La ilusión en el Villamarín se llama Quique Setién
Joaquín Piñero | Hacía mucho tiempo que no se veía algo parecido. El partido de ayer del Betis frente al Levante fue toda una declaración de intenciones del conjunto sevillano: un partido que, en cualquier otro año, hubiera acabado en tragedia, el Betis de Setién supo ganarlo con la mayor de las superioridades local, que este joven servidor recuerda por el Villamarín.
Una superioridad basada en el balón y en el ataque continuo pero sin descuidar la defensa. Una victoria con total merecimiento después de otras dos victorias de idéntico valor que hacen que la afición bética se ilusione y parece que esta vez con más argumentos. Esta ilusión y este buen arranque del equipo se sustenta en un nombre propio, un entrenador con las ideas claras y un estilo definido que hacía tiempo que no se tenía en Heliópolis. Con capacidad para realizar un juego vistoso de toque pero efectivo y así, poder ganarle a cualquiera mediante la tenencia del balón. Ese hombre es, como no, Quique Setién.
Un entrenador con poca experiencia pero que, en su periodo en Las Palmas ya demostró que sabía dotar a sus equipos de un estilo determinado basado en el juego de posición y la posesión del balón como herramienta para llegar al gol. Un técnico que confía en la cantera y en su importancia a la hora de transmitir los valores del club pero que no se casa con nadie. En definitiva, todo lo que le hacía falta al Betis desde hace algún tiempo.
Tan solo se han jugado 6 jornadas de liga pero el Betis de Setién ya da buena muestra de lo que quiere el cántabro: un equipo que sale con el balón controlado desde el portero, con mucho movimiento por delante del mismo para abrir espacios y progresar con la pelota, desborde y velocidad por banda para concluir con rematadores en el área rival aunque no desaprovecha la capacidad de llegada y de disparo de su segunda línea.
Todo lo que he expuesto anteriormente, son virtudes muy importantes para ser un técnico de élite unida a la calidad de tu plantel y a esa dosis de fortuna que siempre es necesaria en el fútbol. Pero, a mí me gustaría destacar y analizar tres grandes beneficios que Setién ha demostrado en el Benito Villamarín en solo un mes de competición. Estos son los aspectos:
Capacidad de convicción, es la principal clave para que un equipo funcione y juegue con la fluidez que le cuadro bético viene demostrado porque vendrán fallos en salida de balón que costarán goles y derrotas, sí, pero si se está convencido de lo que se hace hay que seguir intentándolo y mejorando hasta que se consiga jugar bien y ganar que es lo prioritario en la élite. Sirva como ejemplo Antonio Adán.
Capacidad de enchufar a todos los jugadores para que pueda entrar en el campo cualquiera en cualquier momento de la temporada y no se note la diferencia. Esto se consigue teniendo una plantilla alta y de nivel que se obtiene mediante una buena e inteligente inversión tanto en cantera como en fichajes para poder rotar sin temor a disminuir el nivel del equipo y confiar en los jóvenes de la cantera con talento y proyección. Es una situación arriesgada pero si funciona, resulta muy beneficioso para el Betis y Setién ya lo ha conseguido con futbolistas como Sanabria o Amat.
Por último y más destacable, la capacidad para cambiar, de momento, la dinámica verdiblanca. El del Levante, era el típico partido en el que el Betis no ganaba en cualquier otra época y, no solo se ganó sino que se arrasó, lo que puede significar el inicio del cambio de ciclo tan ansiado en el beticismo. Esta situación se da por la conjunción de los dos aspectos anteriores unidos al incondicional apoyo de la afición que hace del Villamarín, un fortín difícil de penetrar para los rivales.
Quique Setién personifica el posible cambio de ciclo bético que sería imposible sin la colaboración de Serra Ferrer y que se obtendrá con victorias y goles que, si llegan por medio de la posesión del balón, al menos en mi caso, mejor. Esas victorias significarán el salto de calidad que el Betis y el beticismo llevan buscando tantos años.