Hace 80 años. 1934-35. ¿Sevilla? ¿Betis?
El 3 de febrero de 1935 es la primera vez que Sevilla y Betis se enfrentan en Primera División. Para el Betis es su tercera campaña en la máxima división, mientras que para los sevillistas es su primera ocasión.
Con ocasión del enfrentamiento en el diario sevillano La Unión ese mismo día se publica esta composición poética que celebra la rivalidad existente entre las dos aficiones.
¡ Betis-Sevilla ¡ ¡ Sevilla-Betis ¡
Sigue la guerra de los hermanos,
que, en la disputa por la victoria,
para Sevilla luchan ufanos.
Los partidarios, «cara feroche»,
por uno u otro lanzan apuestas,
las Sociedades, en las taquillas,
a explotar esto siguen dispuestas.
Todo son retos y desafíos,
se hacen apuestas y hay discusiones,
por si es el triunfo de los merengues
o por si ganan los verderones.
Yo tengo miedo de estos partidos,
pues se discute con tal calor,
que por el Betis o por los otros,
se dan seis cates a lo mejor.
¡Qué fuego ponen en las disputas¡
¡Cómo discuten los condenados¡
¡Y cómo gozan las directivas,
poniendo precios muy elevados¡
Yo tengo amigos que son del Betis,
y del Sevilla tengo también,
y no se miran y no se hablan
por sus partidos ¿Eso está bien?
Si a uno del Betis habla cualquiera,
y hace un elogio de Campanal,,,
contesta al punto: «No tiene toque
y cuando chuta, lo hace muy mal»
Y si ponemos, por el contrario,
y le elogiamos a un sevillista
a Adolfo o Lecue, dice, corriendo,
«Ninguno de ellos es futbolista»
Es una guerra de intransigencias
la que sostienen los partidarios,
que los que fueron grandes amigos,
por lo del fútbol son adversarios.
Los sevillistas quieren que el Betis
desaparezca. Y los «pepinos»
que los «merengues» queden en la cola.
¿Han visto ustedes más desatinos?
Y oyendo y viendo cosas tan raras,
cuando ya estaba bien convencido
de que ambos bandos tanto se odiaban,
cuando horas faltaban para el partido,
me encuentro anoche de madrugada,
juntos, cenando en un restaurant,
a los señores entrenadores
de los equipos que en lucha están.
¿Encinas y O´Connell? ¡Qué es lo que veo¡
¿Juntos cenando? ¿Pero, Dios mío,
será el principio de una quimera?
¿Habrá a los postres un desafío?
Miro que sacan unas libretas
y que unas cosas van apuntando…
¿Será que temen perder la vida
y en esas notas irán testando?
Mas ya la cena ha terminado;
fuman habanos, beben licores,
pagan la cuenta… y allá van juntos
los enemigos entrenadores.
Y yo me quedo solo pensando:
¡Vaya una cosa de gracia fina¡
¡Mientras discuten los partidarios,
bien que se atracan O´Connell y Encinas¡