Obras en el Villamarín. Verano de 1973
En los primeros años de la década de los 70 el Villamarín se reformó y amplió de forma importante. En el verano de 1971 se construyó la nueva tribuna de Gol Norte y en el verano de 1972 la nueva tribuna de Gol Sur. Con ello el perímetro de los graderíos quedaba totalmente cerrado y se amplió de forma importante el aforo total del estadio.
En la temporada siguiente no paró la cosa y continuaron las obras veraniegas en el recinto heliopolitano. En esta ocasión la principal obra afectó al terreno de juego, que fue totalmente levantado y remozado con el fin de superar los problemas de encharcamiento que padecía cuando llovía.
También se efectuaron reformas en el terreno de entrenamiento adyacente al estadio, popularmente conocido como Maracaná, al que se dotó de una instalación eléctrica que permitiese aprovechar las horas sin luz para poder entrenar. Así mismo se construyeron nuevos vestuarios cercanos a estas instalaciones, en los bajos de la tribuna de Fondo.
Otras obras se hicieron en el vestuario del equipo visitante y en la zona destinada al paso de los árbitros hacia el terreno de juego.
Ese verano de 1973 el Villamarín iba a ser el escenario oficial del II Trofeo Ciudad de Sevilla entre los días 21 al 24 de agosto, con la participación de los dos clubs sevillanos, el Dinamo de Moscú y el Independiente argentino. Tener el Villamarín a punto para esas fechas era el objetivo.
Y así se contaban todas estas obras y reformas en este artículo publicado en el diario Sevilla el 20 de agosto de 1973.
Popularmente se diría que “a lo tonto, a lo tonto…”, pero no. Ha sido a lo listo, a lo trabajador, a lo sensato, a lo callado, como el Betis se ha hecho con un estadio importante. Un año tras otro, ha ido haciendo cosas. Sería una larga lista la enumeración cronológica de las reformas que ha hecho el Betis. Recordemos las dos últimas y la reciente ultimísima. Hace dos años fue la tribuna de gol norte, el pasado la de gol sur y este verano, el terreno de juego, además de otras reformas interiores.
Con las dos espléndidas tribunas el aforo del campo aumentó extraordinariamente. El estadio queda cerrado completamente por la zona de corners, y el aprovechamiento de los espacios que quedaban libres han sido cubiertos en su totalidad. La capacidad total en el Benito Villamarín, tras la construcción de las tribunas de gol, alcanza la cifra de 41.725 espectadores. Es una cantidad más que aceptable, más que suficiente para albergar a toda la familia bética y a toda la afición de Sevilla, ahora que el trofeo de la ciudad se va a disputar en Heliópolis.
Los accesos al estadio Benito Villamarín son prácticamente deficientes, al igual que los aparcamientos, pero de eso no cabría culpar a nadie más que a la evolución social, que ha avanzado más rápidamente que ensanchado la avenida de la Palmera y otras vías circundantes. Respecto a los aparcamientos el comentario que se nos ocurre es semejante al que hemos dado para los accesos. En la explanada aledaña a la tribuna de preferencia caben unos quinientos automóviles, cien más en la acera surgida de la misma tribuna. Estos cien quedan reservados para automóviles oficiales. ¿Dónde aparcan los demás aficionados? No quedan más explanadas, ni más zonas reservadas especialmente para coches, y en esta tesitura, los automovilistas tienen que hacer uso de la avenida de la Palmera, de Manuel Siurot, de Heliópolis y todo el Sector Sur, comprendiendo incluso una pequeña parte de la carretera de Cádiz. No hay otro remedio que aparcar donde se pueda, salir de casa un rato antes que de costumbre y armarse de paciencia. Después, con un poco de suerte, podrá dejar su coche en lo alto de una acera.
El terreno de juego
Era un problema que se venía arrastrando desde tiempo inmemorial. El terreno de juego del Villamarín andaba mal, muy mal. Este verano se ha solucionado y se puede decir que está en perfectas condiciones para la práctica del fútbol. Nos lo decía hace cerca de dos meses el delegado de campo bético, don Pablo Belloso, el hombre que ha vigilado día tras día las obras de reforma: “El campo quedará en perfectas condiciones para practicar fútbol en día del Trofeo Ciudad de Sevilla. El cuidado ha sido grande y se han evitado los entrenamientos del equipo, con lo que se puede afirmar que el rectángulo de juego lo va a estrenar el trofeo”.
