La planificación del Betis aprueba, aunque pudo ser de notable
Primer año de Eduardo Maciá al frente del Real Betis tras su paso por clubes como Valencia, Liverpool, Olympiacos o Fiorentina y primer verano en el que se encarga de planificar al equipo verdiblanco. Verano movido, con muchos rumores, como siempre, pero con un hermetismo poco habitual (en este club) con el que han llegado fichajes sorprendentes por el secretismo de las negociaciones y que sonaron el mismo día o a veces incluso solo horas antes de concretarse.
Y una vez finalizado el trabajo, es hora de valorarlo. Es el momento en el que además debe hacerse, pues durante el verano y con cada movimiento el pesimismo u optimismo invadía al aficionado. Ahora, en frío y con el trabajo hecho, es hora de hablar sobre él. Ya el año pasado calificamos la planificación que llevó a cabo Alexis Trujillo con un 6. Con muchas lagunas, reflejamos varias carencias en el equipo y aunque pudo ser mejor, pensamos que había equipo para ascender como así fue. De ahí la nota. En esta ocasión a la planificación que ha llevado a cabo Eduardo Maciá le otorgaría un 6.5 de nota y os cuento los motivos que llevan a dicha calificación.
Si planificar el equipo tras el descalabro de hace dos años era difícil, tampoco el de este año era fácil. Y no lo era porque el Betis se propuso como objetivo no sufrir tanto y se marcó la meta de permanencia holgada. En opinión de un servidor, la planificación aprueba porque se han otorgado mimbres al entrenador para cumplir ese objetivo, y algunos fichajes suben el nivel de la plantilla para incluso pensar que es un equipo de mitad de tabla. Sin embargo, podría haber sido notable y se perdió esa oportunidad.
Y no ha sido un trabajo notable porque hay lunares en la planificación. Lo primero en las salidas, donde jugadores como Kadir o Vadillo no han encontrado acomodo y tienes que quedarte con futbolistas que saben de antemano que no cuentan y poco van a aportar salvo que les pique el amor propio y busquen una reivindicación. Por otro lado las salidas que ha habido todas han sido en forma de cesiones y solo se ha sacado dinero por Chuli y en consecuencia, además de no haber conseguido dinero que podría invertirse, el año que viene tendrás un problema en el que la plantilla volverá a plantarse en más de una treintena de futbolistas a los que hay que volver a buscarle salida.
Además de esto, y aquí entramos dentro de las valoraciones y opiniones personales, no entiendo esa parte de la planificación en la que centras una fuerte inversión en dos jugadores, Petros y Tarek. Ojo, no entremos a valorarlos futbolísticamente porque no han demostrado en el Betis si son o no válidos y es una temeridad meternos a futurólogos. Lo que sí podemos decir es que su rol en la plantilla es, cuanto menos, secundario. Y si tenemos en cuenta esto y le sumamos una inversión de casi dos millones de euros en ellos, algo no cuadra. Y es que si hay «poco dinero», no responde a la lógica gastarlo en dos futbolistas de fondo de armario y luego hablar de tener pocos recursos para titulares válidos.
No obstante, y aunque estos lunares en la planificación impiden a mi entender que se considere un trabajo notable, si es un buen trabajo desde el momento en el que se le dan elementos suficientes al entrenador para sacar adelante el objetivo.
Los fichajes son jugadores con experiencia, como quería el técnico, conocedores del fútbol al más alto nivel salvo las dos apuestas comentadas y quizás Pezzella. Es cierto que se necesitará tiempo para ver el verdadero nivel de algunos. Por ejemplo Pezzella y Petros vienen de sudamérica. Por sus cualidades al argentino se le puede hacer algo más dura la adaptación a la intensidad y la rapidez del balón del fútbol europeo. Westermann y Vargas, aunque este último ha jugado la Copa América, llegaron de no hacer una pretemporada seria, en el caso del alemán incluso entrenando en solitario, y eso impide ver su verdadero nivel de inmediato.
Por otra parte, algunos de los jugadores que han venido son de prestigio internacional. Todos salvo el brasileño Petros han sido convocados con su selección, ya sea absoluta o en categorías inferiores. Jugadores con mando y experiencia como Van der Vaart o Westermann, con un fuerte carácter competitivo como Digard o Vargas y jugadores que han dado un buen rendimiento en otras ligas como Van Wolfswinkel, además de Joaquin que inyectará dosis de Betis y de calidad a partes iguales. Luego todo esto deberá ir acompañado de rendimiento, como es obvio -un recuerdo para Joan Verdú- y también el técnico deberá encontrar el sistema que mejor se adapte a las piezas que tiene para conformar un buen puzle.
En definitiva, una planificación con algunos lunares que han despertado impaciencia en el aficionado pero que da de sobra para el objetivo marcado de una permanencia tranquila e incluso debería dar para competir en mitad de tabla. Ahora falta que el trabajo de todos sea acorde en esta temporada del regreso a primera.
Noticia por Jorge M. González
Apasionado del fútbol internacional y Social Media Manager. Me gusta seguir ligas extranjeras y a las jóvenes promesas de todo el mundo. Sígueme en twitter para compartir afición: @jorgegonex