Entrevista Pascual Aparicio 1977
Pascual Aparicio García fue presidente del Real Betis Balompié entre 1949 y 1951, posiblemente en los peores y más dramáticos años en la larga historia del club verdiblanco. Su apoyo económico fue decisivo para salvar al club de la desaparición en este complicado periodo.
Ya antes, desde la temporada 1945-46, estuvo presente como vocal en la directiva de Eduardo Benjumea, así como vicepresidente primero en la 47-48 en la junta presidida por Manuel Romero.
Después de sus años de presidente volvería a la directiva bética en 1957 como secretario en la que presidía Benito Villamarín, con quien al año siguiente fue vicepresidente tercero.
Nació en Sevilla en 1909, falleciendo en 1988.
En julio de 1977 el periodista Tomás Furest le realizó esta entrevista para el vespertino Nueva Andalucía. Sólo 9 días después de la conquista de la Copa del Rey, Pascual Aparicio repasa en esta entrevista los difíciles momentos de su presidencia, con numerosas anécdotas, así como recuerda a varios presidentes de la historia bética y diversos momentos de gloria vividos en persona, como la Copa Spencer ó la Copa de Andalucía en los años 20.
Muy interesante también su visión de la Copa recién conquistada, así como su necesidad de reforzar al equipo para la siguiente temporada, cosa que no se hizo, con un resultado que llevó a un nuevo descenso del equipo.
En el texto se desliza una interpretación de la decadencia bética tras la guerra civil que es errónea, pues los jugadores vascos habían abandonado el Betis con anterioridad, excepto Aedo y Saro. Son otras las causas del declive tras el periodo bélico.
Hay también que matizar el número de grupos en Tercera División cuando el Betis ingresa en ella en la campaña 1947-48: eran 8 los grupos existentes entonces, no dos.
Y es tambien errónea la mención a Ignacio Sánchez Mejías como presidente bético cuando se ganó la Liga en 1935, ya que es Antonio Moreno Sevillano el presidente de ese momento.
Interesante también la mención a un compañero de la época: Manolo Simó «un archivo viviente», en relación al historial de Patricio. Realmente llegó de la Olímpica Jiennense, siendo posteriormente traspasado al Atlético Tetuán.
Pascual Aparicio abandonó la presidencia bética en septiembre de 1951, de una forma totalmente desmerecida. Una derrota en casa ante el Almería, y sobre todo el fracaso en la liguilla de ascenso al final de la temporada anterior, provocaron la masiva protesta de la afición, ante lo que presentó la dimisión.
Sus esfuerzos económicos en los años más duros en la historia del Betis fueron olvidados y quedó relegado a un segundo plano. Aunque él nunca abandonó, como dice en la entrevista, el amor al club.
Pascual Aparicio, un presidente para la historia
Hablar del Betis con don Pascual Aparicio es un placer. Han sido muchos los momentos vividos por él junto al equipo de sus amores. Le tocó vivir, como presidente, allá por los años cuarenta y principios de los cincuenta, la época de vacas flacas. Atrás había quedado la consecución del Campeonato de Liga de Primera División y atrás muchos días de gloria. Cuando se hizo cargo del club la situación económica no podía ser peor, no había dinero ni para pagar las comidas en las concentraciones, y el equipo se encontraba en Tercera División.
– ¿Por qué había llegado a esa situación un equipo que años antes causaba sensación por todos los campos de España?
– El Betis tenía un equipo de jugadores forasteros, la mayoría de ellos vascos, y al empezar la guerra civil les cogió fuera de Sevilla, y no pudieron volver. Muchos se fueron con el equipo vasco que marchó a jugar a las Américas.
– ¿Cómo se encontró usted el club cuando le nombraron presidente?
– La situación era de cansancio general de los que me habían precedido. No había dinero para nada, ni para comprar camisetas. Recuerdo que el mismo día que el Sevilla se proclamaba campeón de España frente al Celta, nosotros rifábamos dos mulos. Le tocó al propio Betis, porque no se habían vendido todas las papeletas. Creo que es una gran honra para nuestro club y nos sentimos ahora más orgullosos.
– ¿Cómo calificaría su labor en los cuatro años que permaneció en la presidencia?
– No tuve grandes éxitos, pero evité grandes males, como pudieron ser la desaparición del club o la pérdida de la categoría nacional. Pero no fui yo solo, sino todos los compañeros de Junta. Quiero recordar a Pedrós, Pérez Cortés, Herrasti, Benítez, Calleja, Jaramillo, Gómez Zarrans, Rodríguez Caso, Cuéllar, Petralanda, Tabares, Sánchez Nieva, Pepe Valera, Antonio Ruiz y tantos otros que ahora mismo no recuerdo
– Cuatro años como presidente y cuatro años que se permaneció en Tercera División ¿Se estuvo a punto, en alguna ocasión, de conseguir el ascenso?
