Entrevista José Carlos Fantaguzzi 1987

El jugador argentino José Carlos Fantaguzzi llegó al Betis en la ultima semana del mes de agosto de 1987, cuando la pretemporada tocaba a su fin. Sólo faltaban 4 días para el inicio oficial de la competición cuando arribó a Sevilla de forma urgente tras las gestiones realizadas por el vicepresidente Miguel Espina y el secretario técnico Luis Del Sol, ante la apremiante demanda de refuerzos por parte del entrenador John Mortimore, vistas las deficiencias graves que el equipo demostró en la pretemporada.
El 6 de septiembre en el Villamarín Fantaguzzi debutó en el minuto 62, cuando saltó al terreno de juego para sustituir a Reyes ante el RCD Espanyol. Un partido que se saldó con una victoria verdiblanca por 3 goles a 1 y con el equipo aupado en la segunda posición de la tabla tras la victoria de la semana anterior ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán.
Ese mismo 6 de septiembre en las páginas de Diario 16 el periodista Guillermo Sánchez entrevistaba a Fantaguzzi, un perfecto desconocido para la inmensa mayoría, que revelaba sus características técnicas y su ansia por triunfar en el fútbol europeo, así como daba algunas claves personales como su próxima boda o el trauma que supuso la guerra de las Malvinas.
José Carlos Fantaguzzi sueña con ser lugarteniente de un genio. Quienes le conocen aseguran que es un futbolista competitivo, viril, práctico, sencillo y vertical, que tiene “la técnica que se le supone a todo futbolista argentino que sale de sus fronteras”.
Un jugador que posee, sin embargo, el contraestilo de los Moyano, Cabrera, Ciraolo y Valdano y la pléyade argentina que vino a España como garantía de gol, “puesto que mi posición me impide marcar una media muy superior a los tres goles que hice el año pasado con Ferro”. Luis Del Sol asegura que las áreas no están prohibidas para nadie, pero Fanta es un centrocampista defensivo, “que así se la llama aquí al futbolista de tres cuartos de cancha hacia atrás, tapón de interiores ofensivos, es decir, vuestro número seis tipo Víctor, el del Barcelona, que allí luce el cinco, tipo Batista, el de River”.
Los técnicos argentinos aseguran que Fanta será, como Batista, el lugarteniente de Maradona en la selección y guardará con Dieguito las relaciones futbolísticas que sostuvieron Gerson con Pelé y Coluna con Eusebio.
- Todos los equipos tienen su equilibrio, y el Betis lo tiene; que nadie me pida la galopada de Gordillo por la banda, aunque Soto diga que tengo sus fibras y su calidad muscular; que nadie me pida los goles de Calderón, porque para eso están Gabino, Yáñez y Rincón. Afortunadamente este equipo no depende de un salvador.
El segundo extranjero del Betis debutará esta tarde en Heliópolis, pero lo hará en pocos minutos.
- Estoy muerto, le pedí a Mortimore que parara en un entreno porque tengo agujetas y estoy pagando la corta duración de un entrenamiento en Argentina; eso y el cambio horario, porque la primera semana tuve que dormir a base de pastillas, que ya me ahorro gracias las indicaciones del doctor. En fin, que pido paciencia, porque no quiero estrellarme en el primer partido
Terryle, directivo de su club de procedencia, dijo que el Betis había conseguido los servicios del “alma” de Ferrocarril Oeste.
- Griguol, un técnico de Ferro que me enseñó mucho como futbolista y como persona me decía: “Fanta, hay cosas que se hacen fuera de la cancha que se reflejan dentro y viceversa”. Por eso yo fuera de la cancha vivo para el fútbol, y por eso dentro me querían tanto. Nunca me gustó perder a nada, me ponía muy mal con cada derrota, mis compañeros sabían cómo me las gastaba en vestuarios cuando perdía y por eso fui líder sin pretenderlo. Yo siempre corría y contagiaba a mis compañeros porque si alguien bajaba los brazos y perdemos, la tristeza de la derrota me dura hasta el martes, y un profesional tiene que levantar la cabeza el lunes
Fanta, “porque es así como me gusta que me llamen”, es el menor de cuatro hermanos de una familia humilde. Nació en Pergamino, provincia de Buenos Aires, y emigró “para ser futbolista, para triunfar; soy ambicioso y quiero jugar a campeón con el Betis y con la selección argentina, donde cuento con la confianza de Bilardo y soy el relevo de Batistuta, que tiene sobre mí la ventaja de haber salido campeón del mundo”.
