Entrevista Luis Del Sol 1957
En marzo de 1957 Luis Del Sol disputa con la selección B dos partidos frente a Egipto y Grecia. Son su debut en el fútbol internacional, y lo hace aun cuando el Betis milita todavía en la Segunda División.
Por este motivo es entrevistado por el diario deportivo Marca, en el mismo hotel de concentración del equipo antes de partir hacia El Cairo y Atenas.
Una detallada entrevista en la que detalla sus inicios como futbolista en su barrio de San Jerónimo, así como su paso por la cantera bética antes de ser cedido al CD Utrera y debutar con el primer equipo verdiblanco.
Quizá la nota más destacada de la selección B, que esta tarde emprenderá viaje aéreo al país de las pirámides, la constituya el jugador Luis Del Sol, que sin pertenecer a la Primera División va a vestir la camisola roja de España.
Luis Del Sol es una de las figuras más traídas y llevadas de la actualidad. Triunfó rotundamente la pasada temporada en el Betis, aunque su estilo, florido y escurridizo, provocara no pocas discusiones entre los espectadores, algunos de los cuales le acusaron de exceso de dribling y retención del balón.
– ¿Tenían razón o no?
– Mire usted, siempre hay señores que no ven bien el fútbol o que no lo entienden. Yo driblaba cuando lo consideraba conveniente en una jugada determinada, y retenía el balón el tiempo suficiente para que se desmarcara el compañero a quien enviarle la pelota. Lo que no podía hacer de ninguna manera era entregársela a un contrario…
Conversamos en el vestíbulo del hotel Zurbano. El reloj señala las nueve de la noche.
– Cenaremos dentro de media hora, de forma que tenemos tiempo de conversar. ¿Qué quiere usted preguntarme?
Así empezó nuestra entrevista con Del Sol, el jugador de Segunda División que va a vestir la camisola roja de España.
Luis Del Sol no es sevillano, como pudiera colegirse por su acento. Nació en Arcos del Jalón en al año 1936. A los dos meses de edad su familia se traslada a la ciudad de la Giralda, estableciéndose en el barrio de San Jerónimo, donde Luis propinó las primeras patadas a una pelota de trapo con la que jugaban en plena calle los chiquillos del contorno. Un buen día ascendió de categoría, cambiando la pelota de trapo por un auténtico balón de cuero…
– Ingresé en el equipo de aficionados del barrio. Se llamaba el CD Alegría. A los catorce años formé parte del equipo del colegio Retiro de San Miguel y a los dieciséis pasé al CD Andalucía, del cual dí el salto al juvenil del Betis.
– ¿A qué edad ocurrió esto último?
– A los diecisiete años. Allí tuve dos entrenadores: Pepe Valera, primero, y después Jorge. Fueron los primeros entrenadores serios que tuve. Aprendí mucho de ellos. Me corrigieron defectos y me pusieron a punto para ingresar en el primer equipo del Betis.
– ¿Cómo profesional?
– Efectivamente. Pero sin llegar a alinearme me cedieron al Utrera, con el que jugué ocho encuentros consecutivos, hasta el final de la Liga.
– ¿Acertó usted a triunfar entonces?
– Pues… hice cuanto pude por quedar bien. El Utrera estaba abocado al descenso, de Tercera División a Regional. Gracias al esfuerzo de todos conseguimos que se mantuviera en su categoría.
Por aquel entonces, Luis Del Sol compartía el fútbol con su oficio de ajustador en una factoría, donde ingresó como aprendiz a los catorce años. A los diecinueve, siendo ya oficial, renunció al empleo para dedicarse exclusivamente al fútbol.
– Me gustaba el oficio. Trabajaba a gusto, y de no haber sido por el fútbol hubiera dedicado mi vida a aquel trabajo…
Pero sigamos con la biografía deportiva. Terminada la temporada de 1954, Luis Del Sol regresa al Betis. Gómez, a la sazón entrenador del equipo, le asciende a titular en 1955. Nuestro personaje tiene diecinueva años y están a punto de cumplirse las profecías de los vecinos del barrio de San Jerónimo: “Este chiquillo tienen hechuras de fenómeno…”. Pero no todos coinciden en esta afirmación. Algunas critican, ya lo hemos indicado arriba, su manía individualista, factor negativo en el llamado “futbol asociación”, que es el que se practica hoy. Le acusan de exceso de dribling y de retención del balón. Hasta que en la temporada última, y concretamente en el curso del Torneo de Promoción, Del Sol consigue el milagro de acallar protestas y unificar criterios: ¡triunfa rotundamente y se convierte en uno de los jugadores sobre quienes convergen las miradas de los grandes¡
– Pudimos haber ascendido, pero nos rodaron mal las cosas…
– ¿Qué puesto ocupa usted actualmente en el equipo?
