Recibimiento al Betis 1954

El 30 de mayo de 1954 el Betis jugó su último partido en Tercera División. Lo hizo en Valdepeñas, como ya vimos aquí.
Al día siguiente el equipo partió de la ciudad manchega para volver a Andalucía, donde les esperaba un grandioso recibimiento por parte de la afición bética a su paso por Ecija, La Luisiana y Carmona, que se desbordó a u llegada a Sevilla.
En otra entrada que ya hicimos aquí se puede ver que el diario deportivo Marca estimó en 175.000 personas las que recibieron al Betis ese día en Sevilla-
Así se contaba en el diario Sevilla al día siguiente:
La afición verdiblanca le tributó ayer al Real Betis Balompié un recibimiento grandioso. Un recibimiento apoteósico, algo realmente extraordinario que puso el cabello de punta a muchas personas.
El equipo salió de Valdepeñas muy temprano, y se detuvo a almorzar en Córdoba; después continuó la marcha y al pasar por Ecija recibió allí las primeras muestras de entusiasmo y los primeros agasajos.
En La Luisiana también esperaban a los campeones centenares de personas que los vitorearon, y una jovencita entregó a Oscar, el capitán del equipo, un ramo de flores.
Pero donde el recibimiento al paso por los pueblos del recorrido llegó a su punto máximo fue en Carmona, donde miles de aficionados que se habían desplazado desde Sevilla en autobuses, coches, motos y bicicletas, llevando banderas y pancartas, le tributaron al equipo un recibimiento emocionante. Desde que el autobús, en el que viajaban los jugadores, entró en el pueblo no cesaron los vítores ni los gritos de alegría aclamando a los vencedores. El presidente del Sevilla Vespa Club, don Antonio Ramos, entregó a don Manuel Ruiz, presidente del Betis, un banderín como homenaje y recuerdo al equipo por su victoria en esta temporada.
El Ayuntamiento de Carmona obsequió a los campeones con una copa de vino y a continuación se inició la marcha hacia Sevilla. La caravana de coches, autobuses, motos y bicicletas que acompañó al equipo desde Carmona a nuestra ciudad llegó a ocupar una extensión de más de tres kilómetros.
Ya anocheciendo se entró en Sevilla y entonces el recibimiento fue apoteósico. En la Trinidad esperaban al Betis millares y millares de personas de todas las edades que enronquecieron vitoreando a los jugadores, al entrenador y a la directiva del equipo. Muchos lloraban de alegría y otros gritaban con todas sus fuerzas, llenos de entusiasmo por el gran triunfo que ha significado para el Betis salir de la Tercera División.
La enorme masa de aficionados que esperaban al equipo rodearon al autobús de forma que desde la Trinidad hasta la Plaza de San Fernando se tardó más de tres horas en el recorrido. Los entusiastas seguidores del Betis metían las manos por las ventanillas del coche, queriendo estrechar las de los jugadores y durante todo el tiempo que duró el recorrido hasta la Plaza de San Fernando no cesaron los vítores ni el clamor. Fueron tres horas de emoción continua, de apoteosis, de una afición que celebraba con una alegría inmensa el ascenso.
Ya en la Plaza de San Fernando, Gómez, el gran entrenador verdiblanco, fue sacado del autobús y llevado a hombros hasta el techo de su coche, donde le obligaron a hablar. Y Gómez agradeció el grandioso recibimiento tributado y rogó que dejaran marchar al equipo, porque venían todos muy cansados del largo viaje y estaban sin cenar.
La enorme muchedumbre congregada en la Plaza acogió las palabras de Gómez con una gran ovación y finalmente los jugadores se trasladaron al bar Bilindo, en la Plaza de América, donde tanto ellos como el entrenador y los directivos del Club fueron obsequiados con una cena.
En definitiva, una jornada memorable, que jamás olvidaremos todos los que la hemos vivido.
Sin duda la gesta de salir del pozo negro de Tercera es tan elogiable como lo de ser el primer Campeon de Liga Andaluz de la maxima categoria Nacional (1934-35).
La aficion, por lo que veo en las cronicas, ha transmitido ese fervor y entusiasmo a las siguientes generaciones, se debe llevar en los genes.