Al Gabi lo que es del Gabi
Normalmente, los partido los ganan, los empatan o los pierden los jugadores. Pero no es menos cierto que, en algunos casos, hay decisiones que toman los entrenadores que cambian, para bien o para mal, el destino de un partido. Frente al Levante, Calderón acertó de pleno.
Igual que se le criticó el planteamiento realizado frente al Sevilla en el partido de vuelta de la Europa League y las modificaciones tácticas realizadas tras la lesión de Perquis, es de recibo alabar los cambios y las variantes que propuso el argentino en la segunda mitad del partido que su equipo disputó en el Ciudad de Valencia. Tras el descanso, el encuentro parecía un amistoso, no había ritmo e intensidad. El equipo verdiblanco no daba la sensación de estar jugándose la vida. Todo cambió cuando llegaron los cambios de Vadillo y Molina. El canterano salió por un desaparecido Cedrick y Molina lo hizo por Juanfran. Con este último cambio, la se produjo una variante decisiva. Chica pasó al lateral derecho y Juan Carlos al izquierdo. La banda zurda quedaba para él y para Vadillo y el Betis creó peligro por ahí. De hecho, Caparrós tuvo que corregir su primer cambio (Ángel por Xumetra) y dio entrada a Pedro López, poniendo en su banda derecha a dos laterales. No le sirvió de nada, porque por ahí empezó el Betis a ganar el partido tras una gran jugada de Vadillo que culminó magistralmente Molina.
Hay que ser justos con Calderón y reconocer que sus cambios permitieron al Betis ganar el partido. Ahora el milagro está a siete puntos. Todo pasa por ganar el lunes al Málaga. Si se consigue, se podrá soñar y creer en lo paranormal.