El problema ha dejado de existir. El Betis ha puesto los medios necesarios y a partir de ahora ya se será más una rémora que tengan que arrastrar los jugadores. El terreno de juego fue causa de preocupación en los aficionados, motivo de pérdida de calidad en el juego y razón para que los futbolistas estuvieran siempre con cuidado. El rectángulo bético se encharcaba con cuatro gotas que caían, cuando hacía sol la tierra estaba durísima y siempre producía recelos. Entre los aficionados llegó a existir, por subjetivismos exagerados, hasta una fuerte psicosis de terreno de juego. Naturalmente que el problema no era para tanto, pero resultaba evidente que había que darle una solución. Y la solución le ha llegado.
El terreno de juego se ha subsolado en su totalidad. Subsolar las tierras quiere decir pasarle a todo lo largo y lo ancho del campo unas cuchillas de cincuenta centímetros de profundidad. La utilidad de este desgarramiento esté en el descompactado que se produce. El subsuelo del Villamarín había formado con el tiempo un solo y único bloque. Este bloque impedía la oxigenación de las tierras, a la vez que aumentaba en dureza su superficie. El drenaje parcial que todos los terrenos tienen quedó prácticamente en nada. La tierra, formando un solo bloque, impedía que la siempre amenazante agua de la lluvia filtrara convenientemente. Ahora, con la descompactación de las tierras, estos problemas se van a reducir considerablemente, la tierra va a filtrar y la dureza se ha perdido. Pero no han quedado aquí las soluciones dadas por los técnicos, sino que para cerrar definitivamente el caso, se ha nivelado el terreno dándole más curvatura a la superficie para mejor desagüe y, por último, se ha sembrado con una mezcla de semillas de superior calidad a la que había. El problema del terreno de juego ha dejado de tener entidad, ha dejado de ser problema.
Remozamiento interior
También se han empleado los mismos procedimientos técnicos en el campo conocido popularmente con el nombre de “Maracaná”, que servía de entrenamiento para el primer equipo. Maracaná se ha visto enriquecido con la construcción de dos torretas con focos para que se puedan celebrar entrenamientos nocturnos. Al lado de este Maracaná bético se construyó la pasada temporada la galería de tiro, que sirve principalmente para afinar la puntería de los jugadores. Asimismo, se están cerrando con una red metálica los campos de entrenamiento, que son dos, el citado anteriormente y otro aledaño, que servirá para entrenamiento de los escalafones inferiores. Bajo la tribuna lateral de fondo se están construyendo los vestuarios para estos campos de entrenamiento. En total, son tres las dependencias que contendrá la tribuna de fondo. Tres vestuarios perfectamente equipados de 5 por 5 metros cada uno.
Bajo la tribuna de preferencia, el vestuario visitante ha sido remozado ampliamente. Con las reformas llevadas a cabo, tirando una dependencia contigua, el vestuario de los equipos visitantes se ha agrandado hasta alcanzar una superficie rectangular de 10 por 5 metros. Tanto en este visitante, como en el local, la albañilería, pintura, electricidad, etc, han entrado de lleno.
Igualmente se ha construido un cerramiento en una parte del recorrido del árbitro, que estaba descubierta. El árbitro salía del césped por la parte central de la tribuna de preferencia. Una estructura realizada en malla metálica lo protege en esa salida, pero llegando al vestuario, esta estructura dejaba de proteger a los colegiados. Es en este trozo donde se ha colocado una malla corredera, con lo que el tramo que recorren los árbitros ha quedado totalmente independizado del público.
El remozamiento ha abarcado también la parte de embellecimiento interior y exterior del estadio. Se han realizado diversas gestiones con casas publicitarias y con diversas empresas para que en este apartado colaboren con el club. La galería interior de las tribunas y las laterales han sido blanqueadas y en el estadio se respira un aire de renovación y limpieza.
El Betis ha cumplido con sus objetivos en el Benito Villamarín. Las obras se han realizado pensando en el Trofeo Ciudad de Sevilla. Fue una tarea que se propuso la Junta Directiva y que ha cumplido. Pocas cosas quedarán ya por hacerle al histórico Heliópolis. No sabemos en estos momentos cuáles serán los objetivos béticos de cara al futuro, pero en el presente el trofeo de más emoción de España tiene un gran estadio.