Opinión – Seamos serios, Mel
Los más de 44.000 fieles que se dieron cita el pasado 24 de mayo en el Benito Villamarín pensaban que algo estaba cambiando. Un 3-0 endosado al Alcorcón que, por fin, daba por concluida la pesadilla. El Real Betis regresaba al lugar del que nunca debió marcharse.
La fiesta dio para mucho, incluso para ver a Pepe Mel hablando en el centro del campo. Su vuelta al conjunto verdiblanco un año después de su destitución se produjo, en gran medida, por reclamo de un buen sector de una afición que siempre confió en él, que nunca vio nada más allá de sus victorias y el sistema transmitido a la plantilla en sus primeros tres años al frente. Pero, a pesar de un año difícil que acabó con el madrileño en Inglaterra y el Betis con pie y medio en Segunda División, sea como fuere, Pepe Mel se puso de nuevo al mando del cuadro verdiblanco.
Con sus fallos, los de siempre, consiguió cumplir el objetivo una vez más. Llevó al Betis a Primera División, lo mínimo que se le puede exigir a un club con una gran masa social a su espalda. Pero aquí llega el problema: “Poner la exigencia porque este club no se puede dormir”. Mensaje popular, palabras que calaron muy bien entre un público eufórico y con ganas de pisar fuerte la máxima categoría del fútbol español. El madrileño quedó de maravilla. De nuevo y más aún si cabe, la afición en su bolsillo.
Pero, ¿ahora qué? Pese a que, de momento, el objetivo se está cumpliendo, la afición está crispada. El juego del equipo, bastante pobre en las últimas semanas, no acompaña a una actitud cuestionable de Mel en sala de prensa. De la noche a la mañana, el discurso ha cambiado.
¿Dónde quedó la exigencia, Pepe? Sus declaraciones tras la derrota ante el Atlético de Madrid no ayudaron:
“No sé la idea que tiene la gente de la campaña que tiene que hacer el Real Betis o de lo que tenemos que conseguir. El objetivo es salvarse, estamos en él. Quedan muchos partidos, veo el ambiente un poco crispado. No sé si es lo más correcto, pero solo soy un trabajador del club, trabajaré hasta cuando ellos quieran que trabaje e intentaré sacar lo mejor del equipo. Estamos en el objetivo que el Real Betis nos propuso”
“Perder contra el Club Atlético de Madrid no es nada alarmante, estamos a 5 puntos del descenso. Estamos en una situación cómoda. Hace un año el Real Betis iba octavo en Segunda División, hay que tener tranquilidad”.
Vuelta atrás. Poco a poco, Mel se gana enemigos. Sus fallos dentro y fuera del terreno de juego están condenando a un entrenador que, con el paso de las jornadas, se le hace cada vez más grande este club. Seamos serios, Pepe, muchos béticos se sienten engañados.