Entrevista Rogelio 2001
Mañana 11 de Agosto el Betis juega un amistoso en Coria del Río frente al equipo titular de la población ribereña. Con tal motivo vamos a rememorar una magnífica entrevista que el periodista Manuel Ramírez Fernández de Córdoba realizó a Rogelio Sosa, uno de los grandes jugadores de la historia verdiblanca y el mejor producto de la prolífica cantera coriana en el equipo bético a lo largo de toda su historia.
En esta entrevista Rogelio Sosa repasa algunos aspectos de sus 17 temporadas de jugador bético, además de explicar detenidamente numerosas anecdótas que le acontecieron a lo largo de su vida deportiva: el famoso regate a Griffa en el Metropolitano madrileño, el orígen de la jugada conocida como la tostá, sus goles de rosca ó la conocida frase que dirigió al entrenador Rafael Iriondo de que » correr es de cobardes».
Puede haber muchas formas para definir a este coriano al que el inolvidable José Antonio Blázquez le llamó “la zurda de caoba”. Arte, carácter, personalidad, gracia, talento, tanta mano izquierda como pierna y tanta sabiduría como temple en un Betis que lo tuvo diecisiete temporadas alternando el infinito de su “rosca” y la “tostá” y el cero de sus tardes negras, sin estar nunca en el término medio de la vulgaridad.
– Llegué al Betis en el 57. Jugaba en Coria, en el Victoria Balompié. Me fui cedido al Tomelloso y ascendimos. Volví. Espera un Tercera y el Jerez era el ideal, pero empezó la competición y nada. Vino a verme Santiago Tejera y me dijo que tenía un equipo: la Ponferradina. Y yo le dije: Como no me saques un mapa, yo no sé ni dónde está eso. Le pregunté el “plomo” que había. Cinco mil duros al año. Cogí un autobús hasta Valladolid y, cuando llegamos a Ponferrada, y empecé a ver esas tejas oscuras de pizarra, muy empinadas para la nieve, le dije a Santiago: En el próximo autobús me vuelvo para Coria. Pero me quedé. Un pueblo sensacional. De los cinco mil duros, le mandé a mi madre tres y me quedé con dos porque para allá había ido como Tarzán. Lo primero que hice fue comprarme una gabardina con borrego dentro. ¡ No hacía frío ni ná allí ¡ De allí volví al Betis.
– El debut…
– Ante el Madrid de Di Stéfano, Puskas y Gento. Dos-cinco. Me puso Daucick. Yo hice lo que sabía hacer: la “rosca” y la “tostá”. Es que, demás, de joven era muy delgado. Como sería que, en los juveniles, le dijo Pepe Valera a Andrés Aranda que por qué no me había puesto en un partido en Huelva, y le dijo Andrés: ¿ Cómo lo iba a poner con el aire que había allí?
– ¿Qué es la “tostá”?
– Un regate que hacía en el Betis Manolito Ordaz. Ponerte de espaldas al contrario, echar la pelota por delante con la derecha y al ir el contrario a por ella, pisarla con la izquierda y salir de frente.
– ¿Eso es lo que le hiciste a Griffa en el Metropolitano?
– Eso. Se la enseñé con la derecha, entró, la escondí con la izquierda, pasó de largo, se salió el césped, se metió en la pista de atletismo y freno como el “Correcaminos”. Cuando iba pasando se me ocurrió decirle: “¿Adónde vas?” Y me contestó: “A matarte en cuanto te coja. Que te mato, que te matoooo, iba gritando. Griffa era de los que eructaban detrás tuya para asustarte. En una jugada así, pero pegado al córner, fue cuando Migueli fue a por Rafaelito del Pozo. Rafael lo vio venir, se puso de espaldas y Migueli por poco lo embarca. Y yo le decía a Rafael: Yo me veo venir así a Migueli, en un córner, que no se puede escapar uno y me vuelvo, cojo la pelota con las manos y se la doy.
– Pasemos a la “rosca”
– Después le llamaron a eso el gol olímpico. Yo marqué diez en competición. Eso, en el córner o en la falta, hay que darle muy fuerte. Le tienes que pegar al balón un pellizco con el dedo gordo. Si le das despacito sólo sirve para lucirse el portero. ¿El mejor que marqué? Uno al Salamanca, último minuto; Frasco venía con ellos. Justo se llamaba el portero. Frasco, que me conocía, le dijo al portero: Ten cuidado, que tira a gol. Le dí y entró. Frasco se quería morir.
– Después llegó aquello de que correr es de cobardes…
– A Iriondo, que era muy pesado. Esas cosas, aquí en nuestra tierra, salen así, de golpe, sin pensarlas. Es una forma de entender esto. El que tiene que correr es el balón. En tiempos de Carriega vino uno a probar. Diego Soto era el preparador físico. Le hicieron una prueba física y me dijo Diego que era el mejor. Tiene, me decía, cuarenta y dos pulsaciones, se recupera muy rápido, tiene potencia… Y le dije yo ¿Y cuándo coge la pelota? Tú me estás diciendo que no le va a dar un infarto y que es capaz de sacar al Cachorro él solo, pero si la pelota no la coge nunca… Eso es como lo de “jugar sin balón”. Nosotros tuvimos un delantero centro, Mamelli, que decían que jugaba muy bien sin balón. Y yo decía: A ver si juega alguna vez con balón, mete un gol y ganamos.
