Entrevista Pepe Mel 1991

El paso de Pepe Mel por el Betis entre 1989 y 1993 tuvo matices muy diferenciados. Una primera temporada, la 89-90, en la que se proclamó máximo goleador de Segunda División con 23 tantos y donde su concurso fue decisivo para el ascenso a Primera. Una segunda temporada con 14 tantos, pero que no sirvieron para que el equipo mantuviese la categoría, una tercera con 11 tantos y la final con apenas 3.
La trayectoria de Mel como jugador bético estuvo además marcada por los diversos enfrentamientos que mantuvo con los técnicos del equipo, como Juan Corbacho, José Luis Romero, Joszef Jarabinsky o Jorge D´Alessandro, lo que a su vez le costó diversas amonestaciones por parte de las directivas del momento.
Todo este ambiente se manifiesta en la entrevista que el periodista Francisco José Ortega le realizó para Diario 16 Andalucía en noviembre de 1991, en la que también subyace la difícil situación económica en que sobrevivía el club ese año, con el horizonte de la conversión en SAD y los múltiples frentes que se abrían a la directiva verdiblanca.
José Mel Pérez, a sus 28 años, tal vez esté viviendo una de las etapas más difíciles de sus once años de profesional del fútbol. Acostumbrado a vivir en lo alto de la ola por sus goles, ahora se encuentra con la difícil misión de ganarse la titularidad en un Betis que lucha por volver a Primera de la mano de un Jarabinsky al que califica de “buen entrenador”.
Llegó hace 3 temporadas al Real Betis con la intención de demostrar que el oficio de cazagoles lo podía llevar hasta lo más alto en un club con suficiente cartel. Mel, que cambió un Castellón entonces de Primera por un Betis de Segunda, demostró enseguida sus cualidades hasta convertirse en ídolo de un beticismo en horas bajas. Sin embargo, su estancia en Sevilla siempre ha estado marcada por la polémica de unas declaraciones demasiado sinceras y, excepto con Corbacho y Esnaola, siempre vivió diversos problemas con sus entrenadores. Ahora, con Jarabinsky, ni siquiera es titular.
– Después de la racha especialmente conflictiva que le ha tocado vivir esta temporada, ¿cuándo recuperarán los béticos la imagen del Mel goleador de otros años?
– Para jugar en el puesto que yo ocupo es muy importante tener confianza, saber que vas a jugar un partido y que te van a seguir manteniendo en el siguiente. Esto, lógicamente, influye, porque se debe tener en cuenta que lo que a mí se me exige es lo más difícil, meter goles. Lo principal será tener esa tranquilidad
– ¿Cuántas veces se ha preguntado en los últimos meses por qué el fútbol da tantas vueltas?
– Hace ya mucho tiempo que lo tengo asumido. Esta es mi temporada número once como profesional del fútbol, y estoy acostumbrado a todo. Desde estar en lo más alto hasta sólo en unos días volver a estar abajo. Eso es el fútbol
– Casos como el suyo o los que protagonizan Loreto, Monsalvete, Zafra o Miguel Ángel I, por ejemplo, que cuentan para un técnico y son los peores para otro, demuestran que este deporte es un poco al capricho de los entrenadores…
– Se debe tener en cuenta que lo que para un entrenador está clarísimo, para otro no lo es tanto. Cuando en un equipo las diferencias entre uno y otro no son muy grandes entra en juego el carácter de cada técnico. Si las diferencias entre unos y otros son enormes, todo estará clarísimo. En el caso del Betis todos estamos a un nivel muy parejo
– Pero no podrá negar que se producen casos muy extraños…
– El mío con José Luis Romero puede ser incluso el paradigma. Era máximo goleador de Primera División con seis tantos, pero llegó un jueves y el domingo ya no jugué. Eso explica más o menos lo que es un entrenador de fútbol
– A un futbolista de su experiencia, ¿qué opinión le merece el actual Betis?