– – El de interior izquierdo, por lesión de Sobrado. Ya sabe usted que los ocho partidos anteriores los vi dese la grada.
– ¿Le ha perjudicado esta prolongada inactividad?
– No, porque no he dejado de entrenarme un solo día y, además, he tomado parte en todos los encuentros amistosos
– ¿Fue justa la sanción que le impuso el Comité de Competición?
– Si no le importa, dejaré de contestar a esta pregunta
– Vale. ¿Es cierto que se interesan por usted varios equipos de Primera, concretamente el Atlético de Madrid, el Madrid y el Barcelona?
– Oficialmente no se me ha comunicado nada. Solo he oído rumores…
– ¿Le agradaría cambiar de equipo ascendiendo de categoría?
– Me gustaría mucho más ascender sin cambiar de club
– ¿Por qué?
– Porque siento un enorme cariño por el Betis. Pero si esta ambición no puede realizarse, acabaré por aceptar el mejor ofrecimiento
– ¿Mejor en qué sentido?
– En el económico, claro. No olvide que soy profesional.
–
La aguja grande del reloj se desliza rápidamente hacia la media. Hay que apresurarse para terminar a tiempo la entrevista.
– ¿A qué extremos izquierdos admira más usted, de los españoles?
– A Collar y a Gento
– ¿Defensas que mejor le han marcado?
– Simón, del Condal, y Torres, del Zaragoza
– Aparte del fútbol, ¿qué afición tiene?
– La caza, entre los deportes. Tengo una escopeta de aire comprimido con la que tiro a los pájaros cuando dispongo de tiempo
– ¿El cine, el teatro…?
– El cine me gusta mucho
– ¿Lecturas?
– Novelas
– ¿Contento con su profesión, o le hubiera gustado ser otra cosa que futbolista?
– No, creo que no podría gustarme nada más que el fútbol
– Cuando usted jugaba con la pelota de trapo por las calles de su barrio ¿soñó alguna vez con llegar a la altura en la que hoy se encuentra?
– Yo no; pero a veces me hacía pensar lo que decían de mí las personas mayores. “Este chiquillo va para fenómeno…”
– ¿Acertaron?
– Exageraron. ¿No le parece?
Dentro de pocas horas un avión despegará desde la pista de Barajas rumbo a El Cairo. En él irá Luis Del Sol.
– ¿Preocupado?
– Más por el avión que por el debut de internacional. Comprendo que el viaje aéreo es más confortable y rápido que ningún otro, pero… a uno le queda por dentro el hormigueo ese que tanto se parece al miedo
Sonríe y añade:
– El día que me caiga yo, no se libra nadie…
– Y en cuanto al debut ¿no le impresiona?
– Un poco sí, pero me conforta el hecho de que todos mis compañeros harán lo posible por animarme. En realidad, ya lo están haciendo desde ahora
– ¿Le hubiese gustado más debutar en España?
– Me es indiferente. Lo principal es ser internacional. Esta debe ser la máxima ambición de todo futbolista
– ¿Esperanzas de ganar?
– Las esperanzas no se pierden nunca, pero comprendo que los partidos que nos esperan en Egipto y Grecia son difíciles. Esta certeza será la que nos estimule para darlo todo en el campo
Las nueve y media. La hora de la cena. La mesa está servida. Los seleccionados, esparcidos por las butacas del vestíbulo la mayoría, hay una minoría en la barra del bar, se levantan dispuestos a dar buena cuenta del yantar.
– Quisiera pedirle un favor, nos dice Del Sol, y es que con ocasión del partido que se celebrará en Sevilla el próximo día 19 en homenaje de mi buen amigo Jenaro, retirado del fútbol por una lesión pulmonar, me permito pedir a todos los aficionados sevillanos que asistan al campo, contribuyendo con su presencia al éxito del homenaje. Jenaro se lo merece.
Queda cumplido el encargo. ¡Ah¡, y buen viaje, que se me olvidaba…
Fuente: Fernando Vadillo en Marca 6 de marzo de 1957