Entrevista Enrique Fernández 1959
Al finalizar el campeonato de Liga 1958-59 Antonio Barrios abandona el banquillo verdiblanco, enfrentado con la directiva presidida por Benito Villamarín.
Durante la pretemporada se elige a Sabino Barinaga como entrenador para la campaña 1959-60, pero al final éste queda como secretario técnico y se ficha como entrenador al uruguayo Enrique Fernández. Aunque no es la primera opción, pues antes se intenta fichar al yugoslavo Brozic, procedente del Milan, y al brasileño Zezé Moreira.
Hombre de fútbol, jugador de Nacional de Montevideo entre 1931 y 1935, 15 veces internacional con la celeste uruguaya, Enrique Fernández llegó a España como jugador del FC Barcelona en la temporada 35-36. Posteriormente como entrenador en Uruguay de Nacional consiguió diversos títulos. Volvió a España como entrenador del FC Barcelona en 1947, consiguiendo 2 títulos de Liga. Retornó a Uruguay a entrenar a Nacional y a Rampla Juniors, pero Santiago Bernabéu lo ficha para el Real Madrid en la 53-54 y consigue ganar la Liga tras 20 años de sequía en el conjunto blanco. Después entrena a Colo Colo en Chile, Gimnasia y Esgrima en Argentina y Sporting de Lisboa en Portugal, además de a la selección portuguesa.
Se trata de un afamado entrenador el que llega al Betis en el verano de 1959. Su paso sería efímero, apenas 10 jornadas, pues es cesado en esa jornada tras una derrota en el Sánchez Pizjuán por 2-1, con un balance de 3 victorias, 2 empates y 5 derrotas. Su sustituto será el técnico previsto originalmente: Sabino Barinaga.
El 20 de Agosto de 1959 aparece en Marca esta entrevista al entonces recién estrenado entrenador del Real Betis Balompié. Repasa su llegada al Betis y detallas diversas gestiones sobre el fichaje del paraguayo Bernit, la marcha del portugués Torres, fichado del Academico de Coimbra, y su relación con el secretario técnico Sabino Barinaga.
Después de la cancelación de contratos con Brozic y de las infructuosas gestiones con el brasileiro Zezé Moreira , el «puesto previsto para un técnico extranjero» en el Real Betis Balompié ha sido cubierto por Enrique Fernández, como ya es de dominio público.
El que fue preparador madridista, tras abandonar el club de Chamartín, estuvo ausente de España cuatro años: dos en su patria, Uruguay, y dos en Portugal. Los dos últimos entrenando al Sporting de Lisboa, de donde procede.
Enrique Fernández acaba de cumplir la primera semana en el Betis, ocupado en sus funciones preparatorias.De ahí que creamos llegado el momento de abordarlo, por considerarlo ya suficientemente documentado. Con este fin nos presentamos en el hotel Niza, donde ha fijado su residencia. Aguardamos unos instantes a que terminara de almorzar y, minutos más tarde, en el vestíbulo, realizamos nuestra proyectada misión.
Lo primero que de él indagamos fue si le sorprendió la oferta bética.
– En cierto modo. Yo esperaba venir algún día al Betis. El año pasado, con motivo de un viaje a Lisboa del secretario general blanquiverde, señor Márquez, fuimos presentados. El, al final de la improvisada reunión, me preguntó que, si llegaba el caso, yo estaría dispuesto a entrenar a su equipo. Quizá todo aquello fue puro formulismo, fruto de la cortesía; pero, la verdad, caló en mí, y luego pensé en más de una ocasión en el Betis. De pronto me llegó la oferta oficial, que me ilusionó mucho. ¡ Y aquí estoy¡
– ¿Tenía ofertas de otro club?
– Me preparaba para marchar al Uruguay. Había recibido distintas presiones de mi patria para que me hiciera cargo de la preparación del equipo representativo nacional, con miras a los futuros Campeonatos del Mundo , y estaba a punto de atender tales sugerencias cuando llegó la propuesta bética. Y como para los Campeonatos del Mundo todavía hay tiempo más que suficiente, y, repito, me ilusionaba volver a ejercer en España, y en un equipo como el Betis, de tanta popularidad y solera, no lo dudé y dejé, como digo, para más adelante lo de la selección de Uruguay.
– Aparte de las que usted acaba de señalar ¿qué cualidades técnicas ha hallado en su nuevo equipo?
– En el Betis he hallado algo que no he tenido en otros cuadros: juventud experimentada. Los jugadores que figuran ahora en el club sevillano tienen «pasta», clase para alternar donosamente junto a aquellos más caracterizados de la Primera División. Y, repito, respaldado por una prometedora juventud en su mayoría. De ello me dí cuenta perfecta tan pronto como empecé los trabajos…
– Que, por cierto, son intensivos… ¿Por qué, no obstante el fuerte calor reinante, entrena a sus pupilos mañana y tarde?
– Porque es necesario en estos comienzos. No es una preparación masiva. Está perfectamente dosificada y a tenor con las posibilidades de cada hombre. ¡ Y está dando un resultado excepcional¡
– Háblenos de los jugadores
– Ya le digo que estoy muy satisfecho de todos, y espero únicamente que llegue el momento de iniciar los partidos amistosos que anteceden a la competición oficial para comprobar de una vez, sobre el terreno de juego, cuanto he apreciado estos días. Para llevar a cabo la integración del equipo que «romperá el fuego» en la Liga, aprovecharé estos encuentros prólogo, en los que haré jugar, divididos en dos onces, a los chicos en nómina. Cada equipo actuará indistintamente y, llegado su momento, formaré el que acometa la Liga, ateniéndome a las necesidades. En el Betis, mientras yo esté, no habrá titulares ni reservas. Todos son jugadores del cuadro principal, que actuarán o descansarán cuando las circunstancias lo aconsejen.
