Historia de la Liga 1934-35 (III), de Martínez de León
Vamos con la última entrega de la Historia de la Liga 1934-35 que Andrés Martínez de León publicó en el semanario deportivo AS con motivo de la victoria del Betis en el Campeonato de Liga. Las dos entregas anteriores se pueden ver aquí y aquí. Esta entrega última se publicó el 10 de junio.
I. Terminaba la primera vuelta, y «er Beti» seguía en cabeza, seguido por la mirada airada del Madrid. Se le dió por muerto todas las semanas; se quitó importancia al primer puesto; se colocó de revés la puntuación, surgió el campeón moral… ¡ Nada ¡ ¡»Er Beti» en cabeza¡
II. Ante la gravedad del caso, se reunieron los sabios y acordaron: Primero. «Er Beti» era un equipo de trabajadores de todas clases». Segundo. » Que Oselito le había dado la suerte, y por eso ganaban». Y tercero. «Fallamos que tendrá que morir y morirá en la segunda vuelta».
III. ¡ Y algo, algo hubo de eso¡ Los catalanes lo acecharon en su casa, y, al grito de «Nosaltres sols» ¡ «No tirarle, a ver si lo podemos coger vivo ¡ «, y otras cosas, le dieron la paliza. «Oselito » enfermó; rieron satisfechos los de enfrente, y se aprovecharon los valencianos para seguir pegando.
IV. Despertó el león. Aquellas cualidades que el buen sol andaluz le fue infiltrando tan pacientemente no podía fallar tan de repente, y no fallaron. Pronto volvieron a rodar por los suelos sus enemigos más temibles.
V. El Sevilla, animado por los enemigos «der Beti» y por su amor propio de hermano preterido, le prsentó cruel batalla. Un «nazareno piadoso» intervino y dió empate. Había ganado «er Beti», pero ¡ entre hermanos¡…
VI. La Liga, con la ligereza propia de la mujer, y de mujer enamorada, no esperó más y se declaró ruidosamente partidaria del galanteador bético. ¿Qué hubiera sucedido si el campeón esl el Madrid? ¿Cómo iba a vivir con un hombre que conocía sus preferencias por otro?
VII. Por fin, pudo cerrar con broche de oro su carrera triunfal, marcando cinco «goals», mientras los catalanes le espantaban con otros cinco a su pertinaz perseguidor. «¡Hurra «er Beti»¡ «, se oía decir por todas partes.
VIII. ¡ Feria de Sevilla ¡ La feria que empezó marchosa y torera, terminó deportista, con gran indignación de los sevillanos amantes de sus tradiciones. ¡ Los toros, el miedo y «er Beti» habían hecho el milagro ¡
IX. «oselito» se encontró con una copa grande extraña, y muchas más chicas y llenas de vino. Siempre modeto, se fue a las pequeñas y brindó con «er Beti», pero, de pronto: «Voy a por otra copa», gritó el campeón, y desapareció. ¿Fue cosa del vino? ¿Sabía lo que decía? ¡ Ya veremos, ya veremos ¡