Entrevista José María Menéndez 1994
José María Menéndez llegó al Betis en la temporada 1994-95, procedente del Albacete, con el que subió a Primera División de la mano de Benito Floro y con el que destacó como jugador polivalente por la banda izquierda.
Esta entrevista se publicó en Diario 16 Andalucía a cargo del periodista Juan Luis De las Peñas el 11 de septiembre de 1994, el día en que el Albacete se enfrentaba en el Villamarín al Betis en el encuentro número 1.000 del equipo verdiblanco en Primera División. En ella Menéndez repasa su trayectoria desde sus inicio en Mareo, la ciudad deportiva sportinguista, pasando por diversos equipos en Tercera y Segunda B hasta llegar al Albacete, equipo con el que subió de esta categoría a Primera División en solo dos años.
José María Cabrera Menéndez, asturiano de 30 años, fue el primer fichaje que realizó Manuel Ruiz de Lopera para afrontar el retorno del Betis a Primera División. Su contratación se anunció casi al mismo tiempo en que se producía el ascenso en El Plantío burgalés. Teóricamente era el zurdo encargado de sustituir a todo un mito como Rafael Gordillo. Serra Ferrer ha confiado plenamente en él y lo utiliza como un hombre polivalente en la banda izquierda. Menéndez debuta hoy oficialmente en el Benito Villamarín y lo hace contra el equipo que lo dio a conocer en Primera, el Albacete.
- Albacete, partido número 1.000 del Betis en Primera, Benito Floro, debut oficial en el Benito Villamarín. ¿Demasiadas ideas para afrontar tranquilo este primer encuentro?
- La verdad es que sí, pero el profesional debe de estar por encima de todas estas cosas y cuando saltas al campo debes olvidarte de ellas, centrarte sólo en el juego, exclusivamente en ello, y nada más. Es cierto que durante toda la semana pasan por la cabeza esas cuestiones de índole afectivo, pero, una vez en el campo, se olvida todo
- En base a su experiencia, ¿puede convertirse el Betis en el Albacete de su primera temporada en la máxima categoría?
- Puede ser, aunque es algo muy difícil. La Primera División es un mundo aparte. En el Albacete nos metían en todas las quinielas para el descenso y esto no es similar en el Betis. Sí nos podemos aprovechar de que, a pesar de la historia del Betis, somos un equipo recién ascendido y esto provoca que los rivales afronten los encuentros con cierta superioridad. En esa medida podemos sorprender
- ¿Pero, a diferencia de aquel Albacete, el Betis tiene muchos más futbolistas de los denominados de Primera División?
- Lo del Albacete de Floro fue una vez en la vida. Se juntaron muchas cosas, éramos todos jugadores de Segunda B y se reunió a una serie de futbolistas importantes. Pero eso se acabó y ahora ya viven en Albacete la realidad
- ¿Y cómo ha seguido usted durante toda la semana pasada en su antiguo equipo?
- A través de la prensa simplemente. La verdad es que todo ha sido raro, es la primera vez que un entrenador decide que se quiere ir antes de comenzar el primer encuentro de la temporada y sin que la directiva haya ejercido una presión sobre su persona. Pero en el fútbol cada día te encuentras una sorpresa para desayunar, y todo lo achaco a los problemas personales de Luis Suárez
- Benito Floro, al poco de fichar por el Madrid, dijo de usted que era “la mejor zurda de España”…
- Siempre hemos tenido una gran relación. Benito es un entrenador que se lleva magníficamente con los futbolistas, siempre intenta ayudarlos a mejorar y, si es posible, esto se consigue. Como se suele decir vulgarmente, nos daba bastante vidilla e intentaba apoyarnos al máximo. Le estaré muy agradecido durante toda mi vida, pero esas palabras no supusieron que me lo creyera, ya que en esto del fútbol un día eres el mejor y al siguiente el peor
- Si Floro hubiera sido entrenador del Albacete pongamos por caso el 15 de mayo, ¿hubiera seguido Menéndez en el club manchego?
- Eso no se sabe, pero hubiera sido una posibilidad. Ahora mismo estoy en el Betis y es lo único que me preocupa, aunque insisto en que la relación con Benito siempre fue excelente
- ¿La relación entre Floro y usted tiene algo que ver con la Asturias natal de ambos?