– Lo dicho: que corra el balón
– Por supuesto que en el fútbol hay que correr, pero llega antes el balón por más que uno corra. Pasa igual que con la técnica. Está en pensar más rápido ó más lento. Hay quien la para, la echa abajo, levanta la cabeza y, cuando va a pasarla, ya se ha ido hasta al que se la iba a pasar. Y hay otros, que son los que se dice que tienen ojos en la espalda, porque, en cuanto llega, ya la mandan. No es que tengan ojos en la espalda, es que ya saben, por pensar ligero, qué hay que hacer antes de que llegue. El balón nunca se cansa. ¿Sabes una cosa?
– Qué
-Que yo no hablo con casi nadie de fútbol, porque un día tuve una discusión y por poco me come el tío. Yo hago con eso como con las llaves del coche: se me avería, al mecánico; si me pongo malo, al médico; si tengo un problema de papeles, al abogado. Bueno, pues me pongo a hablar con los tres y ¿resulta que los tres saben de fútbol más que yo? Eso a mí no me cuadra. ¿Tú te imaginas que vayas al mecánico y le digas que ese tornillo no es? ¿O al médico y le diga que el dolor se quita así ó asao? ¿O al abogado? Eso a mí no me cuadra.
– ¿Cuál es el mejor en tu puesto?
– En mis tiempos de “diez” Velázquez y Luis Suárez. Y de “once” Gento, Collar, Lapetra, José María… Con el número diez se da una curiosidad ¿Por qué es el diez el que casi siempre mueve los muñecos? Porque es más fácil que un derecho le dé bien con una y otra pierna mejor que un zurdo, pero lo que es difícil es encontrar un zurdo que no le dé bien.
– ¿Y la personalidad?
– El futbolista, en un porcentaje muy alto, es en el campo lo mismo que en la vida. He convivido con muchos y lo sé. No se puede ser buen futbolista sin tener carácter y personalidad.
– Un nombre, Andrés Bosch
– Me quería mucho. Me decía: ¿Tú sabes qué hay que hacer cuando vamos perdiendo en casa y no sabemos qué hacer? Pararse, cerrar los ojos y analizar el por qué. Luego hay que tener los cojones de darle la vuelta al partido.
– Antonio Barrios
– Arte. Un día cogió la pizarra y empezó a explicarnos cómo teníamos que jugar. Un futbolista se dio cuenta que había puesto doce jugadores y le dice: “Míster, que ha puesto uno más”. Y le dijo Barrios sin inmutarse: “Es igual, usted no juega”. Anda que lo quitó ligero por decirlo. A mí Barrios nunca me decía cómo tenía qué jugar o qué tenía qué hacer. Fuimos a Mallorca. Nos jugábamos el ascenso. Le dijo a cada uno su cosa. A mí, nada. Cuando ya íbamos a salir al campo, me cogió del brazo y me dijo: “Corre hoy nada más. No corras más si no quieres; pero corre hoy”. A los doce minutos marqué un gol de falta. Después marcó Quino.
– Primas a terceros
– Ese día del partido contra el Mallorca me llamó Molina, portero del Sevilla que estaba en el Córdoba: Roge, aquí hay trescientas mil pesetas. Si ganáis, aquí están. Y le dije: el lunes va Torréns, que aquel partido no jugaba, a recogerlas. ¿Pero vais a ganar?, me preguntó. ¿Con trescientas mil?, le dije, fijo. Estábamos en el Hostal del Valle de Mallorca. Aparece el entonces presidente del Burgos y nos ofrece veinte mil duros, porque a ellos, como al Córdoba, además que a nosotros, les interesaba que perdiera el Mallorca. Le comenté a los futbolistas que eso se lo tenía que contar a Barrios. Se lo comento y me dice Barrios: “Nada, nada, el dinero que sea para los chicos”. Ganamos. Torréns para Córdoba, yo con los veinte mil duros del Burgos. Los reparto y meto al míster, pero dejo su parte en sencilla, no en doble como en las primas. Le doy el dinero. Lo coge, se lo mete en el bolsillo y me dice:”A esto no hay derecho”. Es que pensaba que iba a ser doble.
– La Copa del Rey. Tú a hombros
-No la jugué. Estaba en el banquillo. Se ganó. Cuando llegó la hora de ir por la Copa, un jugador que no estaba jugando subió a por ella. Cuando la cogieron los demás jugadores, me la dieron y me sacaron a hombros. La revista “El Ruedo” publicó una doble página: en una yo, en la otra Curro Romero. Los dos a hombros…
– Toda tu vida en el Betis, aunque no faltaron ofertas…
– Es que pagué la china por lo de Del Sol. Hubo ofertas del Valencia, del Atlético de Madrid y del Barcelona. El Barça hizo una oferta de doce millones y, después, de nueve millones y Rexach. Pero no hubo manera. No me dejaron ir. Estuve diecisiete temporadas. De ellas me llevé muchos años ganando dos pesetas más que el que más. Aún así, cuando me retiré, yo ganaba un millón y pico de pesetas. Aquí se empezaron a romper los moldes a partir del Mundial del 78, en el que jugaron Biosca y Cardeñosa. Al volver ya se pusieron en cuatro millones. Mi primer dinero en el Betis, ciento veinticinco mil pesetas al año. Me retiré en el 78 y en el 74, con el debut de Cardeñosa, me dieron un partido homenaje en vida. Lo hice así a ver si me daba tiempo para que me hicieran otro…