Los colores de los equipos, de Manuel Fernández de Córdoba

Hoy ya hasta se ve como totalmente normalizado que los uniformes de los equipos usen colores totalmente al margen de los históricos y tradicionales con los que se han vestido siempre, con los que los aficionados nos hemos identificado, cuando son los de nuestro club, y con los que hemos identificado a otros equipos y a otras aficiones.
Para las nuevas generaciones, que han crecido en este desbarajuste cromático, es lo más habitual del mundo que su club juegue cada temporada con una segunda o tercera equipación que varía totalmente de un año a otro, que en muchas ocasiones están totalmente al margen de cualquier línea histórica y que son de usar y tirar de un año para otro. Así hemos visto a nuestro Real Betis Balompié usar segundas y terceras equipaciones de color naranja, amarillo, negro o marrón. Este año el despropósito ha alcanzado ya al primer uniforme, donde las tradicionales calzonas blancas han pasado a ser de color verde. Y eso que, en mi modesta opinión, la camiseta de este año está bastante lograda, mucho mejor que la del año pasado. donde primaba el color blanco sobre el verde. Pero como no podía ser la dicha completa nos sorprendieron con unas calzonas verdes…
Hace 18 años que el uniforme del Betis sufrió el primer desbarajuste cuando Kappa vistió a nuestro club con una segunda equipación de color marrón y con detalles blancos y azules. Este fue el artículo que el periodista Manuel Fernández de Córdoba publicó en ABC el 12 de julio de 2000, llevándose las manos a la cabeza ante tamaña barbaridad. Si hubiera visto lo que había de venir después…
Antes estaba claro: el Madrid era el merengue, el Sevilla era el blanco, el Betis el verdiblanco y así todos y cada uno de ellos que, en su segunda equipación, cuando coincidían en color con un contrario, se acercaban bastante a sus colores complementarios: el Madrid usaba ese azul morado que lleva n la franja de su escudo; el Sevilla, el rojo intenso de su grana histórico y el Betis solía cambiar las calzonas, de blancas a negras o, en el peor de los casos, sacaba un color verde, más o menos parecido al histórico, manteniendo calzón negro.
Pero llegaron las marcas deportivas e impusieron su ley. El Madrid hay veces en que viste de luto, el Sevilla casi, y el Betis de esta temporada en Segunda va a tener una segunda vestimenta que es beige oscura con adornos blancos y azules en los laterales y, según el que paga la ropa, y los buenos dineros que da para que se la pongan jugadores y técnicos y la coleccionen o la usen los aficionados, de ahí las innovaciones cada año, se le ha puesto ese color ecológico que dicen que está de moda. A lo mejor el verde ya no ecológico y por eso no lleva ni una raya en dicho color.
Todo sea por el parné. Algo que uno no discute, pero que si se le podría pedir a las marcas que respetaran un poco esos colores de siempre que son, por otra parte, los que acreditan a los seguidores y que además, eso de la camiseta y sus colores, es de lo poquito romántico que quedaba en el fútbol, tanto para sudarla como para besarla. Y un Madrid de negro, un Sevilla de oscuro o un Betis beige lo serán, pero nunca lo parecerán.