Entrevista Eduardo Anzarda 1984.

En enero de 1980 Eduardo Anzarda y el Real Betis Balompié de mutuo acuerdo acordaron rescindir el contrato que unía al jugador argentino con la entidad hasta junio de ese año.
Anzarda volvió a Argentina donde seguiría jugando en el Platense hasta diciembre de 1983.
De enero de 1984 es esta entrevista publicada en el diario deportivo AS y realizada en Buenos Aires por el corresponsal del periódico en Argentina. Era un momento en que Anzarda estaba aún sin equipo, aunque finalmente ficharía por el Club Atlético All Boys, histórico club del barrio de Floresta en Buenos Aires, donde jugaría el año 1984 para ya retirarse y emprender una carrera en los banquillos argentinos.
En la entrevista Eduardo Anzarda repasa su paso por el fútbol español con sus 2 temporadas en el Real Madrid y 7 en el Betis. Una entrevista intersante porque desvela muchas interioridades de sus 9 años en España, pero con una evidente propensión a la exageración, por ejemplo en el número de goles marcados. Frente a los 156 goles que proclama haber marcado en el Betis entre Liga y Copa la realidad es que obtuvo 83 entre partidos oficiales y amistosos.
Se fue hace trece años. Pocos creían en él. Era un chaval. Iba a cumplir una misión extremadamente delicada en el fútbol. Debía reemplazar nada menos que al legendario Gento. Sabía que le responsabilidad era grande, pero aceptó el desafío, y con dedicación consiguió el triunfo. Se llama Eduardo Anzarda. Lo encontramos en un bar cercano a la AFA. Hace tiempo que no lo veíamos, y conversábamos del tema dominante para nosotros: el fútbol
- ¿Qué haces, Eduardo? ¿Cómo estás? ¿Pretendes seguir jugando?
- Mira, espero que sí. Algunas cosas tengo. Vamos a tomar un café y recordemos tiempos pasados.
La invitación la acepté de inmediato, y café por medio, durante varias horas, mientras los empresarios, los dirigentes y los jugadores que andan con la carta de libertad en el bolsillo pretenden lograr, unos, trabajo, y otros, el crack que les consiga buenas taquillas.
Eduardo Anzarda nos respondía con la franqueza de siempre, cuando iniciamos la conversación hablando sobre la actualidad y le dijimos:
- ¿Qué te parece este fútbol argentino?
- Es increíble, aquí pasa de todo. No cobras, si reclamas lo tuyo los dirigentes se molestan. Yo tuve problemas en mi último club, el Platense, porque reclamé dinero que era mío, y como no me lo pagaron tuve que iniciar el juicio correspondiente. Como respuesta a ello, me “borraron”, y a hora me dieron la carta de libertad
- ¿Volverías a España?
- Mi esposa extraña muchísimo España. Aquí se vive bien, pero te mata la inflación. Lo malo es que lo que ganas hoy, dentro de dos meses no te sirve ni para el bus. En cambio, en España, aun cuando sé que existen muchos problemas económicos, todavía puedes comprar un apartamento a largo plazo o un televisor a color. En Argentina, lo más tarde que pagas son dos o tres meses. Eso hace que la vida cada vez se torne más difícil. Es imposible vivir así. Por eso el jugador aquí quiere la ficha en la mano, para ver si con ese dinero, haciéndolo trabajar, se puede al menos salvar de los desastres económicos que se producen durante el año. Yo espero que ahora, con este gobierno, las cosas cambien. Al menos las perspectivas dicen que podemos volver al nivel que hemos tenido hace muchos años. Ojalá, porque el país y su gente lo merecen. Basta de gobiernos militares.
- Hablemos ahora sobre tu paso por el Madrid
- Eso ha sido para mí una experiencia que no se paga con nada. Estuve sólo dos temporadas, pero sé que la gente me quiere y me recuerda. Yo fui antes que “Pinino” Mas. Tuve la responsabilidad de sustituir a Gento, ¿sabes lo que significa eso? Sólo habiéndolo sentido, habiéndolo vivido, te das cuenta. Era un monstruo. La gente lo adoraba, y para mí fue un desafío muy grande y extremadamente difícil. Tenía veintiún años, era de otras características; por lo tanto a los seguidores del Madrid había que hacerles comprender que es etapa estaba superada, que yo no iba a reemplazarle ni debía de ser como él, porque era imposible. Gento hubo uno sólo.
