Entrevista Francisco Grau 1969
En 1969, después de 10 temporadas en el Betis, Francisco Grau ponía fin a su vida futbolística. Granollers, Atlético de Madrid, Español y Sabadell fueron los equipos por los que pasó, antes de recalar en el Betis en la temporada 1959-60. Clásico jugador de club que siempre rindió con todos los entrenadores que pasaron por el banquillo verdiblanco en la década de los 60, a pesar de la dura competencia que tuvo con otros defensas verdiblancos.
En septiembre de 1969, cerca ya de los 34 años, el Betis le dedicó un partido homenaje frente a los brasileños de la Portuguesa, y días antes fue entrevistado en el diario deportivo AS.
A Paco Grau, Quico Grau para los que hasta ahora han sido sus compañeros, le ha llegado la hora de su homenaje, que no es más que la hora de la retirada, de decir adiós a una profesión que lo ha sido todo para este catalán afincado en Sevilla.
– No sabría definirlo; es un momento que uno tiene siempre y en el que no se piensa hasta que llega su hora
El Betis le ofreció a Grau la fecha que él quisiera y la oportunidad que él mismo escogiera para el homenaje, y Grau, con una comisión organizadora designada al efecto, puso manos a la obra, concretándose que la mejor fecha era septiembre, frente a un equipo extranjero, en la ocasión de presentar al remozado equipo bético ante la afición.
De esta forma el partido homenaje a Grau será el día 2 de septiembre por la noche en el Villamarín, enfrentándose el conjunto sevillano al club Portuguesa, de Río de Janeiro. Es un homenaje que ha caído bien en todos los ambientes, porque hay algo importante que los públicos valoran, y es, además de la entrega profesional, el recato y el buen comportamiento del jugador fuera del terreno de juego, en todos los ambientes, en sus relaciones con los demás y con el club. Grau ha sido un ejemplo permanente para los numerosos profesionales que han pasado por el Betis en los diez años que ha permanecido en el club.
– ¿Momentos alegres y situaciones tristes…?
– Para un jugador de fútbol esas situaciones son muy frecuentes. Un balón que da en el palo, un partido que se pierde, una actuación deficiente… y, por el contrario, el día que todo sale bien, los goles decisivos. Tal el momento más alegre deportivamente ha sido cuando conquistamos el Trofeo Carranza. Y el más triste, cuando en el último minuto encajamos un gol en La Rosaleda y nos hundió en la Segunda División.
– ¿Qué ha sido el Betis para Grau?
– Todo. Llegué aquí con veintitrés años y una gran insatisfacción como futbolista, porque pese haber pertenecido al Atlético de Madrid y al Español no llegué a consolidarme, y por eso, cuando llegué del Sabadell hace diez años, con Xanín y con Gargallo, me dije: “Quico, esta es la tuya”. Después todo fue bien; unas veces jugando y otras mordiendo la impaciencia del suplente, pero siempre bien mirado, considerado en el club.
– ¿Te afincas en Sevilla?
– Pues sí. Mi mujer es también catalana, pero me inicié hace unos años en seguros y llevo una delegación francesa. Aquí me quedo. Me gusta la tierra y el carácter, y al menos, para mí, todo han sido facilidades en todos los sectores.
– Y el homenaje, ¿qué representa para ti?
– Uno ha cumplido con su obligación, y ahora se me ofrece un homenaje. Esto es de agradecer. Siempre es bonito, sobre todo poder comprobar que, aunque se ha cumplido con el deber, se lo agradecen a uno. Me voy del fútbol con verdadera nostalgia porque lo ha sido todo para mí, y si volviera a nacer sería otra vez futbolista
– ¿Has hecho fortuna?
– No puedo quejarme. Pero… ¿te parece poca fortuna los amigos y los lazos que te proporciona el fútbol? Eso vale mucho más que la más fabulosa cantidad de dinero
Fuente: Justo Andrés en AS 24 de agosto de 1969