Entrevista Rufino Larrinoa 1984
En la temporada 1984-85 el Betis conmemora el 50 aniversario de la consecución del Campeonato de Liga durante la campaña 1934-35.
Son diversos los actos que el club organiza a través de una comisión que preside brillantemente Alfonso Jaramillo. Entre esos actos están los organizados en torno al partido que enfrenta al Betis y al Real Madrid, el gran oponente en la lucha por el título, en el Villamarín el 18 de noviembre de 1984.
El saque de honor de dicho encuentro lo realizan dos de los componentes del equipo bético campeón: Rufino Larrinoa y Pepe Valera, a los que vemos en la imagen. Es Rufino Larrinoa, que contaba entonces con 75 años, quien está a punto de golpear el balón. A su izquierda se encuentra Pepe Valera, entonces con 68 años, quien posteriormente repetiría la operación. Los capitanes de los conjuntos, Carlos Santillana y Rafael Gordillo, presencia el momento junto al árbitro del encuentro Valdés Sánchez. El Betis venció rotundamente por 4 a 1 al equipo madridista.
Unos días después en el diario deportivo AS encontramos esta interesante entrevista a Rufino Larrinoa, que nos desvela algunos detalles del Betis campeón de 1935. Algún error se desliza en ella, pero que no altera el contenido esencial del documento.
Celebró el Betis en su confrontación contra el Real Madrid el cincuentenario de su mayor triunfo de la historia, aquel Campeonato de Liga del año 1935. Y no pudo celebrarlo de mejor manera que ganando al Madrid a lo campeón, exhibiendo ese fútbol que guarda el “Currobetis” sólo para cuando recibe visitas de categoría.
Pero, para recordar mejor este cincuentenario, los directivos verdiblancos quisieron poner un punto emotivo trayéndose desde Durango, su actual residencia a Rufino Larrinoa, uno de los últimos del 35, aquel maravilloso conjunto que formara Mr. O´Connell y del que sólo sobreviven tres o cuatro jugadores.
En Sevilla todo el que tiene un padre o un abuelo bético le ha escuchado recitar en más de una ocasión épica aquella alineación de “Urquiaga; Areso, Aedo; Peral, Gómez, Larrinoa; Saro, Lecue, Unamuno, Adolfo y Timimi”. La defensa del Betis de entonces se quedó tan grabada en los equipos contrarios como la siempre recordada de Ciriaco y Quincoces. Fue la verdiblanca una defensa que batió todos los récords de la época; estuvieron trece encuentros imbatidos en época de inflación goleadora.
Larrinoa llegó al Betis de la mano de O´Connell. El irlandés se propuso buscar los mimbres él solo para hacer un gran cesto, un cesto que convertiría en dos temporadas en campeón de Liga. El técnico fue hasta Santander para traerse a Larrinoa, pues el vasco jugaba allí, y por aquella época no pasaba de los veinte. Recuerda la vieja gloria verdiblanca el esfuerzo de Mr. O´Connell por formar un equipo que viviera única y exclusivamente para el fútbol:
- El mismo nos daba los masajes, nos llevaba de paseo y continuamente nos mentalizaba sobre cómo debíamos jugar
El superviviente de aquel equipo campeón, a pesar de sus setenta y seis años, se encuentra bien de salud; es bajito, pero muy robusto. Ha mantenido contacto con todos los componentes del conjunto triunfador hasta que han ido desapareciendo:
- Ya tan solo quedan en Mexico Areso y Aedo; en España estamos Gómez, Unamuno, que tiene una pierna amputada, y yo.
A Rufino Larrinoa le llamaban “el recortao”; él, como la mayoría del equipo, era vasco; tan solo rompían la regla dos sevillanos y dos canarios, y tres de estos campeones eran de un pequeño pueblecito vizcaíno: Arrigorriaga, un pueblo que llegó a tener tres vecinos en aquel Betis del 35: eran Soladrero, Lecue y el propio Larrinoa.
Cuenta Larrinoa que todo aquel plantel que formara Mr. O´Connell se disgregó cuando en el 36 comenzara “la romería”; unos se fueron a México y otros, tras la guerra, se dedicaron, como en el caso de Larrinoa, a otras profesiones. Rufino actualmente trabaja todavía en su carnicería de Durango. Es socio del Athletic de Bilbao, pero se abre cuando el Betis gana, y no se explica cómo después de cincuenta años y la distancia que separan las tierras vasca y andaluza “cómo puedo sufrir tanto siempre que me entero que el Betis ha perdido. No puedo ver los cinco últimos minutos del Athletic-Betis, porque no podía aguantar que le marcasen un tanto al equipo de mi corazón”.
Fuente: AS 6 de diciembre de 1984