Homenaje a Antonio Calvo, el fotógrafo del Betis
El pasado 21 de junio por parte de la Peña Bética Puerta de la Carne, la Decana, se celebró un homenaje a Antonio Calvo, quien a lo largo de más de 40 años lleva retratando al Betis, a sus jugadores, aficionados, directivos y peñas.
Un acto brillante y magníficamente organizado en el que intervinieron Francisco Vidal, como presidente de la Peña Bética Puerta de la Carne, Manuel Melado, quien leyó una poesía dedicada a Antonio Calvo, Juan de Dios Alvarez, presidente de la Federación de Peñas Béticas, Manolo Rodríguez, gerente de la Fundación del Real Betis Balompié, María Victoria López, consejera del club, y el presidente del Real Betis Balompié, Angel Haro.
También intervino nuestro amigo Juan Antonio Zancarrón, en nombre del Grupo Bético de Estudios Históricos y es su intervención la que traemos aquí, dedicada con todo el cariño del mundo a Antonio Calvo, el fotógrafo del Betis.
Antes que nada, quisiera expresar el honor que supone para todos los componentes del Grupo Bético de Estudios Históricos ser invitados a tan entrañable acto. Para nosotros, que nos dedicamos a investigar el pasado de nuestro club, que nos invite la peña bética más antigua con que cuenta el Real Betis Balompié, tiene un significado muy especial.
Pero en segundo lugar, resaltar la sensibilidad que ha tenido la Peña Bética Puerta de la Carne, al organizar éste homenaje a una persona que aunque siempre estuvo en un segundo plano o nunca mejor dicho, detrás de los focos, ha realizado una labor impagable en la tarea de inmortalizar los momentos más simbólicos de la historia del club y de sus seguidores durante los últimos 40 años.
Casi tres generaciones de béticos que hemos asistido a nuestro estadio para ver jugar al Betis en gran parte de estos últimos 40 años, teníamos la seguridad que dentro del paisaje del terreno de juego en cada partido, íbamos a ver con total seguridad, dos porterías, cuatro banderines de corner y a tres personajes: el utillero Alberto Tenorio, el masajista Vicente Montiel y una figura con pelo blanco y una cámara al cuello, popularmente llamado Calvo el fotógrafo.
Antonio Calvo nació en Utrera en 1934, el año que empezó a gestarse el equipo que consiguió el título de liga un año después. Además es de los pocos béticos que pueden presumir, y presume, doy fe de ello, de tener una madre que nació el mismo año que nuestro Real Betis Balompié.
Antonio empezó desde muy niño en el mundo de la fotografía siendo ayudante en un estudio llamado Fotografía Burgos, hasta que se marchó para hacer la mili. Al regreso de sus deberes militares empezó a trabajar por su cuenta. Se especializó en fotografía de temática flamenca y deportiva, concretamente empezó a trabajar alrededor del Real Betis Balompié a mediados de los 70. Pero no fue hasta principios de los 80 cuando su labor fotográfica relacionada con nuestro club se hizo casi exclusiva, gracias a su amistad con un exjugador y exdirectivo del club como Juan Márquez Medrano y al trabajo en la revista Mundo Bético, en la que empezó desde su creación en 1983. Es a partir de ése momento cuando empieza a tener una relación muy cercana tanto con el club como con las peñas béticas, lo que le convirtió en fotógrafo de cabecera de la inmensa mayoría de ellas.
Pero yo, un investigador de la historia del Real Betis Balompié, me veo en la obligación de hablar de Antonio Calvo desde la perspectiva de su profesión y de lo importante que es ésta para nuestra labor.
Para los investigadores, el trabajo de los fotógrafos se nos hace vital para conocer y difundir datos y hechos ocurridos.
En los primero años de la historia del club y gracias a fotógrafos como:
Joaquín Sánchez
Carlos Olmedo,
Eduardo Rodríguez Cabezas “Dubois”
Juan José Serrano Gómez
Alfonso Alarcón de la Lastra o
Cecilio Sánchez del Pando
hemos podido constatar hechos y detalles importantes tales como que la primera vez que nuestro club vistió de verdiblanco fue en 1910, cómo era el aspecto del Campo del Patronato y su marcador, y cómo fueron las celebraciones por el título de liga.
