La lamentable temporada del Real Betis Balompié
El pasado martes, el Real Betis ganó a Las Palmas en el Benito Villamarín certificando de forma virtual una permanencia que solo una situación estrambótica y muchas carambolas podría torcer y que podría ser matemática pronto. Una permanencia (me reitero en que aún no es matemática pero casi) que llega tras una temporada convulsa y llena de altibajos. El equipo pasó por una paupérrima racha en la que no solo parecía no saber jugar al fútbol sino que no marcaba goles y llegó a encadenar nueve partidos de liga sin ganar haciendo que la afición se tensara temiendo lo peor.
En mitad de resultados que vienen y van y un «buen fútbol» que este año hemos visto con cuentagotas (un cuentagotas bastante vacío), se marchó el presidente Juan Carlos Ollero por públicas divergencias dentro del consejo. Se marchó el entrenador, Pepe Mel que no dio la talla a la hora de hacer rendir a sus jugadores y se marchará, aunque aún no sea oficial, el Director Deportivo, Eduardo Macià. De esta forma, ese proyecto con el que empezó la temporada queda en agua de borrajas, habrá que empezar uno nuevo, otra vez de cero. Y entre resultados favorables y desfavorables lee uno cosas como «temporada decepcionante y lamentable», «limpia el año que viene», «defensa pésima», «el equipo se mantiene en primera porque los hay más malos» y muchas otras cosas que no voy a recoger aquí. Tan es así, que las sensaciones que me transmite todo esto es que la temporada es lamentable. Jugadores que no han rendido en un año que ha acabado con presidente, entrenador y director deportivo. Una temporada para olvidar.
Sin embargo, me gustaría que pensásemos las cosas fríamente y desde una perspectiva objetiva pero sobre todo, realista. Si a mí me preguntan por la temporada este año, más que lamentable o estupenda diría que es normal. Es decir, yo pienso que el Betis, por institución, por historia, por afición y por recursos, todos los años sin excepción debería estar luchando por la clasificación europea. Ahora bien, no estaría mal recordar que hace dos años este club vivió y sufrió la segunda peor temporada en primera de su historia, que hemos estado un año con más pena que gloria en segunda aunque se ascendiese y que en primera, por muy grande que sea la institución y sus seguidores, somos un recién ascendido, no un grande, manque duela decirlo porque debería ser otra cosa. Con buen presupuesto, sí, tal vez mal utilizado en la planificación, también, pero no cabe pedir competición europea en la temporada tras ascender. Si viene, bien. Pero pedirlo, pienso que no.
Entonces hablamos de un equipo que tenía una plantilla con la que no se podía competir en primera división hace dos años, que pasando uno por segunda, con la dificultad que conlleva eso en traer calidad, ha llegado a primera y con un presupuesto alto pero que apenas destinaba siete, ocho o nueve millones ha fichado a trece jugadores y me reitero, con la dificultad que conlleva eso en traer calidad, y se ha puesto a competir. Y que con grandes carencias desde el banquillo e incluso en la confección de la plantilla que sobra volver a enumerar, no ha pisado la zona de descenso en toda la temporada. No solo es que no la haya pisado, es que además, a cuatro jornadas de terminar la liga se sitúa en mitad de la tabla clasificatoria y mucho tendrá que cambiar la historia para no terminar ahí.
De acuerdo que es un objetivo pobre para el Real Betis Balompié como institución, pero hoy es un recién ascendido que parece cumplir el objetivo marcado a principio de temporada. ¿Realmente es un año lamentable? Porque eso es lo que transmiten muchas opiniones, incluidos medios especializados que hablan de «lo malísimo que es el equipo». Hace no mucho, una temporada de este estilo con una permanencia relativamente cómoda se marcó como un milagro conseguido por el entrenador.
Personalmente, creo que un año de transición tras el ascenso es normal. Es cierto que el Betis ha ido a Europa tras ascender dos veces, pero creo que es más anecdótico que habitual, pues solo han sido dos veces de la docena de ascensos conseguidos y tampoco es ninguna constante en otros equipos. En opinión de quién suscribe, será más grave no notar un crecimiento deportivo el año próximo que un año de media tabla tras el ascenso que asiente al equipo en la máxima categoría del fútbol nacional.
Y aquí entramos en la valoración de la plantilla. A veces los béticos parecemos especialistas en autodestruirnos. Todo jugador que no es un «crack» (entiéndase por crack un futbolista que en su puesto marque diferencias) es malo. De esta forma tenemos muy bien valorados a los Adán, Rubén Castro, Ceballos, o Musonda pero muy mal valorados, incluso tachados en ocasiones de mediocres a futbolistas como Bruno, Pezzella, N’Diaye, Petros o Van Wolfswinkel, futbolistas que quien más o quien menos siempre suman al equipo y vienen rindiendo a buen nivel en primera división haciendo competir al equipo. Hubiese sido una mala época para los Luis Fernández, Cañas o el propio Merino. Incluso a Beñat le sacamos la pega del físico sin pararnos a pensar en que con otra preparación podría rendir como en el Athletic de Bilbao. Los tachamos sin evaluar sus condiciones, el contexto en el que juegan o el rendimiento que se le está sacando desde el cuerpo técnico.
Y en ese concepto de mediocridad del plantel, este verano se volverán a pedir 15 bajas y 12 altas, teniendo que estirar el presupuesto y buscar en el mercado de jugadores libres, cedidos o low cost en lugar de potenciar lo bueno que tienes e invertir en cinco o seis altas de una verdadera calidad que permitan dar un salto competitivo a la plantilla. Y es que parece que todo es lamentable, todo esta mal, los jugadores siempre son mediocres y nunca vamos a estar contentos. El año es lamentable, pero que un recién ascendido pase por la mitad de tabla para aumentar su calidad en el próximo mercado de fichajes me parece lo normal, si no se hace, lo criticaré como siempre, pero ni la temporada es para celebrar nada, ni es para llevarse las manos a la cabeza, como no lo eran los jugadores con los que más de uno se ha cebado durante todo el año y que han acabado rindiendo mejor que la mitad de equipos de primera división.
Cambios, sí. Aumento del objetivo, por supuesto. Exigir que el Betis utilice su presupuesto para potenciar al equipo deportivamente, sí. Año lamentable, no. Yo no lo creo. Crecer sí, pero sin pajaritos en la cabeza y los pies en el suelo. El año que viene sí, no pelear por la clasificación europea me parecerá insuficiente, este año, este grupo de jugadores, aunque moleste como parece a según quién, ha cumplido con su cometido.
Noticia por Jorge M. González
Apasionado del fútbol internacional y Social Media Manager. Me gusta seguir ligas extranjeras y a las jóvenes promesas de todo el mundo. Sígueme en twitter para compartir afición: @jorgegonex