Entrevista Francisco González «Paquirri» 1949.

Al finalizar la temporada 1948-49 Francisco González «Paquirri» terminó su vinculación de 3 temporadas con el Cádiz CF. A sus 34 años aún le quedaba fútbol, y la UD España de Tánger fue la opción elegida por el delantero sevillano para seguir en activo.
Todo esto nos lo cuenta el corresponsal del semanario deportivo Trofeo en Cádiz, José Rodríguez García, en esta entrevista publicada en agosto de 1949. Una entrevista curiosa realizada en la misma playa gaditana, con el jugador en traje de baño y disfrutando de sus vacaciones. En ella Paquirri manifestaba su intención de no proseguir su carrera futbolística como entrenador, y de instalarse en Sevilla o Cádiz cuando dejase el fútbol y montar un bar, cosa que luego cumplió en la sevillana calle Hombre de Piedra, en las cercanías de la Alameda de Hércules.
Finalmente el fichaje de Paquirri por el España de Tánger no se llevó a la práctica, y a finales de septiembre de 1949, como ya vimosbest persuasive essay aquí, Paquirri fichó por el Betis, donde jugaría la temporada 1949-50, la penúltima de su carrera, y en la que en 13 partidos de Liga hizo 14 goles.
Paquirri, gitano por los cuatro costados, nació en el populoso barrio de Triana, viniendo al mundo predestinado a triunfar. De haber sido torero, hubiera emulado las glorias de un Chicuelo o de Cagancho. De sentir afición por el folklore andaluz, su nombre se habría equiparado a un Pepe Pinto o a un Manolo Caracol, pero le dio por el fútbol, y en este deporte cimentó su fama, colocándola al más alto nivel que nadie pudo soñar.
“Don Paco”, como cariñosamente solemos llamarle sus amigos, ha sido el más digno emisario por todos los campos españoles de esa escuela de juego sevillana, alegre y vistosa, que supieron crear los Brand, Spencer, Kinké, etcétera.
Paquirri hizo del fútbol un arte, y prodigó las excelencias del mismo en cuantos equipos actuó. El que fuera por espacio de muchas temporadas ídolo de la afición sevillana, mostrando sobre el terreno de Heliópolis de lo que es capaz cuando quiere, merced a su sabiduría, llevó a los campos de Riazor y Mirandilla, en Coruña y Cádiz, la alegría de su juego afiligranado y pinturero, saturando sus jugadas con esas genialidades tan propias de la raza “cañí”, y de las que en el fútbol Paquirri ha sido, es y será, el emperador.
El “gitano señorito”, el “faraón del fútbol”, abandona Andalucía. El Cádiz, equipo en el que ha actuado varias temporadas, le ha dejado en libertad, y él que, aunque ya no es un chavea, todavía se siente con facultades para no defraudar a nadie, ha fichado por la UD España y, allí, en el terreno de El Marchán, será donde deleitará a los aficionados tangerinos en la temporada próxima.
Nosotros, sabedores que toda conversación con Paquirri resulta grata a la afición, quisimos interviuvarle para obtener unas declaraciones suyas con destino a Trofeo. Fue en la playa, donde el gitano, con su traje de baño, convertido en un “lobo de mar”, sobre un cómodo lecho de arena, contesta a nuestras preguntas:
- La mejor para practicar el deporte. Aunque muchos crean lo contrario, sólo tengo treinta y cuatro abriles, y con esta edad me encuentro todavía con sobre de facultades para actuar con cualquier equipo sin miedo a hacer el ridículo
- Y así creo que estás dispuesto a demostrarlo en el España de Tánger, ¿no es eso?
- Así parece. Cuando quedé en libertad, tenía varias ofertas en el bolsillo, y tras estudiarlas todas, me decidí por la que me hacía la UD España, equipo por el que, prescindiendo de las miras de tipo económico, sentía más preferencias. Siempre me gustó vivir en Tánger, por el ambiente cosmopolita que allí se respiraba, y ahora que lo he conseguido, creo que allí jugaré más gusto que en ninguna otra parte
- ¿Y no sientes dejar Andalucía?
- Eso no se pregunta. Para mí dejar Andalucía es como para un pez sacarlo del agua. Ahora que, a mí, que siempre tuve un espíritu aventurero, me gustó cambiar de aires, y si donde voy no es terreno andaluz, para eso estoy yo allí, dispuesto a llevar, donde sea, un poco de la gracia es esta región simpar y única. En Tánger no será así, porque por algo la llaman la Andalucía de Marruecos
- ¿Tú también serás entrenador cuando dejes el fútbol?
- Ni hablar de eso, compadre. El día que las piernas no me respondan para zumbarle al balón, se acabó el fútbol para mi menda, como no sea para otra cosa que espectador. Yo no tengo calidad para servir de maestro. Para eso hay que ser más serio que un entierro de tercera, y yo, por el contrario, soy más alegre que un gato chico con un ratón por delante. A mí que me dejan de complicaciones y, de a mi edad, tener que ir a la escuela…de preparadores
- ¿Entonces, a vivir de los ahorros cuando te retires?
- No son tantos como para que me permita vivir de las rentas. Yo estoy percatado de que tendré que ganarme el pan con el sudor de mi frente, y como quiera que chanelo un poquitín de esas cosas, el día que me jubile, pondré en Sevilla o en Cádiz un establecimiento al que denominaré Bar Paquirri, y que será lo que me ayudará a vivir el resto de mi vida, que a juzgar por lo que me dijo una gitana paisana mía, durará cien años. Ahora, lo que hace falta es que sea verdad…y que usted lo vea
La marea va en creciente y como el mar va inundando sus dominios, con la rapidez que el caso requiere nos despedimos de Paquirri, al que dejamos en disposición de adentrarse en las pacíficas aguas del océano, en tanto nosotros nos dirigimos hacia la capital.