La Copa del 77 (IV). Semifinales
El miércoles 8 de Junio en Atocha se enfrentan Real Sociedad y Sevilla para jugar el partido aplazado a mediados de Mayo y que cierra el campeonato liguero. Si el Sevilla gana ese partido arrebataría al Betis la quinta plaza de la clasificación y tendría opciones de jugar la Uefa, siempre que sea el Athletic de Bilbao el campeón de Copa. No obstante el peligro se aleja cuando a las 10 menos cuarto se pita el final del partido, en el que la Real se impone 2-1, con 3 penaltis a favor del equipo donostiarra.
El Betis es definitivamente quinto, y si llega a la final contra el Athletic, o el equipo vasco es campeón, tendrá definitivamente una plaza en Europa al año siguiente.
La expectación para el partido de ida en Barcelona es grande, como corresponde a toda una semifinal de la Copa. El Español lleva desde 1957 sin alcanzar la final y ahora parece al alcance de la mano. Su entrenador es José Emilio Santamaría y en la Liga ha hecho una digna campaña, finalizando sexto, justo detrás del Betis. En el torneo copero ha dejado en la cuneta a Sporting de Gijón y Real Sociedad, pues entró en competición en la tercera eliminatoria por estar disputando la Copa de la Uefa. Como siempre que el Betis juega en Barcelona la afición verdiblanca de la novena provincia estará allí animando a su equipo.


Durante toda la semana Rafael Iriondo intenta recuperar jugadores, en una plantilla muy corta y que cuenta con las bajas de Murhen y Ladinsky, que por ser extranjeros no pueden jugar la Copa, y de Gordillo, alineado en la primera eliminatoria con el Betis Deportivo.
Se suma en esta ocasión al capítulo de bajas Antonio Benítez, aunque sí se recupera Jaume Sabaté para jugar en Sarriá contra su ex equipo.
En el terreno económico los jugadores béticos tienen una prima de cuatro millones de pesetas si alcanzan la final.

El partido se disputa en Sarriá el sábado 11 de Junio por la noche y el Español se impone 1-0 con un gol conseguido por el chileno, nacionalizado español, Carlos Caszely en la segunda parte. Es un partido bronco, en el que el equipo bético se defiende con astucia pensando siempre en el partido definitivo en Heliópolis.

Como anécdota del partido López y Sabaté saltaron al terreno de juego portando la camiseta con el mismo número, el 4, por lo que uno de ellos tuvo que volver a entrar al vestuario y salir con el número 6 que nadie llevaba a la espalda. Recordemos que por entonces los equipos se numeraban del 1 al 11 en todos los partidos.

Al terminar el partido ambos entrenadores, Santamaría e Iriondo, reconocen que las espadas siguen lo alto y que los dos equipos tendrán que seguir peleando en Heliópolis.

En la otra semifinal el Athletic arrasa al Salamana en San Mamés 6-0. Un finalista parece ya claro, y el equipo que se clasifique entre Betis y Español jugará seguro la Uefa, e incluso la Recopa si es capaz de vencer a los leones.

El Betis prepara el partido decisivo y Rafael Iriondo no descuida ningún detalle. El recuerdo del año pasado, en el que el Betis cayó en la semifinal con el Zaragoza, está en la mente de todos y se preparan todos los posibles, como un entrenamiento especial para José Ramón Esnaola por si hay que llegar a los penaltis.

Esta última entrada de ABC hace alusión al momento político que vive el país. El 15 de Junio de 1977 el pueblo es llamado a elegir a sus representantes por primera vez en más de 40 años. Hagamos un pequeño alto en el camino de la semifinal y refrescamos la memoria de todos aquellos que vivimos esos días.
El Athletic de Bilbao después de vencer 6-0 al Salamanca está ya claramente en la final. Su delantero centro Carlos, autor de 4 tantos en la victoria sobre los charros, tiene claro a quien prefiere para la gran cita del 25 de Junio en Madrid:

El Español tampoco se queda corto a la hora de incentivar a sus futbolistas con el objetivo de la Copa.

El partido, como todos los de la Copa ese año, es fuera de abono, es decir, que los socios tienen que pagar.
El máximo goleador bético en el torneo, Eduardo Anzarda, no se recupera de la lesión sufrida en Sarriá y es una baja más para el trascendental partido.

Y el milagro se produjo. Cuando el tiempo se agotaba, cuando sólo faltaban 3 minutos y ya no parecía posible, después de lanzar más de veinte corners contra el marco de Echevarría y de estrellar dos balones en la madera, fue Antonio Biosca el que en un lanzamiento desde fuera del área consiguió igualar la eliminatora y forzar la prórroga. Y en ella el mismo Antonio Biosca, a los 3 minutos de juego, en un poderoso remate de cabeza establecería el 2-0 definitivo que llevaba al Betis a la final de Copa 46 años después.

Los jugadores antes de saltar al campo son obsequiados con flores que luego lanzan a los graderíos repletos de Heliópolis.




Al finalizar el partido la euforia se apodera de la afición que salta al campo para celebrar el pase a la final.

En el otro partido de vuelta en El Helmántico el Athletic volvía a imponerse 1-2 a la UD Salamanca. Con ello ya estaban determinados los dos finalistas de la Copa del Rey: el Athletic Club y el Real Betis Balompié, en una repetición de la final disputada en Chamartín en 1931. Al igual que entonces, el conjunto vasco partía como claro favorito.
Se iniciaba una semana de preparativos, de nervios y de lucha por conseguir como fuera una entrada para la final. De ello hablaremos en la próxima entrega.
El segundo extranjero no era Mendieta, sino Ladinszky.