– En mi primera temporada como presidente, sí estuvimos a punto de ascender. Entonces, la Tercera División estaba dividida en dos grupos, Norte y Sur. Nos dieron la oportunidad de escoger, y decidimos jugar en el grupo Norte, porque pensamos que había equipos de superior categoría, y económicamente nos sería más rentable. Al final existió una dura lucha entre el Salamanca y el Betis para conseguir el ascenso, llevándose finalmente los charros el gato al agua. En la segunda y la tercera temporada nos clasificamos bien, y en la cuarta jugamos la liguilla de ascenso, pero no nos clasificamos.
– ¿Qué jugadores defendían la camiseta bética en aquellos años?
– Ibarra, Pulido, Perales, Paquirrini…
Don Pascual Aparicio lucha con su memoria para que no se quede nadie atrás. Han pasado muchos años y es difícil que no se quede nadie en el tintero de la memoria.
– … Fausto, Coll, Cabrera, Patricio, Peña, Erasmo, Borín, Gené, Saro… Y otros muchos que ya iré recordando
– ¿Cuánto ganaban los jugadores en su época de presidente?
– Muy poco. Casi nada. Creo recordar que el que más ganaba, cobraba unas cincuenta mil pesetas de ficha. Los sueldos eran ridículos, unas mil quinientas ó dos mil pesetas era lo que podíamos pagar.
– ¿Quién era el entrenador?
– Estaba un técnico de valía reconocida, Quirante. A Quirante lo sustituyó, a los pocos partidos, un gran bético, el ex jugador Peral. Más tarde vino Aranda.
– Parece que los cambios de entrenadores a mitad de temporada y como consecuencia de los malos resultados no son cosa de nuestros tiempos, sino que es una costumbre que viene de muy atrás…
– Desgraciadamente sí. A Quirante lo echó el público. Cuando las cosas no van bien, siempre es el entrenador el que se convierte en el centro de las iras de los aficionados. Quirante también tuvo problemas con algunos directivos.
– ¿Qué supuso para usted el tema de tener que decirle a Quirante que se tenía que marchar?
– Para mí fue muy violento, tanto por la relación humana que teníamos, como por su categoría de entrenador. Era un gran profesional, pero a veces el santo se pone de espalda y hay que tomar decisiones que preferiríamos evitar.
– Dejemos la parte desagradable de su mandato y vayamos a recordar momentos agradables de su gestión. ¿Cuál fue el fichaje más sonado que realizó en los cuatro años que estuvo al frente del equipo?
– Fichajes importantes no pudimos hacer. No teníamos dinero para hacer grandes desembolsos. Creo que lo más importante que hicimos en este sentido fue hacer profesional a Cabrera, que hasta entonces estaba jugando como amateur, pero que era un jugador de gran categoría. Al año siguiente lo tuve que traspasar al Sevilla para conseguir un poco de dinero. El lo sintió mucho porque era un gran bético. Después, y siguiendo con el capítulo de fichajes, creo recordar que vino Domínguez, procedente del Recreativo de Huelva, y Patricio, que no puedo recordar si venía del Tetuán o si después lo traspasamos nosotros a este equipo. Pero pregúntele a Simó, que es un archivo viviente y le podrá dar muchos más datos que yo.
– ¿Cuánto se pagaba entonces por un jugador?
– Unos veinte mil duros. Pero sobre esto de los fichajes, tengo una anécdota muy curiosa que comentarle.
– Adelante
– El Atlético de Madrid quería a Patricio, y como teníamos aquella situación tan mala, les pedimos que nos mandaran a algún jugador. Nos mandaron a un chico que jugaba en el Boeticher y Navarro. Fue a esperarlo un gran bético que se llamaba Pitilo, y el jugador resultó ser muy bajito, y Pitilo, que tenía un gran sentido del humor, tenía órdenes de llevarlo al hotel. Al llegar, Pitilo preguntó: ¿Hay cuartos con cuna? Cuando yo vi al jugador mandé que lo mandaran de nuevo en el primer tren que saliera para Madrid.
– A lo largo de todos esos años siguiendo al Betis por esos campos de Dios le habrán sucedido anécdotas que el aficionado no conoce ¿Puede contarnos alguna?
