La importancia del medio del campo en el nuevo Betis de Setién
Por Joaquín Piñero | Comenzada la nueva temporada y a escasas horas de que concluya el mercado de fichajes sin altas expectativas de la llegada de nuevos refuerzos para la zona ancha del campo, el Betis afronta esta campaña 2017/18 con un centro del campo totalmente distinto al de la pasada temporada. Las bajas de Petros, Jonas Martin, Rubén Pardo, Ryan Donk y, la más sensible de todas, la del canterano Dani Ceballos, además de la posible marcha de Darko Brasanac. Un medio del campo que no dio el rendimiento esperado y, finalmente, hubo que reconstruirlo al completo a pesar del vaticinio de Miguel Torrecilla de que era uno de los 10 mejores de la Liga, algo que con el tiempo se demostró que era falso.
En este verano, la parcela deportiva se puso manos a la obra y, encabezados por Lorenzo Serra Ferrer y con las exigencias de Quique Setién que requirió un tipo concreto de futbolista para esas posiciones. Un esquema que variaría entre el 1-4-2-3-1 y el 1-4-3-3 que, en la práctica, vienen a ser lo mismo con un pivote que guarde la posición y saque el balón limpiamente y dos interiores que ayuden en la creación y lleguen al ataque con facilidad, o bien, un mediocentro que acompañe al pivote y se descuelgue más un mediapunta que parta desde más arriba. Una tarea complicada ya que el estilo de juego era radicalmente opuesto al que terminó el campeonato pasado con Víctor Sánchez del Amo, un importante cambio del fútbol defensivo de Víctor al fútbol alegre y de toque de Quique, un entrenador con las ideas claras.
La idea de un fútbol de posiciones basado en el toque y en la asociación, hacía que el técnico cántabro priorizara la zona medular del terreno de juego y necesitara jugadores con buen pie y visión de juego, además de inteligencia sobre el campo para estar bien posicionados tanto en la faceta ofensiva para recibir el balón con claridad y darle salida, como en la defensiva para presionar y robar lo más rápido posible. Por lo tanto, el Betis debía fichar a un tipo de jugador determinado que encajara en el nuevo formato de Setién.
Las primeras incorporaciones fueron la vuelta de Fabián al primer equipo tras su estancia en Elche y la promoción de Juanjo Narváez desde el Betis Deportivo dejando claro que contaba con la cantera, eso sí, sabiendo que iban a tener un papel secundario, a priori, en su esquema. Para su once titular, el conjunto verdiblanco consiguió hacerse con tres nombres de mucho nivel y ya contrastados en la élite que deben ser el eje alrededor del que gire el juego bético:
Javi García: el pivote vuelve al fútbol español tras varias temporadas en el exilio defendiendo los colores del Benfica portugués, el Manchester City inglés y el Zenit ruso, tres equipos grandes en sus países que dejan claro el nivel del canterano madridista. En clave bética, Javi debe ser el pivote del medio del campo, un hombre que guarda la posición perfectamente para dejar libertad a interiores y laterales, con capacidad para sacar la pelota desde la línea defensiva incrustándose entre centrales y asociándose con los interiores. Además, es un jugador muy experimentado a alto nivel, polivalente y peligroso a balón parado por su buen juego aéreo. Con la camiseta del Betis, ya ha demostrado de lo que es capaz dando una clase magistral de cómo jugar de pivote frente al Celta y también, de la posibilidad de jugar como central frente al Barça. Todo un lujo poder contar con el jugador murciano que, a sus 30 años, vuelve a la Liga Santander para hacerse importante en un histórico del fútbol español que quiere volver a la élite
Andrés Guardado: para el gran público del fútbol español, el mexicano será considerado como un hombre de banda izquierda que puede actuar tanto de lateral como de extremo. Pero eso era antes, el jugador azteca ha sufrido una metamorfosis brutal desde que llegara al fútbol neerlandés de la mano del PSV Eidhoven procedente del Valencia CF. El técnico de los Países Bajos, Cocu, le vio cualidades hasta entonces desconocidas para el resto del fútbol y comenzó a situarlo en el eje de su equipo como pivote ya que su buena zurda, su visión de juego y su inteligencia táctica hicieron que se asentara con rapidez en ese nuevo puesto que mantuvo durante varias campañas a alto nivel trasladándose más tarde a la selección de México. Por lo tanto, en el Betis jugará en el centro del campo, aunque Setién ya ha dejado claro que lo prefiero como interior un paso por delante del pivote aunque, a lo largo de la temporada, seguro que lo veremos como pivote. La vuelta de Andrés Guardado es un salto de calidad para el Betis porque además de su desempeño como mediocentro también tiene otra arma letal como es su guante en la bota izquierda, que le permite poner centros medidos para los atacantes y que ya han dado dos goles en su imperial partido frente al conjunto vigués.
Víctor Camarasa: el jugador valenciano se une a las filas béticas tras una gran temporada en el Deportivo Alavés siendo pieza importante. A sus 23 años, cuenta con varias temporadas en la primera categoría del fútbol español y con un presente y un futuro muy prometedor. Es el más ofensivo de los tres ya mencionados habiendo participado en multitud de ocasiones como mediapunta por detrás de la zona atacante, pero también lo hemos podido ver jugando en un doble pivote como mediocentro o incluso como pivote más retrasado. Un futbolista con llegada al área rival, recorrido de ida y vuelta y capacidad de dar el último pase a los delanteros. Víctor Camarasa llega a un gran club para quedarse y ser importante durante mucho tiempo sabiendo que debe dar el máximo de su rendimiento para ser clave en el equipo de Setién.
Estos, a priori, son los tres centrocampistas titulares en el esquema verdiblanco contando además con la incógnita de Ryad Boudebouz que acaba de aterrizar en Heliópolis procedente del Montpellier francés ilusionando a la afición verdiblanca pero que, a día de hoy, no está claro si jugará como mediapunta o interior o, si en cambio, actuará como extremo tirado a banda derecha para aprovechar su desborde y su pegada con la pierna izquierda. Aunque Setién ha dejado entrever en alguna ocasión que lo considera más un centrocampista que un extremo. Hasta que podamos analizarlo, Boudebouz es un interrogante en el juego del Betis, eso sí, sabemos que dará regate, desequilibrio y gol en un equipo que carece de ello a pesar de su anarquía y desorden táctico.
A estos cuatro fichajes, se le suman los mencionados anteriormente Narváez y Fabián que ya han participado en esta temporada en Liga y que, a pesar de su juventud, deben ser importantes para el equipo por su calidad y sus ganas de comerse el mundo. Fabián podría sustituir a Andrés Guardado como interior o mediocentro más organizador al lado de otro jugador que mantenga la posición pudiendo ser su última oportunidad para afianzarse en el primer equipo y; por otro lado, Narváez se ha reconvertido a centrocampista y es un jugador de último pase con mucho desequilibrio aunque en estos primeros compases de competición se le ha podido ver algo desbordado por su debut en el Betis aunque tiene mucha proyección.
Este es el análisis del medio del campo bético que, a pesar de la importante baja de Ceballos y en mi opinión, es más completo y de mayor calidad que el del año pasado. Aunque habrá que esperar y dar tiempo para que se adapten a la nueva idea de juego.