Luis Del Sol, de Cronos

La historia de Luis Del Sol en el Real Betis Balompié y la selección absoluta es una muestra de esa discriminación que han sufrido otros jugadores del equipo bético mientras que vestían la camiseta verdiblanca.
Con motivo del partido que el Betis jugó en el Bernabéu en febrero de 1959 el periodista Carlos Méndez, que publicaba en el diario deportivo Marca con el pseudónimo de Cronos, le dedicó esta columna, en la que reivindicaba la presencia de Luis Del Sol en el primer equipo nacional. Ya, como vimos aquí, Del Sol había debutado con la selección B, equipo con el que jugó en 3 ocasiones, pero el debut con el primer equipo se hacía de rogar. Cronos le comparaba con otra gran figura joven del fútbol español, como Luis Suárez que ya jugaba por derecho en la selección, y pedía su inclusión en detrimento de otros jugadores ya veteranos que se habían nacionalizado, casos de Kubala o Di Stéfano, sin que la selección, ausente en la fase final del Mundial desde 1950, hubiera visto reforzado su potencial.
Posteriormente a este artículo Del Sol fue convocado en 3 ocasiones con la selección absoluta: contra Polonia en Chorzow en junio de 1959, contra Francia en Madrid en octubre de 1959 y contra Italia en Barcelona en marzo de 1960, pero en ninguno de ellos llegó a debutar. En abril de 1960 Luis Del Sol fue traspasado al Real Madrid y, ahora sí, en mayo de 1960 debutó contra Inglaterra en el Bernabéu. Tuvo que ser parte del equipo blanco para que Helenio Herrera le hiciera debutar al mes de su traspaso, lo que antes fue imposible.
Como ocurre con los novilleros de tronío, hace tiempo que se había oído hablar de Del Sol. Como los novilleros de tronío, había triunfado en Sevilla, y allí mismo este año le dieron la alternativa, cuando el Betis ascendió a Primera División. Y como los novilleros de tronío, en fin, ha llegado a Madrid a confirmar la alternativa y ha salido a hombros de los aficionados.
Del Sol ha pasado de ser una promesa—aquella promesa que se llevó a Egipto y Grecia—a ser una auténtica realidad. Una de esas realidades de las que tan necesitado está nuestro fútbol, y que conviene cuidar y alentar, como se cuidó y alentó a Luisito Suárez, al que se puede el bético sin el menor riesgo de exageración.
Suárez ya está en el equipo A. ¿Qué inconveniente hay en que con Del Sol se haga lo mismo? Si se piensa en que algunos de los que forman en la actual selección no estarán en condiciones—los años no pasan en balde—para los Campeonatos del Mundo de 1962, y que la labor del seleccionador es aprovechar la pausa en preparar un conjunto que pueda intentar la recuperación de nuestro prestigio futbolístico—un conjunto joven, que tenga vigencia hasta entonces—no solamente se deduce que no hay inconveniente en contar con Del Sol, sino que es urgente su colaboración. ¿En qué puesto? Es igual. De medio o de interior. Y si porque se le coloque en el ataque hay que prescindir de algún as nacionalizado y alguien se lleva las manos a la cabeza asustado, convendría preguntar a ese alguien: ¿Dónde estarán esos ases para el año 1962?
Creo que el puro afán de lograr un equipo que alcance por fin la fase final del Campeonato del Mundo es razón suficiente para obrar así. Pero si no fuera bastante, puede añadirse otra tan importante como es la de ir restableciendo poco a poco el sentido absolutamente nacional de nuestra selección, sobre todo cuando, como a los italianos, los oriundos o nacionalizados nos han servido de bien poco a la hora de la verdad.