Luis Aragonés suple a Luis Carriega 1981
Desde abril de 1981 se conocía que Luis Carriega no iba a renovar en el banquillo del Betis, ante su deseo de volver a su tierra gallega con la familia. La apuesta de la directiva presidida por Juan Manuel Mauduit fue fuerte: traerse a Luis Aragonés, quien hasta entonces sólo había entrenado con gran éxito al Atlético de Madrid.
El 12 de junio, ya finalizada la temporada y con la plantilla formalmente de vacaciones desde el día anterior, tuvo lugar en el Hotel Colón un doble acto: la despedida de Luis Carriega y la presentación de Luis Aragonés.
A Carriega se le impuso una insignia de esmeraldas y brillantes como reconocimiento a su labor en las dos temporadas al frente del club. Y estas fueron sus palabras de agradecimiento: «Volveré, lo prometo. No quiero imitar a McArthur, pero este equipo se me ha metido en el corazón y en ningún otro sitio he sentido y sufrido como con él. Para unos, el Betis es el Eurobetis, Currobetis, yo qué sé… Para mí, rompecorazones».
A continuación habló Luis Aragonés, recordando su palmarés como jugador y como entrenador, sus títulos con el Atlético, pero la frase que más destacó fue: «Soy hombre de pocas palabras y muchos hechos. Venir al Betis, para mí, es volver a casa…»
Lamentablemente la estancia de Luis aragonés en el Betis fue muy corta, pues a comienzos de septiembre tuvo que dejar el club, aquejado de fuertes dolores cervicales.