La revancha de Barrios. 1958

La victoria del Betis en el partido de inauguración oficial del Sánchez Pizjuán en septiembre de 1958 tuvo importantes repercusiones en la prensa de la época. En el terreno local fue de gran fuerza el simbolismo de aquel partido, en el que los eternos rivales sevillanos se volvían a encontrar en Liga tras 15 años de ausencia bética en la máxima categoría.
Pero también la prensa de otros lugares prestó atención a este encuentro y a lo que le rodeaba. Un ejemplo de ello es este artículo que hoy traemos a Manquepierda, publicado en el diario madrileño Pueblo y en el que Pedro Escartín, ex arbitro que comentaba habitualmente la actualidad futbolística, se centraba en la figura del técnico bético Antonio Barrios.
Barrios llegó al Betis en 1957 con la misión de ascender al equipo; procedía del Atlético de Madrid y era un técnico de 47 años que llevaba desde 1949 entrenando en Primera División. Valladolid, Racing de Santander y Athletic de Bilbao habían sido sus destinos antes de entrenar al cuadro colchonero, en donde quedó 2 años consecutivos en la quinta posición. Su salida del Metropolitano no fue del todo buena, y firmó por el Betis donde se le veía como un técnico ambicioso y preparado para la empresa, pues ya había ascendido al Málaga y casi lo consiguió también con el Atlético Tetuán.
En el artículo Pedro Escartín relata una conversación con el presidente bético Benito Villamarín, en la que abogó por la confianza en el técnico vallisoletano, dado que la temporada 1957-58 la empezó el Betis con malos resultados en el terreno de juego y con muchas tensiones fuera de éste, centradas en el enfrentamiento que Barrios tuvo con el delantero Sobrado, una de las estrellas del equipo, que terminó con el futbolista apartado varios meses.
La cosa se enmendó y el Betis subió a Primera División al término de la temporada 1957-58. Ese verano se disputó en Suecia el Campeonato Mundial de Fútbol, al que Barrios acudió a presenciar en directo, tal y como se relata en esta entrevista. De allí extrajo el técnico bético la idea de retrasar a Luis Del Sol, hasta entonces extremo izquierdo, para reforzar el centro del campo aprovechando sus portentosas cualidades físicas y técnicas. Como se relata en el texto esa fue una de las explicaciones a la victoria bética en el Sánchez Pizjuán, mérito sin duda alguna de la decisión táctica de Barrios.
A los dos meses de comenzar el torneo de Liga fuimos a Sevilla, donde incidentalmente y en amable charla con el presidente del Betis, señor Villamarín, se enfocó el “tema Barrios” en momentos pasionales, con Sobrado en rebeldía, sancionado, y sin rendir el equipo cuanto esperaban.
– ¿Usted cree en Barrios?, nos pregunta el presidente del Betis
– Pues sí, y es uno de los mejores preparadores españoles, estudioso, modesto y el más inteligente en cuanto a maniobra de líneas y jugadores
– Pues aquí no vamos bien…
– Un poco de paciencia, porque Barrios sabe el oficio y es hombre de amor propio. Sostenga usted su autoridad frente a Sobrado
Así lo hizo, y el Betis fue poco a poco subiendo en puntuación hasta pasar a la máxima categoría por méritos propios de campeón de grupo, y ahora, en la presentación en Liga, acaba de batir nada menos que al Sevilla en terreno de éste. Suponemos que el señor Villamarín verá que nuestro consejo era sano.
Cuando salió el hoy preparador del Betis y fue del Metropolitano a Heliópolis, escribimos en estas columnas que en el club madrileño no se había procedido bien con Barrios. ¿Malhumorado? ¿Hombre de respuesta dura? Es posible, pero también gran preparador y de los que no se dejan manejar por dirigentes…
Testigos presenciales del partido Sevilla-Betis nos informan que Del Sol, extremo izquierda convertido en medio volante, fue pieza básica del sistema táctico, que desorientó y deshizo al conjunto que prepara el húngaro Kalmar, y esto nos recuerda una afirmación de Barrios.
Y es que, a la vuelta del Mundial de Suecia, en pleno verano madrileño, preguntamos al técnico bético si iba a hacer algo de lo que había visto en el Mundial. Nos contestó su propósito de poner a Del Sol como volante y hacer una guerra móvil y fútbol veloz, basado en el rápido e inteligente jugador bético. Así ha hecho ante el Sevilla.
Todo esto podríamos llamarlo “la revancha de Barrios”, primero por su salida del Atlético de Madrid, después por aquella etapa de duda en la Directiva bética, cuando por fortuna triunfó el principio de autoridad con la cosecha del ascenso a Primera División, y ahora este último triunfo sobre el Sevilla.
Barrios demostró que el preparador español, cuando es modesto, estudioso y tiene ansias de viajar y conocer, ampliando conocimientos, es tan bueno como el mejor; pero es que mientras la mayoría de sus colegas dormitaban o hacías sus vacaciones en la playa, Barrios estudió el Mundial de Suecia, igual que cuatro años antes en Suiza.
Y aquí, en Chamartín, la tarde del dos-cero del Atlético al Madrid, jamás planteó nadie un partido mejor que Barrios, y su triunfo legítimo, justo y claro, fue obra de hombre inteligente, que estudia y plantea sus partidos en la famosa pizarra magnética, con permiso de quienes tanto le combatieron.
Y nos permitirá el señor Villamarín que recordemos aquel limpio y sincero informe sobre Barrios, donde hicimos el mejor de los favores a club, dirigentes y preparador. En fútbol también cuenta la virtud de esperar. Y la de ser justos.