Entrevista José Núñez Naranjo 2000
Dentro de la serie de entrevistas que solemos ver los lunes traemos hoy una que se publicó en el diario ABC en diciembre del año 2000.
En ella el periodista Manuel Fernández de Córdoba entrevista a José Núñez Naranjo, el gran presidente verdiblanco que estuvo en el cargo entre los años 1969 y 1979 y que, más de 20 años después de su estancia en la presidencia bética, analiza con su característica humildad su paso por el cargo.
Núñez Naranjo es, en mi opinión, el mejor presidente que ha tenido el club en sus largos años de historia. Su mandato representa la entrada del Betis en la modernidad, pero sin perder aún el carácter familiar y entrañable que era entonces la sociedad. En la entrevista se repasan los principales hitos de su mandato, centrados en la Copa del 77, pero atendiendo también a otros aspectos, como la adquisición definitiva del Villamarín, la renovación de las instalaciones, el incremento del número de socios, los profesionales y directivos de los que se rodeó, etc
La falsa modestia se ve desde lejos pero, la de verdad, se adivina en quien mira de frente, como lo hace José Núñez Naranjo y, cuando le saco en la conversación lo de la Copa del Rey, salta como un resorte y dice y repite que “el mérito fue de los jugadores, del entrenador, del secretario técnico y de los béticos que confiaron en mí”, espantando hasta el menor protagonismo de su persona. Y si le insisto que sí, que vale, que, si se empeña, que lleva razón, pero que algo, le digo, tendría que ver el presidente en el asunto y que el presidente era él, y se vuelve a amparar en los béticos, en el secretario técnico, en el entrenador y en los jugadores para darle a todos ellos el ciento por ciento del mérito y rubricar tajantemente: “No quiero que se me recuerde como el presidente de la Copa del Rey”.
Y cuando, entonces, le pregunto por qué quiere que se le recuerde, aparte de decirme, con el cariño de tantos años de amistad, como riñéndome, “qué porqué me he acordado de él cuando él ya está muy lejos en el tiempo”, sí me dice, brillándole los ojos de emoción, “que se me recuerde como el presidente que llevó el Betis de la simpatía por delante, que nos abrían las puertas en todas partes, y que fue el único equipo que lo recibió primero Franco y después el Rey, cuando aún era Príncipe, sin haber ganado ningún trofeo. Sin ganar nada, ya nos recibían”.
– Hablemos de los béticos…
– Todo viene de que confiaron en mí los béticos. Yo me encontré al Betis, cuando llegué a la presidencia en 1969 con cuatro mil socios y, entonces, Juan Petralanda hizo números y me dijo: “Pepe, como no alcancemos quince mil socios, como mínimo, no podemos pagar ni los sueldos”. Fue entonces cuando hicimos la operación quince mil. No sé si recordarás el anuncio que hicimos. Una foto de un niño con un carné de socio en la mano y un texto debajo que decía: “Esto es lo que te da derecho a decir que eres bético”. Y la gente reaccionó de una manera que nos permitió levantar al Betis
– Por algo confiarían las penas…
– Posiblemente porque yo siempre les dije la verdad. El Betis, les dije, será lo que ustedes quieran que sea. El Betis no es mío, sino de todos; y lo que entre todos hagamos será lo que sea el Betis. En dos temporadas pasamos de los veinte mil socios y, claro, ya ahí pudimos hacerle frente a las pequeñas trampas que habían quedado de temporadas anteriores y nos permitió, además de hacer el gol norte, el gol sur y el voladizo de preferencia y comprar unos terrenos en Bellavista, que luego no sirvieron y se vendieron, además de pagar las obligaciones que estaban en los bancos por la compra del campo. También hay que decir que los bancos, salvo uno que me callo, se portaron maravillosamente. Hubo dos que nos las regalaron y otros nos las dejaron en el cincuenta por ciento. Así pudimos escriturar el campo a nombre del Real Betis Balompié. La confianza de la gente fue la que levantó al Betis.
