Ángel de la Calzada: «No he tenido la continuidad que esperaba ni la que me prometieron al llegar»
Coge sus maletas y pone punto y final a su segunda etapa en el Real Betis Balompié. Ángel de la Calzada Ramos (Jaén, 1994) no volverá a ocupar los tres palos de la ciudad deportiva Luis del Sol. Abandona Heliópolis no por voluntad propia. Su salida es una de esas que dejan un sabor amargo en todas las partes. Una salida sin hacer mucho ruido o, al menos, sin hacer todo el ruido que a él le hubiera gustado. Se marcha con maletas llena de recuerdos, experiencias y entrenadores que, de una forma u otra, han acabado influyendo en su crecimiento. Y se marcha agradecido y confiado. El escudo ha calado demasiado en su persona. “Me marcho con el sueño en la mente de volver al Villamarín convertido en jugador profesional”, expresa Ángel.
Manquepierda no ha querido dejar escapar la ocasión de hablar con uno de los jugadores que más trascendencia ha tenido en el vestuario del filial verdiblanco. Uno de esos futbolistas que hacen equipo dentro de una plantilla llena de jugadores jóvenes y con mucha proyección. Alguien tiene que ayudar a poner los pies en la tierra.
El 30 de junio dijo adiós a la entidad verdiblanca. Ya lejos de Heliópolis y preparándose para la próxima temporada, donde afrontará nuevos retos, Ángel se sincera. “Ahora lo veo todo con mucha más calma y con tranquilidad. Es cierto que me da pena alejarme de gente a la que le tengo mucho cariño, tanto dentro como fuera del club, pero creo que después de estas dos temporadas tan convulsas me vendrá bien cambiar de aires”, relata.
Tras dos años vistiendo la verdiblanca, se puede decir que a Ángel le ha tocado vivir tanto el fracaso como el éxito en su segunda etapa en la entidad, pues disfrutó de una primera en los escalafones inferiores del conjunto heliopolitano. Se lleva en su currículum un descenso a Tercera y un ascenso a Segunda B. “Han sido dos etapas completamente diferentes; en la primera, fueron todo momentos buenísimos desde que llegue hasta que me fui al Real Madrid, con el añadido de la selección española. Esta última etapa ha tenido momentos buenos pero han sido más los malos, por desgracia, así que si tengo que elegir me quedaría con la primera, al menos a nivel personal”.
Lo cierto es que el primer año de su vuelta a Heliópolis no salió como a él le hubiera gustado. El descenso empañó la temporada de un equipo plagado de jugadores jóvenes, aunque gran parte de ellos con mucha calidad. “Cuando un equipo desciende creo que es un poco de todo pero sí que pienso que la gestión de cantera, o al menos del Betis B, esa temporada fue nefasta, y creo que este es el motivo principal por el que nos hemos visto jugando en Tercera División”, manifiesta el jienense, expresando que la inestabilidad en el banquillo heliopolitano, por donde pasaron Juan Merino, Gustavo Sánchez y José Juan Romero en una misma temporada, fue “uno de los motivos principales” del descenso.
Juan Merino fue quizás la figura protagonista en el descenso del filial a Tercera División. El ex jugador verdiblanco no supo gestionar una plantilla llena de talento y los cambios continuos en los onces, dejando a los jugadores más importantes fuera de ellos, acabaron por dejarlo fuera del filial, aunque motivado por su ascenso al primer equipo. “Siempre he dicho lo mismo respecto a Juan Merino. Yo puedo hablar solo de mí y de mis opiniones, como es lógico, y siempre he pensado que Juan era una muy buena persona, aunque a mi modo de entender el fútbol, creo que no era el entrenador idóneo para un filial, por su forma de ver y entender el fútbol. Sin embargo, siempre he creído que sí que sería un muy buen entrenador para un equipo veterano o de fútbol profesional como posteriormente ha demostrado con el primer equipo y con el Nastic de Tarragona”.
Tanto en su primera temporada como durante este curso, la realidad es que Ángel nunca ha llegado a encontrar continuidad bajo palos. Algo con lo que ha tenido que convivir en su segunda etapa en Heliópolis. “Sí que es cierto que no he tenido la continuidad que esperaba ni la que me prometieron al llegar. No me gusta echar balones fuera porque todos nos equivocamos y podemos siempre dar más de nosotros, pero también ha habido cosas contra las que no he podido, o no me han dejado luchar desde que llegué, y eso se queda conmigo”, manifiesta el guardameta.
Los fichajes de Dan, Narváez y Ruibal cambiaron la cara de un equipo que, pese a que parecía sin opciones de mantener la categoría, mantuvo viva dicha opción. Pero, pese a la calidad de la plantilla, el filial acabó perdiendo la categoría. “Sinceramente, y aunque suene egoísta, no rotundamente. No considero un fracaso en mi carrera el descenso ya que no me siento participe de la temporada pasada ya que apenas contaron conmigo. Igual que no me sentiría participe del ascenso este año si hubiese jugado un número similar de partidos, pero por suerte este año no ha sido así y he podido ayudar al equipo mucho más”, comenta sincero.
