La negativa de Serra a traer un delantero
Si algo evidenció el empate del Real Betis ante el Alavés el pasado domingo, es la falta de un nueve decisivo que decante los partidos a favor de los verdiblancos.
Fue un empate triste porque los de Setien fueron mejores y gozaron de oportunidades clarísimas de gol que no se materializaron por acierto rival o por desacierto local. La cuestión es que se escaparon dos puntos de oro que el Betis mereció sumar y que le hubiesen metido de lleno (aún más) en la lucha por la cuarta plaza.
Tras el partido, numerosos aficionados se mostraron esperanzados por el juego del equipo, que lejos de lo plano que se mostró otras veces, en esta ocasión fue un vendaval ofensivo. Complicado recordar otros partidos esta temporada en que los atacantes de plantaran tres o cuatro veces en un uno contra uno o hubiese varias jugadas en las que un pase hubiese habilitado al compañero en una jugada de gol claro. Difícil creer que el último remate de cabeza de Loren no entrara.
No obstante, y aunque la movilidad de Jesé y las incorporaciones de Lo Celso como falso nueve ofrecieron vida a la búsqueda de espacios ofensivos y desmarques, muchos aficionados se acordaron de la malograda búsqueda del delantero en el mercado invernal e incluso de la marcha de Sanabria, que ya lleva tres goles en cuatro partidos con el Genoa en la Serie A.
Muchos se preguntaron cual sería el techo de este Betis con un delantero que las meta más a menudo (las cifras goleadoras de los delanteros en el Betis son de las más bajas de toda la liga). Y en consecuencia, muchos se preguntaron por qué Lorenzo Serra Ferrer no había dado la puntilla a su sensacional trabajo veraniego (obviando la falta de un sustituto para Junior que habría cobrado más razón de ser tras su lesión) con la llegada de un punta.
La respuesta a esta pregunta parece clara, Serra (y cuando hablamos de Serra lo hacemos de todo su equipo de trabajo y la dirección deportiva) no ha creído conveniente traerlo. Pero, ¿por qué no traer al demandado punta? Pues por dos motivos principales, porque entre las opciones que deja el mercado de invierno, o no convencía por calidad, o no convencía por términos económicos de la operación.
Una cosa debería quedar clara. El objetivo de la dirección deportiva comandada por Serra es llevar a este club a una dimensión que no ha tenido deportivamente. O lo que es lo mismo, hacer crecer al Real Betis. Lo lleva demostrando ya dos años y creo que no cabe duda de la intención. Se puede equivocar en las decisiones a tomar pero si evaluamos sus aciertos, el porcentaje a favor es casi insultante. Tampoco hay que ir muy lejos. Este verano se hizo una inversión de más de 45 millones de euros en lo que hoy es el alma de este Betis. El mediocampo formado por William/Canales/Lo Celso.
Eso descarta que Serra no haya querido traer un delantero. Ya negoció por Alcacer en verano, pero la no salida de Sergio León convertía ese esfuerzo en inviable. Los tres delanteros del Betis habían dejado buenas cifras goleadoras la temporada anterior. Dos de ellos incluso jugando menos de la mitad de la temporada.
En el mercado invernal, la línea a seguir era muy clara. Serra quería o un futbolista de calidad con presente pero sobre todo con futuro (una apuesta relativamente parecida a la de Lainez), o un delantero top que ofreciese garantías aunque hubiera que plantearse un fuerte desembolso. Aun bajo esa línea de actuación, el Betis fue recopilando ofrecimientos interesantes por lo que pudiese ocurrir.
La apuesta por la que el Betis parecía interesado hubiese sido Matheus Cunha. El joven brasileño del Betis no veía con malos ojos venir a España pero la rotunda negativa del RB Leipzig a desprenderse del jugador unido al hecho de ser extracomunitario y la opción de mercado aparecida con Lainez, hizo al Betis buscar otras alternativas. En la búsqueda de ese delantero top con cualidades decisivas en zona de ataque, el Betis preguntó por opciones como Morata, Mariano o Lautaro, pero las prohibitivas condiciones económicas del primero, unido al interés de clubes poderosos económicamente, y la negativa de sus clubes a traspasar a los otros, eliminaron esas opciones.
El mercado invernal es escaso y caro. Los clubes intentan colocar a sus descartes o hacer caja, pero por regla general, se niegan a cambiar bruscamente su plantilla y buscar refuerzos de urgencia salvo que lleguen ofertas fuera de mercado que el Betis ni pudo, ni quiso hacer, pues condicionaría la planificación del próximo mercado.
Es lo que ocurrió con Lucas Alario, en quien el Betis estuvo seriamente interesado pero por quien el Bayer Leverkusen pedía de 20M a 25M. Un precio desorbitado por su delantero suplente y que podría haber condicionado la planificación veraniega sin ser lo que podríamos considerar como delantero top. Esto, unido a que las opciones de cedidos como Kalinic o Batshuayi se cayeron a última hora por diferentes motivos, dejaron al Betis sin posibilidades de refuerzo.
Sin duda es un error soltar al delantero con el que más cuenta el entrenador, quedarte con el que no cuenta y no traer un recambio, pero entender el por qué, es indispensable. Si hay alguien de cuyas intenciones no se puede dudar, en opinión de quien suscribe estas palabras, ese es Lorenzo Serra Ferrer.
Las soluciones en cualquier caso, son cosa de Quique Setien y tal vez Jesé pueda ofrecer una de ellas si continúa en la línea positiva mostrada el domingo. Se antojan partidos vitales en Heliópolis y todos deberán sumar.
Noticia por Jorge M. González
Apasionado del fútbol internacional y Social Media Manager. Me gusta seguir ligas extranjeras y a las jóvenes promesas de todo el mundo. Sígueme en twitter para compartir afición: @jorgegonex