La trayectoria de Fantaguzzi confirma la teoría de sociólogos y entrenadores de prestigio, como Helenio Herrera, que entendían que los grandes futbolistas proceden de familias humildes y desarrollaron mejor sus aptitudes porque en la infancia vivieron en un medio donde la picaresca es necesaria.
- Yo soy ambicioso porque quiero ser gente en el fútbol. Con Argentina quiero ser campeón como Batista y en Europa quiero batir un desafío profesional y hacer cosas importantes como ser humano
El primer gran objetivo personal del jugador argentino consiste en “asentarme y traer a mi novia, Fabiana, a esta ciudad maravillosa”. Fantaguzzi contraerá matrimonio con Fabiana en ocho días, en Buenos Aires. Mortimore le ha dado tres días de permiso al regreso de Valencia.
- Aquí la gente es extrovertida, como yo, por eso no me extraña que Calderón eche de menos el cielo azul de Sevilla y su gente allí en París. Estoy seguro de ser feliz acá, y por eso siempre dije a los intermediarios que de salir de Argentina sólo quería venir a España, por lazos de cultura y porque compartimos el mismo idioma.
A sus veinticinco años, “aunque perdí año y medio con las Malvinas”, el nuevo centrocampista del Betis ha iniciado con buena letra el episodio más importante de su vida, “porque el presente es siempre lo más importante”, y dice estar dispuesto a no arruinar su éxito “ni por mí, ni por las circunstancias, porque a pesar de todo resulta muy duro cambiar de vida y de país”.
Y cuando el próximo lunes 14 vuelva a su Buenos Aires querido, como decía Gardel, no habrá más penas ni olvido, “aunque Fabiana y yo viviremos aquí pendientes de todo lo que ocurra en mi país y ojalá que las noticias sean buenas, que Alfonsín arregle lo de gobiernos anteriores”.
José Carlos Fantaguzzi recuerda aquella trágica noche del 14 de mayo “como si se tratara de una pesadilla”, pendiente de las escasas noticias que llegaban desde la base aérea de Pebble Island. Fanta estaba a punto de formar parte de las fuerzas que, a las órdenes directas del general Mario Benjamín Menéndez, iban a tomar posiciones en la bahía de San Carlos y en el aeropuerto de Port Stanley.
- Sin embargo, la fuerza del destino debió arrastrarme a una grave lesión en la muñeca, que me inmovilizaron con yeso y me impidió marchar al frente. Mis compañeros y yo nos preparábamos para combatir y para cualquier cosa. Estábamos envueltos en una guerra para la que no estábamos preparados y que tuvimos que afrontar en inferioridad todos los soldados, todos los compañeros que estaban haciendo el servicio militar en la marina.
El nuevo futbolista del Betis tardó en olvidar, “como tardo en olvidar las derrotas en el terreno de juego”, las órdenes de los mandos militares argentinos que abandonaron a su suerte a la tropa frente a soldados profesionales y el durísimo clima polar de la zona.
- Fue una guerra desigual, una guerra lamentable como todas. Recuerdo que me faltaban cuatro meses para firmar mi primer contrato profesional cuando tuve que enrolarme. No tuve facilidades para jugar al fútbol, como es lógico, y me retrasé mucho, hasta el punto de estar convencido de que como futbolista tengo dieciséis meses menos de edad. Fue la situación más triste y más difícil de mi vida
Desde que vivió su versión personal de la ópera de Verdi “La fuerza del destino», Fantaguzzi se reafirmó en su vocación por la retaguardia, comprendió que el fin no justifica los medios y que hay otros medios para reivindicar las Malvinas argentinas. Fanta desmiente la leyenda de la enemistad anglo-argentina, «porque la guerra pasó y pasó y a nadie le gusta”, aunque tardará en olvidar los torpedos MK8 que hundieron el General Belgrano y las órdenes de ataque recibidas por la Fuerza Naval de Intervención inglesa, compuesta por 36 navíos de guerra y media flota de submarinos nucleares.