– Algo tendrían que ver también los hombres del presidente…
– Eso sí. Me rodeé de gente maravillosa. Muchos de ellos veteranos, porque yo tuve también mi junta consultiva. Para hacer este equipo directivo tuve siempre presente lo que me dijo mi padre un día: “Pepe, escucha, que aprenderás más que hablando”. Y es verdad: se aprende más escuchando que hablando
– Y se acabaron las trampas…
– Yo no quise entrampar al club nunca. Juan Petralanda me decía siempre: “Pepe, nosotros podremos estar en Primera, en Segunda o hasta en Tercera pero, si no tenemos trampas, no desapareceremos nunca. Como tengamos trampas, desapareceremos”.
– Juan Petralanda. Inolvidable para quien le conocimos y al que no se le ha hecho justicia en verdiblanco
– No se le ha hecho. Y era un hombre que hizo muchísimo por el Betis. En las asambleas se llevaba a la gente de calle a base de razonamientos. Subía los carnés y lo quería todo el mundo. Los propios jugadores le querían y hablan maravillosamente de él, a pesar de que, por interés del club, naturalmente, siempre les regateaba los dineros
– Un Betis, si volvemos a las vísperas de la Copa del Rey del 77 que eran, según dijiste, “poquitos, pero buenos”
– Eso lo recordé, con la Copa ya en Sevilla, cuando hablé desde el balcón del Ayuntamiento y me acordé de los poquitos que vinieron a la eliminatoria contra el Valladolid. Porque hay que saber estar en los momentos difíciles
– Dime un recuerdo de aquella noche de la Copa. El más emocionante. Supongo que sería al coger la Copa…
– No. No fue ese el momento más emocionante. Fue cuando mi mujer saltó al palco y me dio un abrazo
Ahí hoy, tantos años después, a Pepe Núñez le rebosó la emoción.
– ¿Qué si me acuerdo de la alineación? Esnaola; Bizcocho, Biosca, Sabaté, Cobo; López, Alabanda, Cardeñosa; García Soriano, Megido y Benítez. Después salieron Eulate y Del Pozo. Aquello no era un equipo, ni una plantilla, aquello era una familia dentro y fuera del vestuario. La prueba está en que seguimos viéndonos todos los meses. Nos reunimos en un almuerzo. Antes, como decía Rogelio, los jugadores se iban, porque había un solo coche, juntos después del entrenamiento a tomar una cervecita, pero ahora, cada uno sale con un cochazo y ya no se ven hasta el otro entrenamiento
– Cuántas veces has visto el partido?
– Muchas. Fue muy emocionante. Se emocionó hasta el Rey
– ¿La mayor satisfacción en diez años de presidente?
– Esta por supuesto. Y otra, haber estado seis años representando al Betis en la FEF
– ¿Quién hizo la plantilla?
– José María De la Concha. Cuando traíamos a dos o tres jugadores estilistas como Cardeñosa me decía: Ya tenemos bastantes, ahora hay que traer a los que corran los noventa minutos
– Ferenc Szusza
– Un hombre muy inteligente. Nos lo recomendó Kubala. Llegó, le pusimos un intérprete para seis meses y dijo que un mes solo. Si no aprendía español, se iba. Y lo aprendió. Con él descendimos y ascendimos. Se fue porque no le renovaron permiso en su país
Tiene José Núñez el número 8 del carné del Betis. “Eso es por lo viejo que soy ya”. Vio al Betis en el Patronato “y, por supuesto, el día del 2-4 en la inauguración del Sánchez Pizjuán”. Vivió en Nervión, pero “los béticos nacen, no se hacen, y yo nací bético”. Ha visto al Betis “en Primera, en Segunda y en Tercera” y hay algo que lamenta de aquellos tiempos en la presidencia: “Que desapareciera el Trofeo Ciudad de Sevilla; fue una lástima”.
– ¿Qué pasó para descender a Segunda después de ser campeones de Copa?
– Que la plantilla era corta, porque no teníamos para más y que no se lo esperaba nadie
-¿Qué opinas de las sociedades anónimas deportivas?
– Que se le pierde cariño al club porque ya no es de uno
– ¿Y de los dineros de ahora?
– Que a nosotros no nos daban de televisión ni un anuncio
– ¿Cuánto valdría hoy el equipo que ganó la Copa?
– Un dineral
Fuente: Manuel Fernández de Córdoba en ABC 3 de diciembre de 2000