Figuras del Fútbol. Rodolfo Orife
Seguimos hoy con la publicación con las biografías de jugadores béticos que el diario deportivo Marca publicó en la temporada 1973-74, y que tienen como principal curiosidad el estar narradas en primera persona.
Ya hemos visto en este apartado las biografías de:
Y hoy vamos a ver la de Rodolfo Orife, jugador argentino que llegó al Betis en 1971 y que permaneció en la primera plantilla verdiblanca durante 3 temporadas. Se publicó en Marca el 3 de noviembre de 1973.
Todo cuanto he alcanzado en el fútbol lo debo a la afición que siempre tuve, al esfuerzo, a la perseverancia y a que nunca me desalenté. Perdí a mi padre a los 11 años, pero mi madre nunca se opuso a que practicase el fútbol, porque sabía que era mi gran diversión, que procuraba compartir con los estudios en el colegio industrial. Tuve que ponerme a trabajar muy pronto para ayudar a la familia a salir adelante. Era difícil compaginar el trabajo como gestor administrativo del Ministerio de Hacienda, ya que la visita a notarios me tenía ocupado todo el día. Fueron momentos difíciles, ya que, únicamente s fuerza de voluntad, pude superarlo.
Tenía diecisiete años, y acudía a entrenar solo, de siete a ocho en adelante, con un frío espantoso, después de una jornada dura de trabajo. Supe salir, sin la ayuda de nadie.
Desde pequeño había pertenecido a los juveniles del Estudiantes de la Plata, donde fui ascendiendo hasta llegar al primer equipo. Llevaba algún tiempo trabajando y entrenando solo, como digo, cuando el director técnico del Estudiantes me llamó para hablar conmigo. No podía dejar mi ocupación, pero me ofrecieron pagarme lo que ganaba en el trabajo, y entonces me dediqué por completo al fútbol. Aún estaba en los juveniles cuando debuté con el primer equipo del Estudiantes frente al Boca Juniors. Los titulares tenían que prepararse para disputar la Copa Intercontinental, y el club presentó un conjunto integrado la mayoría por juveniles. Hicimos un gran resultado al empatar a un gol.
Tuve como compañeros a grandes futbolistas. En la tercera categoría formé con Aguirre Suárez y con Echecopar, que ascendió rápidamente. También jugué con Poletti, Manera y formé ala con Verón, al que llamábamos La Bruja.
En 1969 me compró el Chacarita Juniors. Ya lo había intentado el año anterior, pero Estudiantes de la Plata no accedió a que yo saliese del club. Con el Chacarita Juniors salí campeón el primer año. Ganamos el título metropolitano frente al River Plate, al que vencimos en el último encuentro por un cuatro a uno, en la cancha del Racing. Ha sido la mayor satisfacción de mi vida. Recuerdo que formé con Abel Pérez, que ahora está en el Murcia; con Marcos, hoy figura en Francia y Bargas, un verdadero fenómeno.
Del Chacarita Juniors vine al Betis, Hicimos un viaje a España para disputar el Trofeo Gamper, y el presidente del club me dijo que posiblemente me quedaría en Barcelona, pero después vine al Betis. No sé lo que ocurriría.
No me ha acompañado la suerte en el Betis y creo que no he rendido lo que puedo. Quiero hacerlo por los que confían en mí, porque sé que puedo ser útil a mi equipo, y pondré toda mi voluntad en conseguirlo. Y el caso es que me encontré adaptado al fútbol español muy rápidamente. Los mejores partidos acá los hice nada más que llegar, marcando goles. Casi siempre jugué en punta, y veía puerta con suma facilidad. Ahora parece que no se me da lo mismo, aunque actúo más retrasado, posición que ya he ocupado otras veces. Aquí se marca muy encima, y yo no soy un jugador capaz de estar vigilando a un contrario durante los noventa minutos del partido. La causa principal de no haber rendido lo que esperaba y puedo ha sido la de las lesiones. Antes de venir acá nunca había estado lesionado de importancia. Solo un accidente de circulación. Aquí, no sé por qué, se me han producido tantas lesiones, ya que me cuido al máximo. Después del Trofeo Ciudad de Sevilla del año pasado apareció una lesión fantasma de tobillo, que nadie acierta a diagnosticar con seguridad. Estuve parado muchos meses, después de permanecer treinta y seis días escayolado. Todavía siento dolor, aunque no se me hincha. Además de esta extraña dolencia del tobillo también sufrí varios tirones, que no me permitieron entrenar con la continuidad necesaria. Parece que este año las cosas van algo mejor. Repito que tengo confianza en que alguna vez las cosas irán mejor, y pasará esta mala racha.
El fútbol siempre ha sido una pasión para mí, aunque cada vez se hace más difícil practicarlo por las tácticas defensivas y los marcajes. Prefiero el juego inteligente, de dominio técnico del balón, al que solo es fuerza; sin embargo, reconozco que sin lucha y sin esfuerzo hoy no es posible jugar. Creo poseer las suficientes condiciones para triunfar en España plenamente, cosa que aún no he conseguido.
El jugador mejor de todos los tiempos ha sido, lo es, Pelé. Algo inigualable. Recuerdo que cuando Pelé iba a jugar a Argentina, si me era posible, acudía a verle, aunque tuviese que recorrer muchos kilómetros. Un espectáculo.
Me encuentro contento en el Betis, pese a que no es fácil olvidar Argentina. Siempre se siente nostalgia, porque tengo allá a mi madre y mis tres hermanos. Yo soy el mayor, y he tenido que hacer frente a algunos problemas de la familia, aunque todos colaboramos. Ahora la nostalgia es menos, porque encontré en Sevilla a una chica que me quiere y la quiero. Me he casado hace cuatro meses con María de los Angeles Bello, y ello evita la soledad. Nuestro mayor deseo es tener descendencia. Suelo encariñarme con los sitios, y me encuentro muy bien en Sevilla. Sentiría tener que abandonar esta ciudad, pero no puedo saber si me quedaré aquí al final de mi carrera futbolística.
Confío en que en esta misma temporada el Betis ascienda a Primera División, porque la plantilla es excelente y todos tenemos la ilusión y la confianza de que lo conseguiremos. No resultará empresa fácil, porque es una categoría difícil, de la que sólo se sale luchando y sacrificándose al máximo. A mi juego creo que le va mejor el fútbol que se practica en la Primera División, pese a que ha subido mucho el nivel y ya me encuentro perfectamente ambientado a las formas del fútbol español. El ascenso supondrá para mí la mayor alegría de mi vida futbolística, porque conozco los que los seguidores del Betis esperan de todos nosotros, y ellos se merecen que el equipo esté en Primera División. Sufrí mucho por el descenso y más aún por no haber podido contribuir a evitarlo. De lo que todos pueden estar seguros es que por mí y por todos los compañeros no quedará el ascenso.
el y toda su familia abuela tios padres etc vivian en la ciudad de la plata en hermoso barrio a una cuadra del bosque platense en un barrio populoso y muy querido llamado barrio del mondongo donde todas las personas lo recuerdan con afecto chau cusa la barra de 62 y 117 a pesar de que eras pincha y nosotros del lobo coti.