Gran mascarada en el Villamarín, de Luis Carlos Peris
El 4 de marzo de 1979, mañana se cumpliran 40 años, en el Villamarín se tenía que disputar un Betis-Murcia correspondiente a la jornada 25 del Campeonato de Liga de Segunda División.
Un encuentro que no se jugó, suspendido por la convocatoria de huelga de la Asociación de Futbolistas Españoles, la primera acción de fuerza de la asociación fundada el año anterior para las categorías de Primera, Segunda y Segunda B, demandando un convenio colectivo para los futbolistas, la abolición del derecho de retención, la inclusión de los jugadores en el régimen de la Seguridad Social y la supresión del límite para jugar en Tercera División, entonces fijado en los 23 años.
En las páginas de Suroeste el periodista Luis Carlos Peris describió la jornada vivida en el Villamarín, en ausencia de los futbolistas de ambos conjuntos, y donde el trío arbitral junto a los delegados de los equipos y los entrenadores tuvieron que proceder a la firma del acta reglamentaria.
Toda la jornada fue suspendida, jugandose una semana después.
Ya estaba allí Federico Jiménez, jefe de las instalaciones heliopolitanas, cuando aparecían en el estadio José Luis García Traid y Vicente Montiel. “Hemos cumplido a rajatabla el programa de concentración establecido, durmiendo y almorzando en el hotel”.
El vestuario local aparecía solitario, mientras Alberto Tenorio iba instalando los uniformes de los futbolistas. “Esta es ropa de entrenamiento para cuando vengan el martes. Las camisetas de los domingos es absurdo ponerlas”.
Antonio Picchi hacía de delegado de campo en este domingo insólito y atendía al colegiado vallisoletano Pascual Tejerina. Son la cuatro de la tarde cuando es requerido García Traid para comparecer en el camarín arbitral. La firma del acta es el asunto para el que es llamado. Para entonces ya estaba allí Carmelo, el entrenador murcianista, “no quiero hacer declaraciones de ningún tipo para no liar más las cosas”.
A las cuatro y veinticinco llega al estadio el presidente bético, acompañado de la mayoría del cuerpo directivo. En ese momento, Antonio Picchi le pide a Tenorio el balón preparado para el partido y es firmado por los entrenadores y delegados. Un balón para la historia.
El pasillo de vestuarios está animadísimo y con casi tanta gente como aquella noche en que De Sosa la formara. Sí, cuando la visita del Cádiz la pasada temporada. Juan Mauduit, opinión de peso y siempre sopesada, lo ve así: “Este es el comienzo de una crisis y para mí que el fútbol ha tocado techo…”
Nos vamos a la cancha y en la grada se ubican unas doscientas personas para presenciar las payasadas que comienzan tres minutos antes de la cinco cuando, entre palmas de los asistentes, apareció el equipo arbitral. Se dirigieron al centro del campo y pusieron el balón en el sitio reglamentario hasta que a alguien se le ocurrió darle una patada y así estuvimos, entre grotescos malabarismos, hasta las cinco y cuarto. Uno de los fotógrafos hasta se cayó al querer controlarla entre la hilaridad de los asistentes. Todo precioso y como para verlo desde silla de pista…
Volvimos hacia dentro conversando con García Traid y cuando le preguntamos el equipo que había dispuesto fue tajante. “Picchi ha sido el que ha hecho la alineación esta vez”. El gerente dice que no, que él ha puesto a los jugadores por orden lógico. “Esnaola, Benítez, Biosca, Muhren, Killer, López, Alabanda, Ortega, Del Pozo, Cabezas y Gordillo. De suplentes, Sabaté, Campos, Arana y Corrales”.
En el acta, el Murcia por orden numérico formaba así: Cuenca, Martín Santos, Corrales, Camino, Lillo, Vidaña, Chuchi, Pastor, Joaquín, Recarte, Pelegrín, Alvarez, Fuentes, García y Amorós. En dicho documento en el apartado de incidencias decía así: “Al requerirse la presencia de entrenadores y capitanes para la firma del acta, solamente se presentaron los entrenadores y delegados de equipos con el delegado de campo, los cuales me notificaban que el partido no se celebraba en solidaridad de los jugadores de ambos clubes por la huelga provocada por la AFE. Personados en el terreno de juego y esperando el tiempo reglamentario, suspendí el partido ante la presencia de delegados, entrenadores y jueces de línea, los cuales firman a continuación y en mi presencia. Firmaron Antonio Picchi, Adolfo Palomino, Juan Pacheco, José Luis García Traid, Carmelo Cedrún, Pascual Tejerina y los dos jueces de línea”.
Serían las cinco y media cuando el entrenador bético abandonaba las instalaciones. Dos o tres aficionados, bastante alterados, se dirigieron de forma inadecuada al maño, como acusándole de hacer causa común con sus jugadores. Y es que hay gente para todo…