José Ramón Esnaola. Su fichaje por el Betis y su debut en La Línea. 1973

En el verano de 1973 el Betis mantiene básicamente las estructuras institucionales y deportivas de la temporada anterior, a pesar de haber perdido la categoría. Así José Núñez Naranjo permanece al frente de la entidad, y Ferenc Szusza se mantiene en el banquillo de Heliópolis.
Sí se emprende una reestructuración en la plantilla, dándose la baja a jugadores como Roselló, Casasas, Fernández, Del Sol, Frigols, Irízar ó González. También salen dos de los porteros de la temporada anterior: Manolo Campos, que es cedido al Mallorca, y José Manuel Pesudo, que abandona la entidad verdiblanca para proseguir su carrera en el Gimnástico de Tarragona.
Para cubrir la meta bética se ficha a Eduardo García Fernández, procedente del Logroñés, y a José Ramón Esnaola. El fichaje de éste es una operación complicada, pues se trata de un guardameta plenamente consolidado en la Primera División y que tendría que jugar con el Betis en Segunda. La Real Sociedad sí está dispuesta al traspaso, dado que el relevo en la portería de Atocha está plenamente cubierto con dos nuevos jóvenes guardametas de la cantera donostiarra: Artola y Urruticoechea.
Los contactos se inician en el mes de julio, y se intensifican durante la asamblea de la Federación Española que se celebra a mediados de mes, y que por esa época se convierte en un mercadillo de compra y venta entre los clubs. Núñez Naranjo y De la Concha son los encargados por parte bética en estas negociaciones.
La Real Sociedad se descuelga pidiendo 17 millones de pesetas, mientras que la oferta bética se queda en 8. Tras unos días de tira y afloja, rematados por la presencia de José María De la Concha en San Sebastián, el fichaje se cierra en 12 millones de pesetas, una cantidad importante para la época y el mayor desembolso en la historia verdiblanca hasta ese momento.
José Ramón Esnaola firma por el Betis el 28 de julio y debuta con el primer equipo verdiblanco días después, el 4 de agosto en La Línea contra el Eintracht de Frankfurt, en el partido de la semifinal del IV Trofeo Ciudad de La Línea.

En la prensa sevillana la primera entrevista que aparece a José Ramón Esnaola, tras hacerse público el acuerdo para el fichaje, es la que se recoge en el diario vespertino Sevilla el 25 de julio a cargo de Manuel Ponce, y que a continuación recogemos:
“Ayer le llamamos telefónicamente a la casa de un vecino. Esnaola no estaba en Andoain, que es su tierra natal y el lugar donde viven sus padres. Le dejamos nuestro teléfono y el encargo de que nos llamara. Esta mañana a las once y cuarto sonó el útil cacharrito inventado por Bell y Esnaola preguntó por nosotros.
Esnaola tiene 27 años y se incorporará a la plantilla de su nuevo equipo pasado mañana. Llegará, no obstante, a nuestra ciudad sobre las ocho de la tarde de mañana jueves. Hoy se encontraba en Pamplona y desde allí nos ha llamado y ha respondido a nuestras preguntas.
– ¿Eres el mejor portero de España?
– Soy un portero más entre los siete u ocho mejores. En el país hay buenos porteros
– Reina ha costado aproximadamente lo mismo ¿eres tan bueno como él?
– No me considero peor que Reina ni que Iríbar
– Ellos van a la selección, tú no
– Van a la selección porque están en equipos grandes; a los clubs modestos se les considera menos
– Parece que vienes ahora a un club todavía más modesto…
– Voy al Betis porque es un buen equipo y porque me ha ofrecido un contrato que me satisface
– Y que tardó en convencerte…
– No. La tardanza en fichar fue el resultado de mis vacaciones en un pueblo de la provincia de Salamanca donde apenas hay teléfonos. No es como se ha dicho, porque no le puse problemas al Betis
– ¿Contento?
– Sí, por supuesto estoy muy contento de venir al Betis
– ¿Pasará apuros la portería de la Real en el futuro?
– Quedan allí dos porteros muy buenos y muy jóvenes
– ¿Qué hacías antes de ser futbolista?
– Trabajaba en una fábrica como montador
– ¿Cuál es tu historial deportivo?
– Empecé a jugar en los juveniles del Andoain, de ahí pasé a Tercera y al fin a la Real directamente. Doce años en total de futbolista, jugando siempre de portero.
– ¿Qué es lo mejor que empleas bajo los palos?
– Lo mejor creo que es la regularidad y los reflejos
– ¿Por qué crees que salen tan buenos porteros en el Norte? ¿Quizás porque las defensas juegan más cerradas y protegen más al meta?