- Para nada, entre otras cosas porque Benito es sólo asturiano de nacimiento, y es valenciano cien por cien. Es un poco complicado explicar cómo se gestó mi fichaje por el Albacete
- ¿Pero entonces usted militaba en el Avilés?
- Sí, pero Benito le preguntó a Chaparro, un paraguayo que hasta la temporada pasada jugó en el Marbella, si conocía a un zurdo que pudiera desarrollar una buena labor en el carril izquierdo. Yo había coincidido con Chaparro en el Lorca y éste fue el que me recomendó a Floro, le habló de mí y enseguida firmé por el Albacete
- Esas incursiones en equipos de Segunda B llegan después de que no fuera profeta en su tierra, concretamente en el Sporting de Gijón…
- Yo salí de la escuela de Mareo, donde estuve desde los catorce a los dieciocho años. Llegué al segundo equipo del Sporting, pero por circunstancias de la vida, porque todos no pueden jugar en la primera plantilla, me tuve que buscar la vida por otros sitios
- ¿No tiene la sensación de haber sido valorado demasiado tarde en el fútbol de élite?
- Está claro que sí. Hay gente que llega a Primera División con veinte años y yo lo hice con veintisiete. Todo influye, llegar tan tarde a Primera es un hándicap, pero yo siempre busco el lado positivo y digo que hay muchos jugadores que no han podido llegar a la máxima categoría ni con veintisiete años ni nunca. Hay que mirar siempre hacia delante y estoy muy contento de haberlo conseguido
- De cualquier forma, su última temporada, con doce goles, ¿no le hubiera supuesto a cualquier otro jugador el pasaporte para el Mundial de Estados Unidos?
- Para ir a la selección hay que hacer muchas cosas y acaparar demasiados méritos. Fueron doce goles y un buen trabajo, pero influyen demasiadas cosas. Trabajo día a día y no me come mucho la cabeza la posibilidad de ir a la selección. En un momento se habló de mi inclusión en una convocatoria, me hice una pequeña ilusión y fue una gran desilusión. No quiero pensar más en ello
- Su experiencia en Primera es mayor que la que atesoran la mayoría de sus actuales compañeros. ¿Dónde situaría a este Betis en su retorno a la máxima categoría?
- Si tenemos un poco de suerte, en mitad de la tabla. Hay ocho o diez equipos inferiores al Betis
- ¿Pasar apuros no se le pasa ni por la cabeza?
- No quiero ni pensarlo, porque ya lo sufrí el segundo año con el Albacete y es mejor ni recordarlo. Es una tensión constante, ves que no sales del hoy y es difícil de vivir. En las primeras jornadas estábamos ya con seis negativos y eso pesa mucho, la gente se pone nerviosa y nadie quiere el balón. Prefiero no pensar en esa posibilidad
- Su puesto en el Betis, tan cercano a los delanteros, ¿no le resulta algo extraño?
- Me adapto fácil a cualquier puesto. He jugado de lateral, de centrocampista, de carrilero, lo he hecho en tres o cuatro puestos según las exigencias del entrenador. Ahora bien, no me cabe duda de que si juego más arriba tienes más posibilidades de pisar el área y de hacer más goles, aunque también la dificultad para sorprender es mayor, estás más marcado. La adaptación ha sido fácil
- Cuando el día después del ascenso del Betis se comenta que viene para sustituir a un mito como Gordillo, ¿qué se le pasó por la cabeza?
- Esa fue la constante en las preguntas del día de la presentación, pero ya dejé claro entonces que no venía a sustituir a nadie. Soy una pieza más del Betis, lo técnicos querían reforzar la plantilla con un zurdo y yo fui el elegido, así de simple. Además, perfectamente podemos estar los dos y el equipo se compone de veintidós jugadores, no de once. Pero no sólo eso, porque también debo decir que una de las mayores alegrías que he recibido en el Betis ha sido conocer personalmente a Gordillo, al que admiraba con anterioridad. Fui su compañero de habitación en la pretemporada y fue fenomenal. Estoy contentísimo de estar al lado de Gordillo
- ¿Desde fuera da la sensación de que le cuesta demasiado trabajo adaptarse a Sevilla?
- Es simplemente por mi carácter. Soy así y no lo puedo remediar. Estoy acostumbrado a una ciudad pequeña como Albacete y me cuesta un poco. Reconozco que parezco una persona demasiado seria. Los críos hasta me tienen miedo cuando me ven, pero eso es engañoso. Todo es cuestión de tiempo y de confianza para ir soltándome un poquito