O cómo tras la guerra civil, una nueva generación de fotógrafos, y a los que la mayoría de ellos a Antonio Calvo les resulta familiares como:
Rafael Cubiles López
Ángel Gómez Beades “Gelán”
José María González Medrano «Arjona»
Manuel Olmedo González, hijo del citado Carlos Olmedo
Antonio Cubiles López
Manuel Ruesga Bono o
Antonio Esquivias Fedriani
Todos ellos plasmaron en sus fotografías detalles cómo el estado de destrozo en el que quedó nuestro campo tras la guerra civil, los duros años de la Tercera División con nuestra afición viajando a Utrera, el regreso a la élite del fútbol o detalles que pueden parecer insignificantes, cómo el ponerle cara a jugadores que pasaron fugazmente por el club.
Por ejemplo, gracias a Calvo, podemos reconocer a un jugador ruso que no conocían ni en su casa y que respondía al nombre de Sergei Neiman. O de Ivonaldo Aluísio, un brasileño que jugó sólo un amistoso y se fue por donde vino.
Otro privilegio que tiene Antonio Calvo, es el de haber fotografiado efemérides tan importantes como las Bodas de Platino y el Centenario del club.
La etapa de éxitos deportivos y sociales más larga de la historia de la entidad. Él y su cámara han sido testigos de la mayor explosión demográfica de peñas béticas de la historia y que se produjo entre 1993 y 2007. Y de éxitos deportivos y logros institucionales durante los mandatos de 10 Presidentes:
- 1 Título de Copa, 1 participación en Recopa y una ampliación del estadio con Núñez Naranjo.
- 1 participación UEFA y una remodelación y ampliación del estadio con J. Manuel Mauduit.
- 1 participación UEFA y una final de Copa de la Liga con Gerardo Martínez Retamero.
- 4 participaciones UEFA, 1 en Recopa, 1 en Liga de Campeones, 2 finales de Copa del Rey, 1 título de Copa del Rey, 1 final de Supercopa de España, 1 remodelación y ampliación del estadio y la inauguración de la Ciudad Deportiva con Manuel Ruiz de Lopera.
- 1 participación en Europa League y la remodelación de la Ciudad Deportiva con Miguel Guillén.
No cuento los 6 ascensos que ha vivido como fotógrafo ya que para un club de la dimensión histórica, deportiva y social del Real Betis Balompié, ascender a una categoría que jamás debería de perder, no debe de considerarse un éxito, si no el estar en el lugar que le corresponde.
Antonio ha inmortalizado las vivencias deportivas y sociales del club durante los últimos 40 años, se dice pronto. Pero su importancia aumenta si comprobamos que de todos los fotógrafos que he citado, no más de cuatro, han estado tanto tiempo como él al pié del cañón cerca del club.
Antonio Calvo puede considerarse ya, como el último fotógrafo más o menos oficial del Betis, y digo el último porque gracias a las nuevas tecnologías, cada bético con su teléfono móvil, hace de fotógrafo en cualquier espacio en los que el club esté presente.
Hasta la llegada de éstos adelantos tecnológicos los fotógrafos eran los únicos que podían inmortalizar cualquier momento relevante o no tan relevante de la vida de los béticos y su equipo.
Pero a Antonio Calvo hay que añadirle otra característica más que lo hace todavía quizás más importante en la inmortalización de la historia del Betis y de su gente. Si los fotógrafos que antes he nombrado, basaban casi en exclusiva su labor en la parte deportiva del club, Antonio ha sido especialmente partícipe en inmortalizar los momentos más importantes en la vida de peñas y aficionados en general. Su cámara ha fotografiado inauguraciones, aniversarios o visitas de futbolistas y directivos. Él ha sido el notario que ha dado fe con su cámara de la palabra de muchos béticos que presumían ante sus compañeros de colegio, de trabajo o familiares, de haber pisado el césped de nuestro templo junto a sus ídolos. Los incrédulos tenían que reconocer la realidad cuando al cabo de varios días aparecía la foto de Calvo en manos de su orgulloso protagonista.
Antonio, siempre serás recordado por tu pelo blanco, tu característica voz y tu eterna sonrisa.
Y por último, quiero terminar con una frase que el propio Antonio Calvo plasmó en unos azulejos que él le regalaba a las peñas que visitaba:
“Te quiero donde estés, Real Betis Balompié”.
Pues eso Antonio, que te queremos donde estés.