Entrevista José Cabrera Bazán 1969
José Cabrera Bazán fue un caso totalmente anómalo entre los futbolistas de su época, ya que simultaneó la práctica futbolística con los estudios de Derecho, lo que le permitió ejercer de abogado cuando se retiró del fútbol en 1957.
En 1969 consiguió ganar unas oposiciones a la plaza de Derecho del Trabajo, por lo que fue entrevistado en el diario Marca. En la entrevista relata su vida futbolística desde que llegase al Betis procedente de su pueblo natal, La Algaba, y su paso posterior por Sevilla y Jaén.
Siempre mostró una actividad reivindicativa de los derechos de los futbolistas, que en esa época no eran para nada comparables a la situación actual. Incluso durante su estancia en Jaén llegó a ser encarcelado, por orden expresa del gobernador civil, por negarse a jugar un Jaén-Valencia en marzo de 1954, dado que el club se negaba a pagarle unas cantidades que le adeudaba.
Fue elegido en 1980 senador por el PSOE en la provincia de Sevilla y desempeñó también puestos de responsabilidad en la Asociación de Futbolistas Españoles.
José Cabrera Bazán ha jugado durante mes y medio los partidos más difíciles de cuantos se le presentaron en la vida. Encuentros eliminatorios al estilo Copa. El triunfo ha sido absoluto. Cabrera, nombre de batalla futbolística, logró un gol de antología al conseguir una de las cuatro cátedras vacantes de Derecho del Trabajo, en lucha con doce opositores. Ejercerá su magisterio en la Universidad de Santiago de Compostela.
Lo normal es que los jugadores de fútbol a la hora de preparar su retirada, piensen en seguir ligados a la profesión que les dio fama y dinero o se decidan por los negocios. Muy pocos siguen carreras universitarias, y más contados son aún los que destacan, sobre todo desde los tiempos en que el profesionalismo se ha implantado. El caso del nuevo catedrático es, más que excepción, algo extraño.
– ¿Cómo ha tenido tiempo Cabrera para tantas cosas en la vida?
– Nunca tuve ni domingos ni fiestas. La memoria de cátedra la hice el invierno pasado, durante los fines de semana, encerrado en un pequeño chalet de Mazagón. Recuerdo que terminé la carrera aprobando diecisiete asignaturas de una vez. Aproveché una grave lesión para estudiar sin descanso.
Cabrera tiene siete hijos y un bufete abierto. Con ello ha debido compaginar la preparación de la cátedra. Muchos años de sacrificio. No quiere mezclar su vida profesional con la familiar. “Son cosas aparte”, dice.
– ¿Raro?
– Sí, algo. No me gustan las aglomeraciones. Soy, además, algo nervioso.
– ¿Preferencias al margen de los estudios?
– La música y la literatura.
– ¿Cómo ha recibido su esposa la obtención de la cátedra?
– Es feliz
– ¿Soportó bien el tiempo de preparación?
– Eso no tanto. Mi mayor problema ha sido el de lograr aislarme para preparar las oposiciones. Aprendí mucho con mi maestro, don Manuel Alonso Olea, actual catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Madrid, y con el que fui adjunto en Sevilla.
Cabrera, el catedrático Cabrera, cuenta treinta y nueve años de edad. Allá por el año 1947, el Betis buscaba refuerzos entre la cantera. Iba a probar a tres jugadores del Club Deportivo Algabeño, en el que jugaba el futuro catedrático. Faltaban jugadores para el partido de prueba y le hicieron jugar. Fue el único que interesó a los verdiblancos sevillanos. Aquella temporada jugaría como amateur. Firmó por dos años más, pero las cosas no iban bien en el equipo hispalense. Para salvar al club de la desaparición, don Pascual Aparicio tuvo que vender a Cabrera al eterno rival: al Sevilla.