- Debías imponer tu propio juego. Demostrar tu valía
- Tenía que imponer mi estilo, que era mucho más lento. No te olvides que Gento tenía una velocidad asombrosa. Eso había que cambiarlo. Me costó un poco, pero pienso que lo conseguí, sobre todo porque el público me acogió muy bien. Supo que yo no quería imitarle, sino demostrar que era Anzarda. Ocurre que tuve algunos problemas. Yo fui como goleador. Siempre lo dije. Sabía que podía marcar, pero no quise nunca decir: “Yo soy goleador”, porque cuando luego no marcas viene la desazón del público.
- ¿Cuántos goles marcaste en el Madrid?
- Allí pocos. Si mal no recuerdo unos catorce en Liga y ocho en Copa. Tuve la gran alegría que apenas llegué conseguí ser campeón de Liga, pero esa alegría se trastocó, porque se transformó en tristeza para mí en ese año 1971, cuando desde febrero por la hepatitis debí permanecer inactivo durante el resto de la temporada, y eso me cortó la titularidad
- ¿Qué jugadores recuerdas de entonces?
- Bueno, los que llegaron conmigo, como Aguilar, Santillana, Verdugo, García Remón y Corral, pero los que fueron mis grandes amigos, y eso se debió a que vivíamos juntos en el hostal Santa Isabel, eran Verdugo, Corral y Santillana. Allí pasamos juntos dos años fenomenales, pero quiero tener un recuerdo para doña Pilar, la señora que nos cuidaba en ese hostal, porque para nosotros fue una segunda madre. El Madrid es el mejor club del mundo, con una organización que no existe en otros lados. Nosotros éramos todos solteros, con la ilusión de los jóvenes de triunfar y la popularidad que te da el Madrid; si no hubiera estado allí doña Pilar, no sé qué habría pasado con nosotros
- Y del fútbol en sí, ¿qué me dices?
- Que era otra cosa. Desde afuera se veía de una manera, y de adentro te dabas cuenta que era muy distinto. En la grada uno decía, “a éstos me los como crudos”, pero cuando te ponían en el rectángulo, veías que no era para “comérselos crudos”, sino que tenías que sudar para tocar el balón, sobre todo cuando eres delantero. El profesionalismo que existe allí es increíble. Es duro, difícil y tienen un ritmo que no existe en Sudamérica
- ¿Fue fácil adaptarte?
- Cuando tienen veintiún años, eres soltero y te lanzan a la fama en poco tiempo, no es fácil adaptarte a una nueva vida, con costumbres diferentes, porque aunque parezcan similares, siempre el ritmo de vida no es el mismo y te cuesta conseguir la adaptación adecuada para rendir todo lo que puedes. Lo que ocurre es que yo tuve la suerte de jugar en un equipo donde había monstruos como Amancio, Pirri, Velázquez, el mismo Touriño, que eran jugadores de capacidad, talento y personalidad, como el mismo Zoco
- ¿Por qué te fuiste del Madrid?
- Por los problemas de los papeles. Recuerda que era el momento de los famosos oriundos. Pero luego, como no podía ser de otra manera, en el juzgado correspondiente fui sobreseído, y eso determinó claramente que mi nacionalidad era la correcta
- Tu otra etapa en el fútbol español pasó por el Betis. ¿Qué piensas?
- Cuando el Madrid me cedió al Betis no me sentí bien, porque estaba en Segunda División y porque consideraba que no me merecía que se me mezclara en esos problemas en los cuales no tenía nada que ver, pero afortunadamente me fue muy bien. Tanto que esa misma temporada ascendimos a Primera División, y tuve una actuación que fue considerada muy buena. Eso me valió estar muchos años en el Betis, porque permanecí desde el 73 al 80. En Sevilla también tengo muchos amigos y aún me sigo escribiendo con Cardeñosa, Gordillo o Esnaola, por ejemplo
- Nada que ver el Betis con el Madrid. ¿No es cierto?
