Lo mejor: La pareja Westermann y Bruno
Seleccionar al mejor jugador en un partido donde claramente ha primado el colectivo es complicado e incluso podríamos calificarlo de injusto. El Betis salió muy bien plantado ante la Real Sociedad, mérito principalmente de la intensidad y el compromiso que transmitió el equipo y del planteamiento del técnico, Pepe Mel.
Los verdiblancos fueron mejores en la primera parte, dominaron el balón y con él, los acercamientos al área rival. Precisamente enesos primeros minutos del partido parecía que nuestro reconocimiento como MVP del partido podría ser para Joaquín. El portuense tuvo el regreso soñado al Benito Villamarín. Ágil por su banda, combinando bien, acumulando jugadores con las ayudas constantes de N’Diaye, Portillo o Piccini y con una calidad a la hora de buscar la cabeza de un delantero que no se veía por la diestra del coliseo verdiblanco desde que el propio canterano salió rumbo a Valencia.
También destacado el trabajo de Portillo. Combinando, con un don para encontrar huecos donde otros solo ven rivales, jugando al primer toque y dando sentido al juego. Encontró en Joaquín el socio ideal a la posesión del balón y el Betis lo agradeció. El propio Joaquín, al que se le vio algo cansado finalizando la primera mitad, dejó un desborde y una asistencia de gol para el deleite del bético.
Y habría sido quizás uno de los candidatos mejor colocados a titular este artículo si no fuese por la expulsión de Petros, que cambió completamente el contexto del partido. El Betis dejó en la segunda parte de ser mejor con el balón y pasó a defenderse con uñas y dientes, achicando balones durante 45 minutos de infarto y la figura de Joaquín se fue diluyendo como la presencia ofensiva verdiblanca. Tampoco es que la Real Sociedad fuese un vendaval de fútbol ofensivo y ocasiones, pero si no lo fue más fue por un acertado Adán y una linea de zagueros inexpugnable. Es por eso, que aunque Portillo pasó del protagonismo con balón a defender en un esfuerzo titánico por tapar su banda, Vargas cogió presencia y oficio en defensa y N’Diaye tomó protagonismo con meritorios repliegues cuando las fuerzas flaqueaban, finalmente los ganadores de este simbólico premio a mejor del partido son Heiko Westermann y Bruno.
El alemán, que llegó algo fuera de forma tras haberse entrenado en solitario durante el verano, le cogió la medida rápidamente al partido. Coberturas a Vargas, envidiable colocación, imperial por arriba y con una pasmosa tranquilidad para evitar problemas a la portería defendida por Adán. Bruno tuvo una jugada que pudo marcar su partido. Se complicó la vida en exceso y sin necesidad, le costó la amarilla y con ello se ganó algunas críticas de la grada. Sin embargo su partido fue sensacional en el resto de acciones. Lanzó con inteligencia el fuera de juego un par de veces, fue el futbolista que más se anticipó y estuvo muy contundente por arriba evitando muchas jugadas de los donostiarras. Un partido de sufrimiento, pero también de oficio y experiencia, que puso a prueba la competitividad y la pareja de centrales estuvo sin duda, entre lo mejor del partido.

Noticia por Jorge M. González
Apasionado del fútbol internacional y Social Media Manager. Me gusta seguir ligas extranjeras y a las jóvenes promesas de todo el mundo. Sígueme en twitter para compartir afición: @jorgegonex