Estampas Verdiblancas: Hoy, Alfonso
Hace escasamente un par de días, un mito en vida del Real Betis se unió al universo de las Redes Sociales. Especialmente, a la comunidad de Twitter. En Manquepierda.com hemos pensado: ¿Qué mejor forma de darle la bienvenida que rememorando su fútbol y su cromo en esta sección? En efecto, me refiero a Alfonso.

Encontrar a Alfonso de esta guisa en los cromos no era habitual, aunque se estilaba en los cromos de Colecciones Este de la Temporada 95-96
Alfonso Pérez Muñoz (Madrid, 1972) salió del Real Madrid en 1995 con una Copa del Rey, una Liga y una Supercopa de España bajo el brazo. Su destino: Heliópolis. Aquí vendría cedido para ganarse el amor de la afición con un fútbol muy especial. ¿Tendrían algo que ver sus 12 primeros tantos como bético?
No es fácil para un delantero ser tan efectivo como lo fue Alfonso en su primer año. Máxime cuando el Betis debía afrontar su segundo año consecutivo en Primera División disputando tres competiciones: Liga, Copa y UEFA. Esto también debió de pensarlo Lopera, ya que no dejó que regresara a Madrid. Ahora sí, Alfonso era 100% del Betis.
Pero el curso mágico fue el 1996-97, donde se convirtió en el máximo goleador del Betis en una misma temporada con 25 dianas en todas las competiciones. La mejor decisión que se pudo tomar fue ficharle en propiedad. Fue entonces cuando Sevilla acuñó un cántico para la Historia: “Qué bonitos, qué bonitos, son los goles de Alfonsito”.

Aunque llegara en la temporada anterior, Alfonso se pasó dos años siendo, para Colecciones Este, un Coloca.
El Alfonso de los cromos respetó siempre ese amor por el futbolista. En mi caso, más si cabe. Cada comienzo de colección tenía un objetivo: primero Alfonso; luego el resto del Betis; y después el álbum entero. Al igual que muchos, yo me hice bético por el espíritu de Alfonso.
Luego brotó en mí el verdadero sentido del beticismo, curtido a base de grandiosas y nefastas experiencias con las voces de la grada siempre de fondo. Pero el ‘virus verde’ que ronda mis venas se lo debo al genio de las botas blancas. Esas botas que crearon una nueva forma de ver el ‘merchandising’.
El juego de Alfonso era raro, cautivador, imprevisible. Su carrera decía una cosa, sus actos otra muy distinta. Eso, amén de un repertorio de regates y una definición que se llegó a echar en falta años después. Todo esto, por raro que parezca, también lo transmitían sus cromos.

La manera de correr de Alfonso fue uno de sus sellos de identidad.y aquí lo sabe retratar bien Colecciones Este, en el cromo de la Temporada 99-2000.
Las estampas de las ocho campañas de Alfonso con el Betis, siempre muy valoradas, fueran últimos fichajes o no, transmitían sensación de esfuerzo, trabajo y lucha. Esos factores que le llevaron a la Selección Española, con quien ganó unos Juegos Olímpicos y marcó un golazo vital en 2000.
Tras su estancia en el Betis, con 57 goles en 152 partidos a sus espaldas, se marchó al FC Barcelona. No logró la continuidad que esperaba y al cabo de tres años regresó a Heliópolis, donde fue recibido como se merecen los grandes. Como ocurrió con Gordillo, con Luis Del Sol.
‘Alfonsito’ redondeó registros hasta los 69 goles en 197 partidos antes de su despedida. Si no hizo más fue por culpa de las dichosas lesiones. De aquellas ocho temporadas quedan detalles como el regate sobre al barcelonista Winston Bogarde, su papel en Europa o aquella bicicleta al madridista Pavón.
Al igual que ocurre con los grandes, la retirada de Alfonso cambió el aroma del fútbol en Heliópolis. Aún juega en la Liga de Futbol Indoor, con el Real Madrid. Sin embargo, no iré muy mal encaminado si apuesto a que la mejor etapa de Alfonso la vivió en Heliópolis, de verdiblanco.
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Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.
el diablo con botas blancas