– Por supuesto, hay muchas cosas que nos sucedieron por toda España. Recuerdo que una vez jugábamos en Larache. Al Betis lo anunciaban como ex campeón de la Primera División. La expectación era muy grande. Como espectador había un sargento del ejército ya metidito en años, que estuvo todo la tarde diciendo: “Ex campeones, ¿Y ustedes van a volver a ser campeones?” Ganamos, y al terminar el partido, Peral se volvió a él y le dijo: “Estos no van a volver a ser campeones de Primera División, pero tú vas a llegar a general muy pronto”. A la gente le sentó muy bien el comentario y todo el público se reía.
– Las necesidades que pasó el club en aquellos años fueron grandes. ¿Qué puede comentarnos que refleje en pocas palabras la situación que atravesaba la entidad?
– Lo pasamos mal. Algunas veces nos llevábamos las comidas a las concentraciones, para que nos saliese más barato. Pero hay una anécdota que refleja fielmente nuestras angustias económicas. Normalmente, Ramón Pol era quien le regalaba al equipo las camisetas verdes que se utilizaban, al contrario que ahora, cuando el equipo visitante vestía con camisetas parecidas a las del equipo local. Pues bien, un año Ramón Pol no podía regalarnos las camisetas. Me enteré de que en una tienda, que tenía fama de bética, vendían tela verde. Mandé a Jaramillo a comprar cincuenta metros, pero le dije que hasta que no estuviese hecho el paquete no dijera que era para el Betis y que le pasaran la cuenta al club. Fíjese con los trucos que teníamos que andar para poder tener las equipaciones necesarias.
– Dicen que usted ha sido uno de los presidentes a los que el fútbol le ha costado dinero. Se habla de más de un millón de pesetas, que en aquellos tiempos era una cantidad muy importante. ¿Son ciertos los rumores?
– Que yo perdí dinero es cierto, pero en aquellos tiempos a todos nos costaba dinero el fútbol.
– Ahora ser presidente de es un equipo de fútbol es algo que viste mucho, y por lo que muchas personas luchan. Pero cuando usted fue presidente y todo estaba en contra ¿qué les llevaba a la poltrona?
– El amor al club. No podía ser otra cosa.
– ¿Cuáles han sido, a su juicio, los grandes presidentes que ha tenido el club?
– En un pasado lejano hay que hablar de Manuel Ruiz, con el comenzó el resurgimiento del Betis ascendiendo a Segunda División. A mí me sustituyó una gestora, presidida por ese maravilloso bético que era Evaristo Pérez. A Evaristo Pérez le reemplazó Francisco de la Cerda, que fue quien tuvo el gran acierto de nombrar a Manuel Ruiz. Más recientemente hay que hablar de Benito Villamarín, hombre de gran empuje y personalidad, que llevó al Betis a la Primera División y compró el campo. Aquel año fui secretario del club, y luego vicepresidente. Por último, tengo que decir que Pepe Núñez ha sido uno de los grandes que a lo largo de su historia ha tenido la entidad. Y esta afirmación no es gratuita, la avalan los resultados conseguidos y la gran serenidad y talento con que lleva el club, habiéndolo convertido en uno de los equipos más respetados de toda España. Pero sería injusto si no recordara también a Ignacio Sánchez Mejías, el torero, con el que fuimos campeones de Primera División, y a Eduardo Benjumea, que no tuvo la suerte que mereció su esfuerzo.
– Don Pascual, vamos a dejar de bucear en un pasado ya muy lejano y hablemos de algo que ya es historia, pero historia reciente y gloriosa del club de sus amores: la consecución por primera vez de la Copa de España. ¿Fue a Madrid?
– No, imposible. Mi estado de salud no me permite hacer esos esfuerzos.
– ¿Pero lo vería por televisión?
– Sí, sí, sí lo viví. Para mí, no sólo el partido, sino el espectáculo, ha sido lo más grande que he visto en mi vida. Por lo incierto del resultado, por lo que se jugaba el Betis, por el comportamiento de todos los jugadores… Fue algo que recordaré mientras viva.
– Al final se ganó, pero antes se pasó por fases en las que parecía que todo estaba perdido para el Betis. ¿Pensó que se quedarían todos los béticos, como tantas otras veces, con la miel en los labios y sin poder saborearla?
– Yo hace mucho tiempo que no voy al fútbol y, por lo tanto, no sé cómo andan los equipos. Pero, por lo que había leído, parecía que el Athletic de Bilbao había tenido una gran intervención en la Copa. Durante los primeros veinte minutos, mientras Churruca tenía fuerzas, pasé mucho miedo; pero después ya no perdí la esperanza en ningún momento.
– ¿Dónde estuvo la clave del triunfo bético?
