidente bético Ruiz de Lopera, para paliar la espantá de Andrei Frascarelli, no se ha ganado precisamente la fama de jugador serio, y en las vacaciones de Navidad ha cumplido su tercer affaire relacionado con los viajes a su tierra natal, aunque él sigue insistiendo en que desea triunfar en el Betis y en que no ha pensado en marcharse.
El retraso de una semana de Celso Ayala en incorporarse al trabajo tras las vacaciones de Navidad no es el primer caso extraño que protagoniza el jugador, que hasta ahora siempre había encontrado razones, según él de peso, para justificar sus ausencias.
Recién fichado por el Betis justo antes de cerrar el plazo para inscribir jugadores para la primera vuelta de la Liga, Ayala, al poco de ser presentado, marchó casi de incógnito a Buenos Aires—donde residía, pues jugaba en el River Plate—el viernes 4 de septiembre. Entonces se especuló con algún problema contractual que podía hacer que Ayala no quisiera fichar por el club heliopolitano. Regresó el día 9 y todo quedó solventado, de momento.
En octubre, coincidiendo con paró de Liga, Ayala recibió permiso del club para ir a Buenos Aires a recoger a su familia. Nuevamente se habló de que no estaba a gusto en Sevilla y que quizás no volviera. Lo hizo, pero bastante más tarde, y volvió a especularse con sus deseos de retornar al River Plate, según publicó la prensa argentina, que explicaba que ni el paraguayo ni su familia habían sabido adaptarse a la vida en España. El central volvió a negarlo todo.
Finalmente, no sin antes dejar de jugar un par de partidos por una lesión en el pubis de la que Clemente había dicho “ a mí no me duele lo que le duele a Ayala”, se retrasó una semana tras las vacaciones de Navidad, lo que le acarreará sanciones de tipo deportivo y económico.
Tres millones de pesetas puede costarle a Celso Ayala su retraso en incorporarse al equipo, según el club, de forma injustificada. Manuel Ruiz de Lopera ha declarado que el paraguayo dijo que no tenía vuelos para volver antes, cuando él pudo comprobar que había plazas en esas fechas, al tiempo que también negó que el padre de Ayala estuviera enfermo, como sostiene el jugador. Si en los dos casos anteriores el club decidió perdonar a Ayala, al no tomar una determinación al respecto, ahora Lopera ha asegurado que castigará al futbolista con la sanción más dura que permita imponerle la Liga y la Federación. Así las cosas, al defensa las minivacaciones extra pueden salirle por unos tres kilos. Lopera, además, ha advertido públicamente que si lo que pretende Ayala es regresar al River Plate, lo único que pide es que el Betis reciba los mil millones que costó el jugador, porque de otra forma, juegue o no, seguirá vinculado a la entidad heliopolitana.
- En Navidad, usted debía regresar a Sevilla el 28 de diciembre, pero no vino hasta una semana después. ¿Qué razones le ha dado al club y al entrenador para justificar el retraso?
- Tengo mis motivos y mis razones para haber regresado más tarde de los previsto inicialmente. Son razones verdaderas más allá de lo que puedan pensar otras personas.
- ¿Cuáles?
- He estado acompañando a mi padre, que se encontraba enfermo, y si volviera a estar en una situación igual lo volvería a hacer, porque ningún dinero está antes que la salud de mi padre. Para mí, mi padre es lo primero.
- ¿Es eso todo lo que le ha explicado a Javier Clemente?
- Sí, y él me hizo que se lo explicara a todos los compañeros de la plantilla.
- Pero Clemente dice que tampoco él ve a su padre todo lo que quisiera porque está en Bilbao…
- Yo no soy, como se diría, una persona con una situación normal, porque sólo tengo la posibilidad de estar con mi padre a final de año o a mediados del mismo. No estoy, como otros, a dos horas de vuelo de su gente. Estos a día y medio de viaje.
- ¿Qué le parece la decisión del técnico de que de momento se entrene usted en solitario?
- Es decisión que ha tomado y la acepto.
- ¿Y si tiene que hacerlo durante 40 días, como si estuviera apartado de la plantilla?
- Yo no me considero apartado del equipo. Vamos a ver cómo se presenta esto más adelante. Recién he empezado a trabajar y ya veremos qué ocurre en los próximos días. Cualquier cosa ya se resolverá más adelante.
- Pero el club, según ha manifestado el presidente, Manuel Ruiz de Lopera, también va a imponerle una fuerte sanción económica…
- A mí me parece una postura excesiva por su parte, porque si yo hubiera desaparecido sin que el club supiera los motivos de mi retraso lo entendería, pero tanto el gerente de la institución como el presidente estuvieron informados en todo momento de lo que pasaba.
- ¿Qué le parece que Lopera haya puesto un detective, según ha dicho, para seguir sus pasos?
- Si ello le hace sentirse más seguro, pues que lo haga. Yo ya les expuse cuál fue mi problema, y ellos, el técnico y los dirigentes, sabrán como tratarlo.