Entrevista Fabao 2000
A finales de agosto del 2000 el Betis disputó un amistoso contra el Flamengo, el club brasileño en que por entonces estaba cedido Denilson.
Entre los jugadores del equipo destacó un central con un poderoso juego aéreo y su contundencia. José Fabio Alves era su nombre y a comienzos de septiembre el Betis se hizo con sus servicios a cambio de 425 millones de pesetas, que se descontaron del pago que el equipo carioca tenía que hacer por la cesión de Denilson.
Su debut en Liga tuvo lugar en el Nuevo Vivero el 24 de septiembre contra el Badajoz, cuando en el minuto 65 suplió a Fernando Varela. Estuvo jugando hasta que una lesión en noviembre le dejó fuera del equipo hasta marzo del año siguiente.
Precisamente de noviembre de 2000 es esta entrevista que se publicó en ABC y en la que Fabao relata sus orígenes familiares y su experiencia futbolística.
Exageradamente humilde y con una sana ingenuidad en peligro de extinción. Fabao no ha sufrido demasiado trastorno por “atravesar el charco” y adaptarse a otro estilo de vida. Su balcón no da a la playa, como en Río de Janeiro, pero disfruta muchísimo de su nueva aventura acompañado desde hace unas semanas por su mujer y su hija de cuatro meses, en una ciudad a la que se adaptó “el primer día, porque es muy parecida a Río”.
– Quizás allí había más fiestas con música de la que me gusta, un tipo de samba propia de mi Bahía natal, pero ésta es una ciudad muy buena para vivir, con un clima estupendo y una gente muy alegre, por eso me gusta saludar a todo el mundo
– ¿Le ha impresionado algo aquí?
– Los coches, se ven algunos impresionantes. Y su precio. En Brasil son mucho más caros. También las corridas de toros. Aún no he ido a una plaza, pero las he visto por televisión y me gustan mucho
Como tantos en su país, Fabao proviene de un estrato social muy humilde. De niño sobrevivía soñando con ser Garrincha, al que idolatra. No extraña, por tanto, que le sorprenda lo poco que se valoran algunas cosas en nuestra sociedad.
– Mi vida era muy humilde, es cierto. Trabajaba en lo que podía para ayudar a mi madre, y casi no iba a clase ni estudiaba. La pobre procuraba que yo fuera al colegio, y cuando volvía a casa se daba cuenta de que mi ropa estaba manchada de jugar al fútbol, de robar gallinas, caña de bambú o mango. Por suerte, hoy tengo todo eso.
– ¿De niño también era defensa?
– Antes jugaba de delantero centro, era un “matador”—risas–, pero en juveniles decidieron hacerme defensa por mi físico. Por eso de vez en cuando busco el gol; algún día acertaré con la portería—más risas–.
– Tiene usted fama entre la plantilla por su simpatía y su carácter…
– Debe de ser así, no se puede poner buena cara y luego no ser simpático y amable. Hay que ser siempre igual, abierto, humilde, de corazón puro. En el vestuario hay gente muy buena, me han acogido muy bien, bromean mucho conmigo.
– ¿Alguna amistad especial en la plantilla?
– Todos son maravillosos. Quizás Prats, que es mi compañero de habitación y también vive cerca de mí. Me llevo muy bien con él, salimos… Parece serio, pero se ríe mucho conmigo. Toda la plantilla está muy unida, por eso salen bien las cosas
– Con usted de por medio, la celebración si se consigue el ascenso promete ser histórica…
– Claro. Haré una gran fiesta. Cerraremos una discoteca para nosotros y sólo habrá música brasileña
– ¿Y la afición?
– La mejor del mundo. Aquí no te atosigan como en Brasil, siempre te aplauden, te animan incluso en la calle, te dicen “vamos arriba”. Hasta cuando el equipo está mal te apoyan.
Fabao mantiene una amistad muy sólida con Denilson, con el que no pierde el contacto y espera jugar dentro de unos meses.
– Fue compañero de habitación, y hablamos mucho por teléfono. Siempre me da ánimos y me dice que el año que viene jugaremos juntos en Primera con el Betis. Denilson es como si fuera mi hermano, un 10 como persona. Aquí tuvo mucha presión, tenía siempre a los defensas encima por su habilidad, pero volverá con otra mentalidad, más tranquilo, y acabará triunfando aquí.
Como su gran amigo, Fabao, que cuenta con 24 años, quiere llegar a vestir la “canarinha”.
– Es lo que pretendo, pero no estaría mal hacerlo con la selección española, si no lo he hecho antes con la de mi país y tengo la doble nacionalidad
El defensa sigue con interés la crisis actual de su anterior equipo, un Flamengo en el que estuvo tres temporadas.
– Mi madre me informa de todo lo que pasa allí. Son las cosas del fútbol, que es imprevisible, porque los jugadores son muy buenos, todos de selección. En este deporte subes y bajas, pero ellos irán para arriba seguro