Niño, ¿a quién ha fichao el Betis?, de José María Aguilar
El 21 de junio de 1988, a la edad de 60 años, fallecía Francisco Palacios Ortega «El Pali», «el último trovador de Sevilla, poeta del barrio del Arenal, y de la Piedad y la Caridad, enamorado de una Triana eterna, testimonio vino de un ayer ido para siempre…» como desde la prensa del día posterior fue glosado.
En ABC el periodista José María Aguilar rememoró la filiación bética del Pali con el artículo que hoy traemos y en el que se cuentan diversas anécdotas de este personaje singular, entre ellas la del saque de honor que realizó en un encuentro entre la Balompédica Linense y el Betis de Copa, que se celebró el 12 de octubre de 1983 en el Municipal linense.
Contaba el mismo Paco Palacio «El Pali»que, de pequeño, un tío suyo lo llevó al fútbol, a ver al Betis, y tuvo la suerte de ver cómo Timimi, un futbolista que ha pasado a la leyenda blanquiverde, conseguía su celebérrimo gol. Desde entonces, el Pali profesó fe de militancia verdiblanca, disfrutando con los triunfos de un Betis campeón de Primera División y de la Copa del Rey, o entristeciéndose por cualquier descenso o cualquier otra espantá.
Hace unos días, estando ingresado ya en el Hospital Universitario, desde donde se nos ha ido para siempre, le preguntó a sus sobrino José Antonio Palacios, en momento de mayor lucidez: «Niño, ¿a quién ha fichao el Betis?». José Antonio, hijo de Antonio, el hermano menor de El Pali, bético también como su tío, le contó cómo iba lo del fichaje de Pumpido, el portero internacional argentino que llega hoy; que Valentín, el que vino del Córdoba, puede ser figura; que si Retamero quiere fichar a…
Del beticismo de El Pali no podemos olvidar cuando fue a hacer un saque de honor en un amistoso disputado por la Balona y el Betis en el estadio José Antonio de La Línea de la Concepción. El Pali fue a hacer el saque de honor y, en señal de agradecimiento a La Línea por cómo se había portado el pueblo cuando estuvo tan grave, hace cinco año, quiso besar también el césped; El Pali se arrodilló, besó la tierra y…»Rafaé, Rafaé (llamaba a Gordillo), ayúdame, que no me puedo levantá…». Eran las cosas de El Pali.
Un Pali que se nos ha ido sin poder cumplir su mayor sueño: ser rey mago en la Cabalgata de la Ilusión que organiza todos los años el Ateneo.
- Yo quiero ser rey mago–comentaba–, y sólo le echaré caramelos a los béticos. Iré diciendo: ¿Tú qué eres? ¿Bético o sevillista? Y así, según me digan, les echaré caramelos…