El príncipe, el rey y el 24
Hace unos años el Betis tenía un príncipe. Se llamaba Edu y las dos primeras campañas que disputó como verdiblanco lucía en su espalda el 24. Desde primera hora se ganó al bético con sus goles y su entrega. En su primera temporada se convirtió en pieza clave para un equipo que logró ganar la Copa del Rey y clasificarse para la previa de la Champions League. Fue en el partido de ida de esa previa frente al Mónaco, cuando Edu consiguió uno de los goles más importantes como bético. Con el tiempo cumplido, el brasileño logró el 1-0 definitivo. Luego llegarían temporadas de decepciones en las que Edu siempre dio la cara y fue el jugador más importante del equipo. Suyos fueron los goles que salvaron al los verdiblancos en Santander y dos de los tres goles de la histórica remontada ante el Barcelona.
Un año después de la marcha de Edu llegó al Betis otro 24 que a base de goles se ha metido en el bolsillo a la afición verdiblanca. Frente al levante ha conseguido el undécimo gol de la temporada, convirtiéndose en el máximo goleador español. Está llamando a las puertas de la Selección y ojala que Del Bosque sea justo con el canario. No hay dudas que Rubén Castro es el rey de este Betis tan maravilloso.
Esta es la breve historia de dos jugadorazos, dos ídolos del beticismo. Uno fue el príncipe y otro es el rey. Y los dos lucieron el 24. Y digo, de darse los mismos resultados de la primera vuelta, ¿qué sería 24?