Con ello, este año ha sido bien diferente. Pese a la inesperada derrota en la jornada 1, el equipo dio la sensación de que nada haría que este año no recuperaran la categoría. “Es obvio que esta temporada destaco el ascenso. Al final es el reconocimiento al trabajo de todo el año”, expresa, considerando que la presión con la que han convivido todo el curso ha sido “más una carga que una ventaja en un equipo tan joven”.
La sensación desde fuera era que Ángel fue uno de los líderes del filial dentro del vestuario en sus dos temporadas en Heliópolis. “Cada uno aporta lo que tiene, su granito de arena. Hinojosa con sus bromas, César con su madurez, yo con la música y ayudando en lo que podía… Al final granito a granito hemos conseguido construir la montaña del ascenso”.
Lo cierto es que, desde la llegada de José Juan, la actitud del equipo cambió por completo, así como el juego del filial. Su presencia en los banquillos era un secreto a voces que, finalmente, se acabó haciendo realidad para deleite tanto de jugadores como de aficionados al filial. “Creo que ha sido clave su figura en el ascenso, porque desde que llegó le dio un sentido al fútbol que jugábamos y nos lo hizo comprender a nosotros. Sí que es cierto que me hubiera gustado jugar más, sobre todo en la segunda vuelta, pero creo que José Juan me ha puesto siempre que ha podido y por eso no tengo nada que reprocharle”, manifiesta Ángel, seguro de la calidad de José Juan. “Me extrañaría no verlo en un banquillo profesional en un futuro no muy lejano”.
El “run run” a lo largo de toda la temporada fue constante. El ascenso se veía como una obligación. Todo lo que no fuera recuperar la categoría perdida el curso anterior sería tachado como fracaso aunque, pese a ello, Ángel ve esta situación más como un éxito. “Es un éxito, sin duda. Devolver al filial a donde debe estar como mínimo después de cómo fue la temporada pasada es un éxito se mire por donde se mire”.
El jienense ha tenido frente a su gesto a dos buenos guardametas. Vallés y Pedro (que regresó en el mercado invernal del Sanluqueño y, de forma automática, se hizo con la titularidad). Dos metas con los que ha tenido que lidiar para ganarse el puesto. “Ante todo han sido y son dos amigos con los que siempre ha habido muy buen «feeling». A partir de ahí, cada uno ha intentado dar el máximo para competir por el puesto y es lo que hemos hecho los tres durante toda la temporada. Después, deciden otros”.
Pero, pese a no contar con toda la continuidad que le hubiera gustado en el filial, la realidad es que ha tenido alguna que otra oportunidad en el primer equipo, tanto en convocatorias como en entrenamientos. Ángel siempre se sintió preparado para ocupar la meta del Villamarín. “Creo que a día de hoy estoy preparado para jugar en el fútbol profesional y no me asustaba ni me asusta dar ese salto”, afirma.
Así, se marcha dejando huella en el vestuario, aunque con la sensación de que pudo hacer mucho más si le hubieran brindado la oportunidad de seguir creciendo en Heliópolis. “Cuando estás en un club, juegas, y no lo haces bien, te vas molesto contigo mismo, pero cuando estás en un club que no te da ni siquiera la oportunidad de demostrarlo, y cuando mejor estás haciéndolo te quitan, evidentemente que te vas con un sentimiento de frustración muy grande, pero eso te hace más fuerte para seguir demostrando tu potencial en el próximo club”, expresa.
Ángel, además, abandona Heliópolis consciente de la calidad existente en la plantilla del filial, aunque considera que “eso no importa”, pues “lo importante es que los de arriba se atrevan a dejarles dar el salto a ciertos jugadores”, considerando que el club no tiene en cuenta “tanto como podría o debería” a sus canteranos.
De su segunda etapa en el Betis se lleva en su maleta amigos, compañeros, aprendizaje y madurez. “He crecido en muchos sentidos y eso es lo importante”, considera.
La afición ha sido, sin duda, uno de sus grandes apoyos. Sólo tiene palabras de elogios para uno de los principales activos de la entidad verdiblanca. “Han sido claves. Son el mayor activo de este club y precisamente conmigo se han volcado desde el primer día. Si tengo que dar las gracias a alguien del club con el corazón en la mano, sería a ellos. La afición, a día de hoy, es lo mejor que tiene el Real Betis”.
Así, pone fin a su segunda etapa en Heliópolis. Se marcha un jugador respetado por todos en busca de nuevos caminos. En busca de minutos para seguir creciendo en un mundo donde, si paras, estas perdido. No es el caso de Ángel. “Voy a seguir mi camino hasta el fútbol profesional, porque sé de sobra que puedo llegar a conseguir mi sueño, solo que ahora intentaré hacerlo en un entorno en el que se me valore un poco más. Y con el sueño en la mente de volver al Villamarin convertido en jugador profesional”, concluye.