– Es un equipo joven que tiene muchas ganas de salir de donde está, y pone todo dentro del terreno de juego para estar en Primera División
– ¿A usted los problemas le llegan porque se los buscan o se los busca?
– Es evidente que tengo una forma de ser que a veces me beneficia y otras me perjudica. Y es que yo digo las cosas como las siento y a mucha gente le gusta. Pero cuando digo las otras cosas, tal vez esa misma gente se enfada. Esto es un defecto porque en el fútbol no se pueden decir esas cosas
– ¿En algunos momentos ha llegado a pensar que es un rebelde sin causa?
– Los periodistas saben perfectamente cuándo tienen que llamar a un futbolista para que diga cosas interesantes. No me quejo por ello, pero todo va compaginado y al final me pasan las cosas a mí, porque, a pesar de mis once años de profesional, aún tengo cosas que aprender
– ¿Pero los goles lo tapan todo?
– Sí, porque esto es fútbol y el mundo del fútbol no tiene nada que ver con la razón. Un jugador puede estar en la picota durante toda una semana, llega el domingo, mete dos goles y se ha acabado el asunto. Esto es lo bueno, porque cuando la situación va mal, como me pasa a mí ahora, en un solo partido puede cambiar todo y ya todo el mundo volvería a quererte como antes
– ¿Qué necesita más para ello: la continuidad o que le lleguen los balones de los que ahora carece?
– Es muy sencillo, Volver a tener la confianza que tuve antes
– Después del error de Murcia en el penalti, ¿no se echó en falta su versión?
– Pero es que ésta no tenía razón de ser. Recuerdo que hace dos temporadas teníamos que puntuar en Sarriá para subir a Primera y cuando faltaban cinco minutos para el final del partido pitaron un penalti. Le metí el gol a N´kono y ascendimos. Pero nadie me esperó en el aeropuerto con banda de música ni nada por el estilo, no hubiera sido justo y tampoco creo que lo sea que después de tirar 12 o 13 penaltis en el Betis, que falle uno y me crucifiquen de la forma que lo han hecho
– ¿Y si hoy pitaran un penalti a su favor volvería a lanzarlo?
– Rotundamente no. En primer lugar, el míster no quiere, y en segundo porque sería volver a complicarme la vida, ya que tendría un cincuenta por ciento de posibilidades de que me volvieran a machacar
– ¿Se ha sentido muchas veces herido en su orgullo al oír el nombre de Kukleta?
– Esto es un tema al que le dais más morbo vosotros que los que estamos dentro. A mí me incumbe directamente, pero le hago el siguiente planteamiento: si no está Kukleta y no juego, no me debe preocupar que venga. Lo principal ahora soy yo mismo, volver a encontrar mi nivel
– ¿Considera que existen directivos a los que apasionan las caras nuevas para salir en la foto?
– La función de los directivos es muy difícil, y yo creo que ahora mismo a los del Betis hay que darles paciencia para trabajar y apoyo. El club está muy mal y todo el que ponga y exponga su dinero se hace merecedor, por lo menos, de tranquilidad para trabajar
– ¿Cómo se puede jugar al fútbol con tranquilidad en un club con tantos problemas económicos?
– Llevo tres temporadas en el Betis y hasta ahora la entidad no ha dejado de pagarme ni una peseta, ni me ha atrasado los pagos. Esto lo tenemos que decir fuerte y alto para que la gente lo sepa. Los profesionales del Betis estamos bien pagados y siempre en su momento
– ¿Usted hubiera arriesgado su patrimonio por un club de fútbol?
– Yo encuentro el fútbol apasionante, pero jugando e incluso entrenando. Sin embargo, nunca me meteré en otros líos. Creo que el fútbol es un espectáculo-deporte-negocio muy difícil, y sinceramente estoy metido en él para ganar dinero, nunca para perderlo. Las soluciones para el Betis son difíciles y está claro que es necesario dinero procedente desde cualquier parte. Se debe vender el campo, los jugadores y si algún equipo quiere fichar a los directivos, pues también