En el debut con los blancos sufrió una grave lesión de menisco que le tuvo una temporada apartado del fútbol. Para comprobar cómo había quedado fue cedido al Jaén, con el que logró el ascenso a Segunda. Después de un viaje con el Sevilla por Hispanoamérica es traspasado definitivamente al Jaén, donde logra el ascenso a Primera División. Vuelve otra vez a Sevilla para enrolarse en el Betis de nuevo. Tres años más en activo con los verdiblancos, breve estancia en Huelva y cuelga las botas.
– ¿Por qué estudian tan pocos futbolistas?
– Proceden en su mayoría de un estrato social modesto, y la educación, hasta ahora, ha sido en España un privilegio. La consecuencia cae por su peso
– ¿No le interesó seguir ligado al fútbol?
– Fui directivo del Betis diez días y no puede aguantar la mentalidad de los directivos. Creen por principio que lo jugadores son unos granujas, y yo pienso lo contrario
– ¿Satisfacciones y disgustos en la vida deportiva de Cabrera?
– El primer año que jugué con el Betis y los ascensos con el Jaén fueron días de gran gozo. Ahora mismo estoy recibiendo grandes alegrías por parte de antiguos compañeros. Hace unos momentos acaba de llamarme desde Guernica Careaga, que jugó conmigo en el Jaén. Me he emocionado. Entre los disgustos mayores cuenta el que un gobernador, arbitrariamente, me encerrase en la cárcel porque me negué a jugar porque no me pagaban.
– ¿Los mejores jugadores que recuerda?
– Técnicamente Kubala fue, a mi modo de ver, superior a Di Stéfano, aunque éste creo que era un prodigio en la reunión de todas las cualidades. También Ben Barek fue un gran jugador; Luis Suárez, aunque no para todos los partidos; pero sobre todo admiro a Luis Del Sol, que lo reúne todo. Un monstruo de la naturaleza para el fútbol.
– ¿Males de nuestro balompié?
– Estoy al margen. El último partido que he visto fue en Madrid, durante las oposiciones. Estuve en el Atlético de Madrid-Santos. Me maravilló el primer tiempo de los brasileños. Si se jugase así sería un espectáculo maravilloso.
A pesar de que está apartado del fútbol como espectador, los problemas de los jugadores y la estructuración del fútbol han sido uno de sus motivos de estudio.
– ¿Qué significa el fútbol para el catedrático señor Cabrera?
– Desde el punto de vista del jugador es el ejercicio de una actividad profesional como otra cualquiera. Desde el punto de vista jurídico resulta una aberración monumental. No se concibe que se pueda negar a los jugadores el derecho a acudir a los Tribunales ordinarios para defenderse de cualquier injusticia. Sobre esto versa mi tesis doctoral, un tema demasiado amplio.
– ¿Partidario de la libre contratación de jugadores?
– Desde luego, aunque con ciertas limitaciones. ¿Por qué se niega este derecho al futbolista cuando existe en otras profesiones de tipo similar?
En su despacho, las llamadas son constantes. Atiende a todo con rapidez. Mientras atiende al teléfono rompe papeles inservibles. Dinamismo puro. Cuando intentamos convencerle para que Sánchez del Pando haga unas fotografías de tipo familiar, él rehusa. Para finalizar la entrevista quedamos citados en el local comercial de Sobrado, el ex jugador madridista que actuó con Cabrera en el Betis.
– Sabía, dice Sobrado antes de que llegue su antiguo compañero, que podía alcanzar la cátedra. Cuando se empeña en algo lo consigue.
– ¿Cómo es Cabrera?
– Un caballero en todos los sentidos. Estuvimos juntos dos años en el Betis.
Aparece puntual. Desea hablar con Sobrado sobre algún pleito. También está interesado en hacerse con una fotografía de sus años de futbolista.
– Debes de tener por ahí la fotografía de la delantera que formábamos Lasa, yo, Mundo, aquel muchacho grueso, tú, (dice por Sobrado) y Luis Del Sol
La fotografía no aparece en la enorme caja donde las guarda Sobrado.
-Si tú no la tienes seguro que León Lasa la guarda. Es un hombre muy ordenado.