La paciencia del Villamarín se agota con Julio Velázquez
Ocho jornadas han transcurrido ya desde que comenzará la campaña 2014/15, la cual «debería» ser la del retorno a la máxima categoría del fútbol español. Y hablamos de que «debería», ya que lo mostrado por los verdiblancos hasta el día de hoy no invita al optimismo.
Juego feo, tosco y muy previsible para los rivales, Julio Velázquez aún no ha hecho disfrutar a la parroquia verdiblanca ni un solo minuto, algo que ya empiezan a recriminarle. Cuatro encuentros de Liga en el Benito Villamarín y un estadio que, de nuevo reiteramos, «debería» ser temido por cualquier rival, comienza a ser visto como uno más, ya que este equipo no da síntomas por ahora de ser claramente un aspirante al ascenso, más allá de sus figuras individuales o de la presión que este crea en cada encuentro.
Dos victorias ante Numancia (con gran suspense) y Mirandés (haciendo uso de ese juego aburrido que viene caracterizando a los de Velázquez esta temporada), además de una sonrojante derrota ante un recién ascendido como el Albacete, que plantó cara en todo momento en el césped del Villamarín, haciéndose dueño del balón en varios tramos del encuentro, y el último empate ante uno de los gallitos de la división de plata, Las Palmas.
El Villamarín ya comienza a preguntarse si lo mejor es seguir contando con Julio Velázquez. El técnico salmantino ya es totalmente cuestionado, como demostró el público verdiblanco tras la conclusión del encuentro ante el conjunto canario. El salmantino, sin un sistema de juego claro, siempre ha dicho preferir adaptarse a las situaciones, algo que no está haciendo nada bien.
4-4-2, 4-3-3 o un 4-2-3-1 son los sistemas que se han visto hasta la jornada ocho. Velázquez comenzó apostando por un doble pivote defensivo que cubriese las espaldas de Matilla, algo que ha intentado hacer cada partido, pero las circunstancias le están obligando a olvidar ese sistema, ya que los compromisos internacionales de N´Diaye, unido a los problemas físicos de Xavi Torres, que parece que se complican, impiden al técnico verdiblanco gran parte de sus posibilidades en el centro del campo por lo que, como ya hiciera ante Las Palmas, no duda en retrasar a Matilla para adaptarlo como pareja de baile de Lolo Reyes, algo que está resultando desastroso. El centro del campo verdiblanco parece inexistente, algo que se refleja en la falta de ocasiones generadas por la parcela de ataque en encuentros directos ante Valladolid y Las Palmas, donde se puede contar fríamente tan solo una ocasión clara de gol (en la cabeza de Rubén Castro), además de ver como Cejudo y Kadir disminuyen su nivel con el paso de las jornadas.
Así, la capacidad de Julio Velázquez comienza ya a ponerse en duda. Tal vez por su poca experiencia en banquillos con enormes presiones o tal vez sea todavía pronto para valorar al técnico salmantino, puesto que la directiva aun confía plenamente en él, pero lo cierto es que, tras ocho encuentros, ya no se puede decir que esto sea el comienzo y los verdiblancos están ya fuera de los Play Off de ascenso a la Liga BBVA y con pocos signos de mejora en su juego jornada tras jornada. Lugo y Leganés parecen que pueden ser los que guíen el futuro del técnico verdiblanco.