- Era otro fútbol. Técnicamente bien, se jugaba de otra manera. Hasta ese momento era uno de los clubs que subía y bajaba permanentemente. Sin embargo, los dirigentes entendieron que buscando buenos refuerzos se podía mantener la categoría, y por ello se mantuvo en Primera División. Un excelente club. En Sevilla tuve todo. Me había casado con una chica vasca que vivía en Madrid, Cristina, que es hoy mi esposa, y que me dio dos hijos. El primero nació en 1974, cuando estábamos en Sevilla, pero como ella quiso que naciera en Madrid, por haber sido el lugar donde nos conocimos y donde residía, así ocurrió y por eso Eduardito es madrileño. Pero Silvia, que nació en 1977, es sevillana y tiene la gracia de los que nacen en Andalucía
- ¿Cuántos años tienes ahora?
- El 25 de este mes se me cayeron 34 almanaques. Ya estoy viejo, pero aún tengo ganas de jugar, y por eso es posible que siga un año más
- Espera, no te apures. ¿Cuándo regresaste a la Argentina, en qué año fue?
- En 1980, y me incorporé al Platense. Allí estuve hasta diciembre de 1983. Me costó mucho readaptarme, pero lo logré. El asunto es no perder las ganas, la motivación, sobre todo de entrenar, porque si no entrenas, si no tienes una preparación física adecuada, no puedes jugar en el fútbol de hoy
- ¿Piensas alejarte del fútbol cuando termines tu carrera o ser entrenador?
- Yo tengo el título regional de España y pienso revalidarlo en la Argentina, y hacer los dos años de curso correspondiente si es necesario. Tengo la idea de continuar como entrenador porque me gusta, y sé que puedo dar mucho de lo que aprendí en más de veinte años de fútbol
- ¿Cuántos goles has marcado en el Betis?
- Durante las temporadas que jugué, entre partidos de Liga y Copa 156, y en el Platense, desde 1980 a diciembre de 1983, marqué 42 goles. Eso dice que no fracasé en ninguna parte
- ¿Es cierto que tienes una oferta del Betis para dirigir los juveniles?
- Sí. Tengo la propuesta, pero no es oficial. Me hablaron a ver si quería irme a Sevilla a entrenar a los chavales, y te darás cuenta que si ello se concreta, con la ilusión de mi esposa de volver a España y las ganas que tengo de trabajar como entrenador de los juveniles, hago las maletas y me voy de inmediato
Los empresarios seguían pasando. Los dirigentes, viendo qué jugadores podían llevar para su club. Los saludos para Anzarda de quienes lo conocían eran tantos que debimos interrumpir nuestra charla varias veces, porque se agregaron tantos a nuestra mesa que al final éramos más de diez, y la última reflexión antes de irse fue sobre la actualidad futbolística del mundo cuando le preguntamos por qué no hay valores como antes.
- Mira, porqué se acabaron las estrellas. Los monstruos sagrados ya no existen. Hoy son muy pocos los que evidentemente se pueden considerar jugadores de jerarquía internacional. Cuesta consolidarse, no hay jugadores de auténtica capacidad como para desnivelar un partido. Son escasos, y los que existen, muchas tardes son “borrados” por jugadores mediocres. Te digo que un auténtico crack puede tener un día malo, pero a la larga, durante la temporada de 35 o 40 partidos de Liga con los de Copa, en el 90 por ciento es el hombre de la cancha, o al menos una de las figuras principales. Ese es el crack, no el que juega bien un partido al mes. Por eso hoy siguen jugando los “viejos”, porque los jóvenes no empujan como los de antes
Siguió explicando el fútbol, ese que siente; discutiendo sobre lo que es jugar en Europa, ser crack en cualquier terreno, como Di Stéfano. O Pelé, por ejemplo. Y el ocaso de quienes, cuando están ya en una edad que no tienen más motivación para seguir entrenando, quieren jugar y entonces el público se olvida de lo que fueron, y termina recordando el triste final de uno que fue un crack auténtico. Continuamos escuchando atentamente a este ex jugador del Madrid, que aún tiene cara de pibe, pero que los años han madurado como para pensar que será un entrenador con futuro, porque lo que aprendió lo sabe explicar. Se llama Eduardo Anzarda.