Entrevista Ernesto Pons 1966.

Ernesto Pons fue entrenador de la primera plantilla del Real Betis Balompié hasta en 3 ocasiones distintas. Llegado al club en 1962 como preparador físico de la plantilla, ocupó el cargo desde la jornada 11 de la 62-63 sustituyendo a Fernando Daucik. Lo mismo le sucedió en la 64-65, cuando en la jornada 26 se hizo cargo del equipo tras el fallecimiento repentino de Andrés Aranda. Y de nuevo volvió a coger las riendas de la plantilla en la temporada 65-66, cuando en la jornada 13 sustituyó al brasileño Martim Francisco.
El 6 de enero de 1966 el Betis jugó en el Bernabéu contra el Real Madrid. Una derrota por 2 a 0 con un partido muy polémico por el supuesto juego duro del equipo bético, pero en el que el árbitro García Rodríguez no sancionó a ningún jugador bético. Sorprendentemente el Comité de Competición a quien sí sancionó con 3 partidos de suspensión fue al entrenador verdiblanco Ernesto Pons por haber diseñado un partido duro, como ya vimos aquí.
El 20 de enero de 1966 en las páginas del diario Sevilla se publicó esta entrevista a cargo del periodista Juan Manuel Borbujo, donde se trata de refilón este asunto. El tema principal de la entrevista fue la reunión que los técnicos de Primera División, más 3 de Segunda, mantuvieron con el seleccionador nacional José Villalonga, con el fin de unificar criterios en los entrenamientos de los equipos de cara al Campeonato Mundial que ese verano se disputaría en Inglaterra.
Ernesto Pons, preparador del Real Betis Balompié, participó también en la reciente reunión de entrenadores del fútbol español. A su retorno a Sevilla, Ernesto nos habló de cuanto se trató, al tiempo que nos aducía sus propios criterios.
– La materia básica de la reunión era, como usted sabe, la coordinación de trabajos en los equipos de Primera División y mejores clasificados de la Segunda, para desarrollar un adecuado plan similar de entreno y preparación con las miras puestas en el inmediato Mundial
– ¿Y qué idea prevaleció?
– Hubo gran disparidad de criterios en todos los aspectos. Sin embargo, la mayoría se inclinó por una sesión de trabajo en flexibilidad y compenetración a realizar los martes; trabajo fuerte y completo, con ejercicios por parejas y alternando la diversas modalidades de acción, tales como velocidad, fuerza, etc, los miércoles; los jueves partido, generalmente con una hora de duración; ligero entrenamiento técnico-táctico-estratégico el viernes, y descanso el sábado
– Y el sistema de pesas, es decir, con halteras, que tanto propugna usted, ¿no prevaleció?
– Balmanya, Bumbel y yo nos mostramos partidarios del referido sistema preparatorio. Por cierto que en la reunión he descubierto que la mayoría de mis compañeros usan, como elemento primordial de sus trabajos, sistemas inspirados en el libro del que soy autor, titulado “La preparación física en el fútbol”
– ¿Cabe suponer que usted también emplea dichas reglas?
Ernesto sonríe y niega:
– No, señor; por el contrario, considerando que los conocimientos del referido libro, escrito en 1950, han quedado anticuados, confesé a los compañeros que baso mis métodos preparatorios actuales bajo tres determinaciones bien específicas: las halteras, para conseguir potencia, flexibilidad y repentización; el llamado entrenamiento fraccionado, para mejorar la velocidad a través de la resistencia y, por último, la coordinación específica, adquirida, lo mismo que el equilibrio, con el empleo de balones y pelotas de plástico
– Así, pues, la mayoría se ha inclinado en la ocasión por emplear sus métodos fundamentales en el compenetrado trabajo proyectado de cara a los Mundiales
– En cierto modo sí
– ¿Qué se trató sobre los informes que deben emitir los entrenadores con respecto a las plantillas que cuidan?
– Se suplicó la máxima sinceridad, asegurando el seleccionador que él los recibiría como auténticos “secretos de confesión”. También hizo hincapié en la seguridad de no dejar olvidado ningún dato comprometedor… en el interior de ningún taxi
– Por cuanto a la observación y selección previa de jugadores, ¿qué se dijo?
– La realidad es que en estos instantes la Federación Española tiene ya preseleccionados a sesenta y seis jugadores, de los que ha solicitado la correspondiente ficha médico-deportiva. Tales fichas constan de dos partes: en la primera figuran algunos datos antropométricos y funcionales, como peso, talla, perímetros, tensión arterial, tiempo de recuperación, radioscopia del tórax, anillos inguinales, relación de lesiones padecidas y grupo sanguíneo, y, por último, un apartado para observaciones generales. En la otra se solicitan varias pruebas de esfuerzos para valorar la potencia, la velocidad, la recuperación y demás, cerrándose, igualmente, con un cómputo de observaciones
– ¿Orientó acaso el seleccionador sobre el posible sistema a usar por nuestros combinados representativos en el torneo mundial?
– El señor Villalonga informó que la tendencia general será utilizar el patrón 4-3-3; es decir, fútbol eminentemente defensivo y de contraataque. No obstante, entre los reunidos se sugirió la conveniencia de que se emplee preferentemente la ofensiva. También se puso de manifiesto la necesidad de que los entrenadores de equipos que intervienen en torneos internacionales informen al seleccionador sobre sistemas de juego, arbitrajes y demás pormenores que a la presente se emplean en las distintas naciones con las que se disputan
– Por lo que observamos, fue bien “movida” la reunión. ¿Abundaron, pues, los pros y las contras?
– Es lógico. Para eso son tales sesiones. Los cambios de impresiones y la necesidad de exponer criterios son de indudables importancia en estos casos. Es más, hubo hasta su apartado de ruegos y preguntas
– ¿Intervino usted en el mismo?
– Naturalmente. Ya que recientemente se había tratado sobre la conveniencia de utilizar el juego viril, “la furia española”, intervine para preguntar si no era conveniente que se aconsejara el empleo de la energía y de la fuerza por parte de nuestros futbolistas, últimamente tan amanerados a causa de ciertos intereses, y por el exceso de celo, mal calibrado, por el organismo rector y por los árbitros. Y aseveré que si era conveniente—como lo es—resultaba inadmisible que fuese sancionado un entrenador por el solo motivo de que su equipo jugara como deben hacerlo los hombres
– ¿Qué le contestaron?
– Me respondieron que el Comité Técnico de la Escuela Nacional había encargado a su asesor jurídico, señor Tejeira, entablara un recurso-protesta, relacionado concretamente con mi sanción, impuesta por el hecho conocido. Recurso que la Escuela Nacional ha elevado al superior organismo
– Resumiendo, que por todos los conceptos fue provechosa y sabrosa la reunión habida en la casa número 3 de la Plaza de San Agustín este principio de semana
– En efecto
– Enhorabuena
– Gracias
– De nada