– ¿Conocía usted a Del Sol?
– No, pero las referencias que de él tenía las he ratificado plenamente. Sin embargo, pese a que en el aspecto técnico Del Sol es un jugador de virtudes ilimitadas, lo que más me complace del muchacho son su disciplina, caballerosidad y espíritu de compañerismo que presiden sus actos. Del Sol no es sólo inteligente para el fútbol, sino una persona de bien en el aspecto social.
– Una vez eliminado el fichaje del turco Yuksel, por su espíritu nostálgico, ¿ qué me dice del argentino Vernet?
– Ante todo tengo que aclarar dos puntos: que no es argentino, sino paraguayo, y que no se llama Vernet, sino Bernit… Después adelantaré que, tras lo que he podido comprobar, voy a solicitar de la junta directiva que asegure su fichaje. Merece tenerlo con nosotros. He apreciado en él magníficas cualidades. Actúa de interior, indistintamente en ambos puestos. Es rápido de reflejos y veloz, entrega muy bien y chuta en cualquier posición y forma. Convencerá al más exigente. Fue internacional con el Paraguay con dieciséis años. Después pasó al San Lorenzo de Almagro, en Buenos Aires, donde ha permanecido hasta la fecha. Cuenta veinticinco años y en 1957 se le adjudicó el título de máximo goleador de la Argentina. ¡Cómo estará el chico convencido de sus posibilidades, que no ha tenido inconveniente en venir a prueba¡… Por último añadiré que es hijo de españoles.
– ¿No había un argentino en cartera?
– Sí. Un chico de veinticuatro años. Actualmente juega en el Perú. Pero de ello no hemos hablado todavía sobre seguro. Si hace falta, le haremos venir…
Cambiamos el tema de la entrevista.
– Durante este tiempo que ha permanecido fuera de España ¿no ha perdido el control de nuestro fútbol?
– ¡Nada de eso¡ Como siempre acaricié la idea de volver, lo he seguido día a día. Bien de viso o por la prensa española, especialmente a través del diario MARCA. Cuando abandoné España lo primero que hice fue asegurarme la recepción de su periódico, y con él he ido pulsando el momento activo del fútbol español, comprobando posteriormente de viso en cualquier ocasión que tenía. Estoy al día en dicho sentido. Aparte, claro está, de los frecuentísimos cambios de impresiones con los preparadores, técnicos y críticos hispanos, que me ofrecieron siempre valiosísimos datos que he sabido seleccionar, apreciar, asimilar y adaptar…
– ¿Adaptar en el Sporting de Lisboa?
– Mi labor en el Sporting de Lisboa ha sido primordialmente de cara al futuro. De renovación. Cuando llegué a él era un equipo caduco. Con hombres, en su mayoría, de treinta y cinco años, y tuve que cambiarlo casi todo con materia nacional o colonial. Esencialmente de línea media hacia atrás. En ese aspecto he dejado al Sporting con una pléyade de muchachos cuyas edades no sobrepasan los veintidos años, insisto que de medios hacia atrás, faltándole ahora dos buenos interiores para recuperar su posición tradicional en el fútbol portugués. Creo haber hecho una eficaz labor, que ha de repercutir muy provechosamente en un inmediato porvenir.
– Como estará enterado, por su afincamiento en la nación hermana, y porque ahora pertenece al club en que sucedió el «caso» ¿me podría aclarar lo ocurrido con el jugador luso Torres, que tras fichar en el equipo blanquiverde, marchó a su patria y no volvió?
– Pues sucedieron dos cosas: una, que Torres después de firmar por el club sevillano, vió en días sucesivos los entrenamientos a que eran sometidos los compañeros, y comprobó que cualquiera de aquellos muchachos que ocupaban su puesto eran tan buenos como él, y que iba a tardar en figurar en el titular, esto lo ha reconocido en declaraciones hechas a cierto periodista de Coimbra, y, luego, que, ambientado en el aspecto profesional, es doctor en Medicina, en dicha ciudad universitaria. Era mejor ceñirse a su profesión que correr aventuras deportivas en el extranjero. Y… optó por cancelar el contrato. No hubo más.
Vamos a finalizar la entrevista y hecemos la preguntita capciosa.
– Sabemos que Sabino Barinaga es el secretario técnico. Pero ¿influirán sus decisiones en cuanto se relacione con el equipo?
La respuesta no se hace esperar.
– No. El único responsable absoluto del equipo bético soy yo. Si creo oportuno cambiar impresiones para ciertas cosas con Barinaga, lo haré, en la seguridad de encontrar una leal y sincera colaboración. De eso no hay la menor duda. Conozco a Sabino y sé que trato con un caballero, con un magnífico y experto técnico y con un aficionado de verdad, cuyas apreciaciones han de servirme de mucho cuando yo crea necesario recibir sus valiosos consejos. Por lo demás, Sabino Barinaga ha venido al Betis a un puesto muy delicado y vital en los clubs de fútbol, cuya misión, si bien entra de lleno en el funcionamiento orgánico del equipo, nada tiene que ver con la labor orientadora y directora del mismo, que es lo que yo llevo. Por todo, Sabino y yo somos perfectamente compatibles en el Betis…
Poco más tarde abandonamos el hotel Niza con la primera entrevista del nuevo entrenador bético.
Fuente: Borbujo en Marca 20 de agosto de 1959