– En el planteamiento y en la serenidad de los jugadores, que dieron un ejemplo de entrega, de pundonor y de constancia.
– Y ahora hablamos un poco de futuro. El Betis se ha clasificado para jugar la Copa de Europa de Campeones de Copa. Con la plantilla actual ¿se puede hacer un buen papel en la competición, o hacen falta refuerzos?
– Refuerzos, no. Lo que hace falta es una cantidad mayor de jugadores para que no pase con las lesiones lo que ha sucedido al final de esta temporada. No se puede fichar a ciegas. Hay que sopesar muy bien lo que se trae. El Betis es un modelo de administración desde que está Pepe Núñez, y en eso se basan los éxitos.
– ¿Ha llegado el equipo a conseguir el tope, el máximo que se puede alcanzar?
– La Liga es más difícil ganarla. Para esa empresa hacen falta muchos jugadores. Pero no hay que desesperar, porque cuando fuimos campeones, teníamos una plantilla muy corta.
– En estos momentos de gloria ¿le gustaría volver a la directiva?
– Pues no, entre otras cosas por mi edad y porque nada puedo aportarle al Betis ya.
– Don Pascual, para terminar, eche usted la vista de nuevo atrás y díganos cuáles son los mejores recuerdos que guarda del Betis
– Pues mire, guardo un gran recuerdo de la consecución, frente al Sevilla, de la Copa Spencer, creada en honor de ese gran jugador, que fue el primer internacional que tuvo un equipo sevillano. Se la ganamos al Sevilla por tres a uno, y en ella se destapó Enrique Garrido. El Sevilla quiso contratarlo, pero el Betis ejerció el derecho de retención. El jugador se negó, durante algún tiempo, a jugar con nosotros. Mientras tanto, Aranda pasó de su puesto habitual de defensa a cubrir el puesto que en la delantera había dejado libre Enrique. Los partidos que jugó Aranda en la delantera fueron maravillosos. También guardo un grato recuerdo del año 28, cuando el Betis ganó la Copa de Andalucía. Habíamos quedado empatados a puntos con el Sevilla, y fuimos a jugar el desempate a Córdoba, al estadio América. Ganamos por tres a uno y jugaron en el Betis jugadores tan conocidos como Jesús, Jiménez, Aranda, Saldaña, Estévez, Adolfo, Romero, Germán, Carrasco, Enrique y Manolín. Compruebe si en vez de Jiménez fue Tenorio, no me acuerdo exactamente.
Y dejamos con la vista atrás a uno de los más grandes presidentes que ha tenido el Betis. Aunque él piense que ya nada puede aportarle a la entidad, todos los aficionados saben lo que hizo y lo que sigue haciendo por su equipo este abogado sevillano que se llama Pascual Aparicio. Hombres como éste son los que honran al deporte.
Fuente: Tomás Furest en Nueva Andalucía 4 de julio de 1977
Le falla la memoria al Sr. Aparicio en este entrevista cuando rememora el campeonato de Liga de 1935, al afirmar que el presidente del club es Sánchez Mejías, cuando realmente dirigía el club Moreno Sevillano. También cuando intenta recordar la alineación de la final de la Copa de Andalucía de 1928, no mencionando a Carlos Castañeda y sí, en cambio, a Saldaña, que no llegó a jugar dicha final.
Chusti efectivamente hay algunos errores en la entrevista a Pascual Aparicio, y él mismo se dirige al entrevistador para que Manuel Simó le confirmase algunos otros datos que no recordaba ya bien. En la introducción a le entrevista en sí puedes ver algún otro.
Yo tuve la suerte de conocer a D. Pascual Aparicio , gran beticos , donde hemos bevidos de esa fuente , Q.,destilaba Beticimos , gracias D. Pascual . X todos lo Q. Usted hizo Por nuestro Betis , yo lo he referido mas de una vez , en nuestra plataforma. De beticos por Villamarin .,desde el cuarto anillo estoy seguro q ves con tantos y tantos beticos ,a nuestro querido Real Betis
Tuve la suerte y el honor de compartir partidos con don Pascual Aparicio García en el palquito alto nº 8 de la Tertulia Cultural Bética, invitado por mi padre Enrique Añino Ilzarbe de Andueza, ocupando del recién fallecido don Valentín Pérez Martínez.
Otros bétic@s ilustres eran don José María Domenech Romero, su secretaria Palmira y su hermano Ángel Domenech Romero y Daniel Mezquita Moreno.
YO NOSE PORQUE NO SE LE PUSO SU NOMBRE AL ESTADIO ESTA ULTIMA VEZ