Entrevista Pepín 1963
José Casas Gris «Pepín» llegó al Betis en 1960 procedente de la Unión Deportiva Las Palmas. En sus tres primeras campañas alternó la portería con otros jugadores como Otero. A partir de la temporada 1963-64, ya casi con 32 años, se hizo con la titularidad del Betis y le llegó incluso la oportunidad de ser internacional.
Fue convocado por primera vez para el Irlanda del Norte-España que se disputó en Belfast el 30 de octubre de 1963, en los octavos de final de la Eurocopa. En principio iba como suplente del madridista Araquistain, pero una lesión de éste durante el calentamiento previo al partido le obligó a debutar en Windsor Park. Su actuación fue más que destacada, pues evitó en varias ocasiones el empate de los norirlandeses. La selección se impuso 0-1 con un gol de Gento.
En esta entrevista de Marca del 2 de Noviembre Pepín analiza su llegada a la selección ya a una edad tardía, además de denunciar el olvido hacia los jugadores de otros clubs de zonas alejadas como Canarias. En la entrevista Pepín, desde luego, no tuvo pelos en la lengua.
Pepín volvería a la portería de la selección en el siguiente partido : un España 1 Bélgica 2 amistoso disputado en su Valencia natal el 1 de Diciembre de 1963. En los siguientes encuentros pasó a la suplencia de un portero que entonces debutó en la selección: el mítico José Angel Iríbar, del que sería suplente en los dos partidos de cuartos de final de la Eurocopa contra Eire.
No fue convocado para las semifinales ni para la final de la Eurocopa del 64, pues fue el barcelonista Sadurní el suplente de Iríbar, y acudió por última vez a la selección en noviembre de 1964 en un amistoso Portugal-España jugado en Oporto, de nuevo como suplente de Iríbar.
Al final de esa temporada, 1964-65, abandonó el Betis, volviendo a la UD Las Palmas donde jugó 2 campañas más, antes de retirarse en 1967 con 36 años.
El héroe de Belfast se llama Pepín. En realidad todos fueron héroes en Belfast, pero en quién más se centra ahora la atención es en Pepín, porque fue el héroe con el que no se contaba, el héroe a la fuerza, obligado por la lesión de Araquistain.
Nos entrevistamos, pues, con Pepín, antes de que se vaya a Sevilla para incorporarse al Betis.
Pepín se llama José, naturalmente, porque si no no podía llamarse Pepín. De apellidos, Casas Gris.
– Hasta ahora, nos dice, he hecho más bien honor a mis segundo apellido
– ¿Quiere decir que ha pasado inadvertido?
– Pues claro que quiero decir eso
– ¿Y por qué ha sido usted un portero en gris?
– Digo yo que será por la distancia. He estado muchos años en Canarias. De Canarias lo que más se conoce en Madrid son los plátanos. Ahora estoy en el Betis. Eso ya cae más cerca. Mire, aquí pasa un poco como con los toreros, que las figuras se hacen en Madrid. Hay que torear en Madrid
– No lo dirá usted por El Cordobés
– Hablo en términos generales. Una buena tarde en Madrid le coloca a uno
– Y usted tuvo una buena tarde en Madrid
– Sí. Fue el día del empate con el Real. En provincias he hecho “faenas” parecidas, pero, claro, no alcanzan repercusión nacional
– ¿Pero usted es siempre así de bueno?
– Procuro ser así de bueno. Lo que pasa es que los delanteros son frecuentemente muy malos. Muy malos con nosotros, se entiende, y nos las hacen pasar “moraes”
– Querrá usted decir “morás”
– No señor, porque yo nací en Valencia y por allí se dice “moraes”
– ¡Ah, bueno¡ ¿Y cómo ha tardado usted tanto en alcanzar la internacionalidad?
– ¡Toma¡ Porque ponían a otros y ningún seleccionador se acordaba de mí, aunque yo sí me acuerdo de todos los seleccionadores
– La lesión de Araquistain ha sido providencial para usted…
– Como que si no es por ella sigo siendo Pepín Casas Gris, pero más Gris que Pepín. Lo siento por él, pero me alegro por mí, que he tenido que hacer la sustitución. O sea que he sido en esta ocasión como el César Girón para el toreo en la pasada temporada
– Pues me alegro de su triunfo resonante, aunque algo tardío ¿no cree usted?
– Dicen que voy a cumplir treinta y dos años y puede que sea verdad, pero no olvide usted que los porteros cuando están mejor es a partir de los treinta, o por lo menos eso decimos los que los hemos cumplido
– ¿Y hasta cuándo piensa usted que tiene cuerda?
– Por lo menos hasta los treinta y seis o treinta y siete. A medida que se avanza en el tiempo es cuando mejor se comprende que la juventud mejor es la juventud madurada. Sí señor, y también estoy en el momento de perder el tren como siga hablando con usted
Y Pepín, que ya había perdido el avión para Sevilla, se fue a la estación del Mediodía con la maleta en una mano y el título de internacional en la otra
Fuente: Marca 2 de Noviembre de 1963