– Efectivamente salen buenos porteros en el Norte. Pienso que será por jugar mucho en la playa y por jugar también mucho a la pelota vasca. Esto desarrolla mucho los reflejos
– ¿Vienes en plan de figura?
– No soy una figura; soy uno más en cualquier equipo. Es perjudicial ser figura para uno y para el conjunto
– ¿Qué pretendes en el Betis?
– Hacer una buena campaña y ascender
El Betis va a dejar por fin la psicosis de portero. Esnaola antes de colgar el teléfono se ha despedido amablemente de nosotros y le hemos deseado suerte. La agradecimos su llamada y pensamos que ahora ya nadie se acordaría de los millones que costó. Ayer me dijo un gran bético que si Esnaola se lesiona una muñeca llamarían a un orfebre en vez de a un médico. Por el dinero que se ha pagado…”
Tal como hemos contado antes, una semana después de su firma Esnaola debuta con el Betis en el Trofeo Ciudad de La Línea.
El partido contra el Eintracht de Frankfurt finaliza con el empate a 0 inicial, a pesar de que el equipo verdiblanco fue el claro dominador del encuentro y debió ganarlo. El pase a la final se decidiría en los lanzamientos de penaltis que, por aquel entonces, no se lanzaban alternativamente, sino que primero un equipo lanzaba sus 5 penaltis seguido y luego el otro.
Así narraba el periodista Vicente Brú la tanda de penaltis en El Correo de Andalucía:
“Comenzó la serie de penalties Rogelio, que, al estilo de González, hizo una finta y el portero se tiró a un lado y el balón entró por el tro. Se enfadó un poco el guardameta alemán, pero el árbitro justamente dio gol. El segundo penalty fue lanzado por Del Pozo, tiro flojo, que estuvo a punto de desviar el portero, pero la pelota llegaría a las mallas. El mejor penalty fue tirado por Orife, alto y muy pegado al poste, y la pelota entró. Ejecutó Olmedo el cuarto, y aquí hubo un poco de desilusión. Olmedo metió demasiado el empeine y salió por alto el balón fuera. Y como final Biosca, de fuerte zurdazo, batió al portero del Eintracht.
Se había malogrado un castigo máximo y había que esperar a la serie que tenían que lanzar los alemanes, los cuales tiraron el primer penalty por medio de Grabowski, que efectuó un tiro impresionante que batió a media altura a Esnaola. Después era Weidle el que se encargó de tirar el segundo, y falló. Alegría en los espectadores, que se han volcado con el Betis. El tercero lo lanzó Kliemann, enviándolo dentro de la red, y el cuarto lo lanzó el defensa central Reichel, dándole muy fuerte a la pelota, pero Esnaola en excelente estirada, agarró fuertemente el balón entre sus manos. La parada de este gran guardameta dio al Betis el pase a la final”.
La final se disputa el 5 de agosto y enfrenta al Betis con el Os Belenenses lisboeta; el resultado del partido refleja un empate a 1, por lo que de nuevo serán los lanzamientos desde el punto de penalti los que diluciden el vencedor.
De nuevo así lo contó Vicente Brú en El Correo de Andalucía del 7 de agosto de 1973:
“ Y ya otra vez los penalties. Martínez Banegas sorteó quién había de iniciar las tandas de máximos castigos, y la suerte correspondió a los portugueses. Luis Carlos se encargó de tirar el primero; lo hizo muy fuerte y colocado junto al poste derecho, pero Esnaola, en prodigiosa estirada, desvió la pelota. Se abría, pues, un porillo para la esperanza. Godinho, el autor del gol portugués y máximo goleador del torneo, marcó el segundo. El gigantesco Calado transformaba el suyo, lo mismo que Mures. Y en el lanzamiento del último, Cardoso mandaba el balón por encima de la red, lo que ampliaba las esperanzas béticas de proclamarse campeones.
Szusza señaló en seguida a Orife, Del Pozo, Olmedo y Biosca para que lanzaran los penalties. Faltaba el quinto hombre y decidió a última hora que fuera Aramburu. Sin embargo, quiso que fuera Biosca el último si fuera menester. Orife, Del Pozo y Olmedo conseguían marcar los suyos y quedaba el decisivo, el de Aramburu. Sin embargo, y pese a la responsabilidad que esto entrañaba, el joven jugador, con una serenidad pasmosa, lograba marcar. Y ya el Betis era campeón. Entrega del trofeo por el alcalde, vuelta triunfal y delirantes ovaciones de los asistentes. Había vencido el mejor frente a un digno rival, y tras haber salvado el escollo del gran favorito: el Eintracht”.
No pudo ser mejor el debut de José Ramón Esnaola con el Betis, pues dos intervenciones suyos en las tandas de penalties dieron al Betis el IV Trofeo Ciudad de La Línea.